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Los sindicatos docentes irán a la huelga y convocarán protestas contra la cancelación de las vacaciones escolares de noviembre en Cantabria

Concentración de docentes cántabros frente a la Consejería de Educación en una imagen de archivo.

Rubén Alonso / Laro García

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Los sindicatos docentes de Cantabria se han puesto en pie de guerra tras la decisión del Gobierno de suspender las vacaciones escolares de la primera semana de noviembre. Así pues, cinco organizaciones sindicales (STEC, ANPE, TU y UGT) irán a la huelga los días 11 y 18 de noviembre, puesto que la normativa que regula este derecho en el sector público impone un periodo de preaviso de diez días para poder convocarla.

Por su parte, CCOO ha convocado en solitario una huelga de cinco días la próxima semana -que ahora será lectiva- apoyándose en una sentencia del Tribunal Constitucional que permite en casos de excepcionalidad y de urgencia saltarse esos diez días de aviso que exige la legislación.

Además, estos cinco sindicatos se concentrarán este viernes a partir de las 17.30 horas frente a la Consejería de Educación como señal de protesta por esta medida y han exigido la dimisión de la consejera, Marina Lombó (PRC), por la “imposición dictatorial” de la misma.

“El anuncio ha sido realizado de manera unilateral, extemporánea y autoritaria”, subrayan estos colectivos en un comunicado, manifestando su rechazo frontal a la medida anunciada el miércoles y confirmada este jueves. “Hemos tratado de negociar y de hacer recapacitar a la consejera sin éxito”, aseguran los sindicatos.

“Esta modificación del calendario escolar, privará al alumnado de un merecidísimo descanso, creará innumerables problemas de conciliación, creará problemas en los centros educativos -muchos trabajadores no docentes ya tenían concedidas vacaciones-, y no servirá a ninguno de los peregrinos fines anunciados”, argumentan.

“Es, también, un insulto toda la sociedad de Cantabria”, concluyen, tras animar a todo el personal docente de todos los centros educativos públicos de Cantabria a secundar la huelga y acudir a la concentración en la que se respetarán, según han asegurado, todas las medidas de seguridad.

“Esto ya no tiene un pase”, ha resaltado indignado Jesús Aguayo, portavoz de STEC, en conversación con este medio. “Parece que se ha tomado esta medida para no tomar otras más impopulares”, en referencia al confinamiento municipal. Este sindicalista ha hecho hincapié en el “sinsentido y despropósito” de hacer que 90.000 alumnos vayan a clase cuando no tienen que hacerlo para frenar la pandemia.

“Esto no pasa en ningún otro lugar del mundo”, ha señalado, reconociendo que esta decisión ha supuesto “un tremendo mazazo” para toda la comunidad educativa, “exhausta” tras dos meses de trabajo haciendo cumplir a los niños todas las medidas de seguridad.

“Unilateral y sin precedentes”

Por su parte, Conchi Sánchez, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO, ha criticado también la medida “unilateral sin precedentes” y ha incidido en la necesidad de “reaccionar lo más rápido posible para defender nuestros derechos y nuestra libertad, no todo vale por un estado de alarma”. 

Sánchez ha insistido en que esta “no es una decisión epidemiológica ni técnica, sino política” y es una circunstancia excepcional y sobrevenida que desprotege a los y las trabajadoras, por lo que, según ha afirmado en un comunicado, “el sindicato se ha visto obligado a registrar un preaviso para convocar una huelga de todos los sectores vinculados a la Educación de Cantabria”.

“Conocemos el Real Decreto que regula el derecho a huelga y que obliga a preavisar con diez días de antelación, pero planteamos este preaviso con carácter excepcional debido a la medida irracional y desproporcionada de la Consejería de Educación y amparados en una Sentencia del Tribunal Constitucional de 1981”, ha argumentado.

Finalmente, esta sindicalista ha recordado que durante la primera ola se redujo la curva de contagios mediante el confinamiento domiciliario, por lo que, tal y como ha concluido, “la semana no lectiva debe tratarse como una oportunidad para reducir los contagios de forma natural, con la paralización de la actividad relacionada con el sistema educativo así como de otros sectores donde se organizan los períodos de vacaciones de acuerdo con el calendario escolar”.

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