Los aliados silenciosos de la naturaleza llegan a las aulas

Siempre hay cambios silenciosos provocados por acciones que pasan desapercibidas. Ocurre en la naturaleza con los insectos que desempeñan roles clave en la polinización, el ciclo de nutrientes, las cadenas alimenticias de aves y otros insectívoros, y son uno de los pilares de nuestros ecosistemas. Y ocurre con el trabajo de décadas de Fundación Global Nature (FGN) para poner en valor el cuidado de la biodiversidad agraria, a través del conocimiento y el trabajo a pie de campo, y que usa para conseguirlo vías transformadoras como la educación. Ahora, esta rama de la labor de FGN se amplía apoyada por la 'III Convocatoria de Medioambiente y Desarrollo Sostenible' de Fundación Montemadrid y CaixaBank. 

El proyecto 'Alianzas agrícolas: aliados desconocidos' creará materiales que reflejen de forma didáctica cómo la entomofauna es un pilar de nuestros ecosistemas, cuáles son sus principales funciones y la forma en la que son fundamentales para la vida de cualquiera, ya que permiten que tengamos buenos alimentos, por ejemplo, o que otros animales sobrevivan, al ser ellos mismos el alimento. Los insectos constituyen aproximadamente la mitad de todos los organismos vivos del planeta y hoy sabemos que más de 40% de las especies de insectos están disminuyendo y un tercio está en peligro de extinción. Su tasa de extinción es ocho veces más rápida que la de los mamíferos, aves y reptiles.

Pero conocerlos y darlos a conocer tiene un objetivo más ambicioso: aprender a cuidarlos porque, a pesar de que estos aliados silenciosos son tan importantes y realizan la polinización, regeneran nuestro suelo y son la base de las cadenas alimenticias de aves y otros insectívoros, actualmente el uso generalizado de insecticidas, la fragmentación de los hábitats y el cambio climático están acabando con ellos y sus poblaciones están sufriendo un fuerte descenso. Es necesario introducir cambios. 

Con 'Alianzas agrícolas: aliados desconocidos', FGN quiere llegar al alma del sistema educativo, las aulas de las diferentes edades, con materiales adaptados a cada nivel empezando por una red de centros en Castilla-La Mancha. La formación será para estudiantes, profesorado y, en formatos más amplios, para la ciudadanía. Y lo hará de la mano de investigadores, de sus metodologías para observar la biodiversidad agraria, trabajando con bioindicadores para dotar de herramientas sencillas y fiables a cada público objetivo para que puedan evaluar de forma sencilla la salud de los ecosistemas agrícolas.

Al final, se trata de usar el poder silencioso de la educación como principal aliada para poner en valor el papel de todos esos aliados silenciosos que esconde la naturaleza y que debemos cuidar.