Acelerador DICE, plataforma digital con herramientas docentes: “La universidad debe aportar valor a la sociedad”

¿Cómo lograr que los docentes de la Educación superior optimicen su labor formativa para que el aprendizaje de sus alumnos y alumnas se traduzca, a corto y medio plazo, en servicio a la sociedad? Este es el objetivo del proyecto DICE (Digital Community Engagement Accelerator en sus siglas en inglés).

Se enmarca dentro del programa Erasmus + KA2, financiado por la Unión Europea y vinculado a la Educación superior. Es una forma de integrar la participación social y el impacto comunitario en la enseñanza universitaria y es lo que en España se conoce como ‘Aprendizaje-Servicio’.

 “Hemos logrado formalizar, y diseñar una metodología común, para lo que hasta ahora se estaba haciendo a base de esfuerzos individuales de cada profesor o investigador”, explica Inés López Baldominos, investigadora postdoctoral en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Alcalá (UAH).

Esta ingeniera de Sistemas de Información ha trabajado con el catedrático Luis Fernández Sanz y junto a Vera Pospelova, profesora ayudante doctora y Sergio de la Mara Moratilla, investigador predoctoral FPU en el  acelerador DICE. Todos ellos forman parte del Grupo de investigación TIFYC- Tecnologías de la Información para la Formación y el Conocimiento.

DICE, plataforma digital con metodología y herramientas para docentes

¿Qué es DICE? Se trata de una plataforma basada en la metodología tradicional educativa - desde el diseño del curso, hasta las evaluaciones-, pero aportando en cada fase de la docencia una serie de recursos y herramientas digitales que conectan la labor formativa con el servicio a la comunidad. “Se trata de colaborar con las empresas, con asociaciones u otras entidades e incluso las instituciones públicas”, explica Inés López Baldominos.

El objetivo final es mejorar la llamada ‘tercera misión de la universidades’. Y es que, más allá de su misión educativa e investigadora, entre los objetivos de las universidades también está el de aportar valor a la sociedad. “Tenemos que ser capaces de transformar la sociedad, de aportar a las comunidades de nuestro entorno, más allá de las investigaciones teóricas”, señala la investigadora.

Se trata, en definitiva, de que la transferencia de conocimiento tenga un componente digital en una práctica que hasta ahora se realiza “de manera más informal”. Su aplicación no solo permite tener un feedback real desde la empresa sobre los conocimientos de los alumnos, sino que, dice la investigadora, “los estudiantes se sienten motivados y aprenden cómo se desarrolla el proceso real fuera de las aulas”.

Otra de las metas es ayudar a fomentar las llamadas soft skills, habilidades o aptitudes sociales, de inteligencia emocional o de comunicación en el alumnado. “En Educación siempre se habla de fomentar el pensamiento crítico o el trabajo en equipo. DICE es algo que lo facilita”.

Experiencia piloto en España, Eslovaquia e Italia

Para ‘probar’ el acelerador DICE, sus impulsores pusieron en marcha una experiencia piloto en la que han colaborado tanto la Universidad de Alcalá, como la Universidad Técnica de Košice (TUKE) de Eslovaquia y la Universidad Telemática IUL, con sede en Italia, junto con la agrupación europea de universidades ACEEU, con sede en Alemania, y la consultora rumana Helixconnect Europe, especializada en promover la innovación.

Tres profesores en cada una de estas universidades han incorporado el acelerador DICE a su trabajo docente, desarrollando actividades de todo tipo. “Por ejemplo, se aplicó a un curso de Business Management en el que los alumnos crearon una campaña de marketing digital para una empresa”.

“DICE proporciona herramientas prácticas para que los educadores universitarios y los responsables de los cursos diseñen experiencias de aprendizaje que combinen la educación, el compromiso con la comunidad y la innovación digital”, reza la web del proyecto.

Y es que, añade, “al fomentar nuevas formas de colaboración en línea entre los estudiantes y las comunidades del mundo real, DICE refuerza la relevancia social de la educación superior y ayuda a construir un ecosistema de aprendizaje europeo más inclusivo, conectado y orientado al futuro”.

Los resultados

El proyecto se puso en marcha en noviembre de 2022 y termina este mes de octubre de 2025. Ya hay resultados sobre la mesa. “Hemos recibido hasta 198 ejemplos de buenas prácticas, elementos que han funcionado bien en la experiencia”.

En el equipo de investigadores lo consideran “prometedor”, aunque ahora toca analizar cómo implementar la metodología en el ámbito docente. “Hemos decidido agrupar la experiencia en 12 clusters o buenas prácticas de DICE para que puedan aplicarlas, con recursos en abierto”.

La metodología DICE ya puede ser utilizada por cualquier docente. “Pueden hacerlo en los grados, los máster, la docencia informal o incluso en Educación Secundaria”, pero también se han sentado las bases para que los gestores educativos institucionales puedan ayudar a implantarla. “En la Universidad de Alcalá ya existía una Oficina de Aprendizaje-Servicio. Sirve para recopilar los recursos y ponerlos a disposición de otros. Esperamos que el proyecto DICE y sus resultados puedan seguir siendo útil en el tiempo, y que estas prácticas buenas puedan institucionalizarse”.