Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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El caso de los másteres y las tesis no es ninguna sorpresa, revela males que están extendidos entre nosotros, de la picaresca al enchufismo, del titulismo al chanchullo. Nuestros políticos puede que sean un reflejo deformado, esperpéntico, de nuestro perfil más feo, pero no son los únicos que se engrandecen la biografía, presumen de lo que carecen y tiran de sus hilos para ascender como cometas al viento.
No quiero generalizar porque hay un país que cumple, trabaja, estudia, se desloma y es honesto, un país que no tiene regalos sino esfuerzo, que se deja sus ahorros y la piel para estar más preparado. Pero enfrente tiene otro en el que importa más lo que pareces que lo que sabes, el título que el conocimiento. Más la posición que la dedicación. Más los contactos que el mérito. Más la picardía que el sacrificio.
Para esta enfermedad nacional tenemos hasta nombre: titulitis. Una compulsión por acumular distinciones que nos adornen como las vacaciones de las que alardeamos en facebook. Porque de eso se trata, de darnos lustre. Un barnizado. La cosa no es ser mejor, es ser el mejor. Ser alguien, aunque no sepas quién. El currículum es el nuevo título nobiliario. El escudo de armas. Si no lo tengo, me lo dibujo y le pongo caballos, coronas y castillos. No es el resultado del conocimiento adquirido, es la coartada para adquirir privilegios.
Ahí tenemos a Rivera y Casado, los Zipi y Zape del cinismo. El uno que se ha inventado medio currículo, el otro que se lo han regalado, ambos pidiéndole explicaciones a Pedro Sánchez por su tesis. Ahí tenemos al ABC, OK Diario y demás fabricantes de bulos, acusándole falsamente de plagiario. Plagio no hay pero sí dudas sobre su elaboración y su calificación, por el poquísimo tiempo que tardó en hacerla, su cercanía con parte del tribunal y la sospecha de haber recibido ayuda.
De lo que nos habla esta historia es de políticos que han hecho de la carrera política su única carrera, que corren dopados y cuando les cazan siguen corriendo y mintiendo, ellos que deben ser ejemplo. Nos habla también del Plan Bolonia que convirtió a la universidad en un negocio de posgrados. Y nos habla de profesores que participan de un sistema corrupto de favores, de universidades que miran para otro lado mientras el lazarillo les roba las uvas y de un país que se hace el ciego y sigue tolerando a los mismos pícaros. Quizá porque también lo es y como el ciego, se cree más listo que el ladronzuelo.
Pero ambos eran pobres. Tanto impostor y tanta impostura no llevan a ningún sitio. Es como el hidalgo que se echaba migas en la pechera para fingir que había comido. Hambre para hoy y para mañana.
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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.