Unas 600 personas, según datos de la Policía Local, se han manifestado este domingo en Santander en defensa de la profesión veterinaria y han mostrado su rechazo a las “numerosas trabas” y “dificultades” que genera a los profesionales y a los dueños de animales la aplicación de la conocida como Ley del Medicamento veterinario -el Real Decreto 666/2023-, que “afectan negativamente al bienestar animal y a la salud pública”.
Así, los participantes han dado respuesta a la convocatoria realizada por el Colegio Oficial de Veterinarios de Cantabria y se han unido a una concentración de carácter festivo-familiar en la que profesionales y dueños de animales han participado acompañados de numerosos perros.
Esta convocatoria se ha correspondido con otras concentraciones que han tenido lugar en 40 ciudades de España.
Los asistentes, incluidos algunos canes, han portado pañuelos azules como señal de protesta, así como globos de este color, y han marchado por las principales arterias de la ciudad desde Puertochico hasta la Plaza del Ayuntamiento, bajo dos grandes pancartas donde se ha podido leer 'Por la salud de nuestros animales, el medio ambiente y las personas' y 'Unidos por nuestra profesión, unidos por nuestro futuro'.
Una vez finalizada la marcha, se ha hecho lectura de un manifiesto en la que el colectivo veterinario ha afirmado sentirse “unido” e “indignado” ante el “abandono institucional, el maltrato normativo y el desprecio” a su criterio profesional.
Por ello, se ha dirigido al ministro de Agricultura, Luis Planas, al que le ha dicho “basta” de “invisibilizar” la profesión, de poner “trabas” a su trabajo y a “no” comprenderles.
Por último, los veterinarios le han exigido ser “escuchados” y una legislación “acorde” con la europea “basada en la Ciencia, no en la burocracia”, así como “respeto, diálogo y soluciones reales”. “Exigimos poder ejercer nuestra profesión con dignidad, con autonomía y con justicia”, han concluido el manifiesto.
Entre las principales reivindicaciones del colectivo están la revisión y modificación del real decreto para eliminar las “trabas administrativas y legales que dificultan el ejercicio profesional y la tenencia responsable de animales”; el reconocimiento del papel “esencial” del veterinario en la protección de la salud pública y el bienestar animal; y la garantía de acceso a servicios veterinarios de calidad para todas las familias y dueños de animales, sin restricciones “innecesarias” ni “cargas excesivas”.