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Carta abierta a una oposición política negacionista y frívola

Comisión 0,7% Daimiel
Vista de uno de los embarcaderos del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, sin agua, consecuencia de la sequía EFE/Jesús Monroy

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¿Alguien imagina que con la escasez de agua y la sequía actuales dejáramos los grifos abiertos tirando al desagüe miles de litros de agua?

Pues eso es lo que llevamos haciendo con la energía eléctrica, con la electricidad, desde hace demasiado tiempo.

Las medias de ahorro energético dictadas por el gobierno, con sus aciertos y aspectos mejorables, son una necesidad urgente, de hecho llegan tarde. Deberían llevar en vigor, al menos 10 años. Y ahora son aún más imprescindibles si cabe, con guerra de Putin o sin ella.

¿Cuáles son los motivos de su necesidad, antes y ahora?

El ahorro en la balanza de pagos española, el ahorro en los hogares y empresas, el ahorro en emisiones de CO2 a la atmósfera, el ahorro en efectos, intensidad y duración en el cambio climático y la necesidad de desarrollar una aptitud realista, más adaptativa, naturalizada y razonable en parte de nuestra sociedad con el calor y con el frío. En suma, compaginar un ahorro ambicioso pero razonable en electricidad y recursos energéticos.

No confundamos adaptación al verano o al invierno con derroche innecesario para soportarlo, sobre todo de ese 1% de la población española responsable del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales significan: más calor, más sequía, menos agua, más pobreza...

Si a esto añadimos que hace unos 7 años se implantó el impuesto al sol que ha retrasado la transición a renovables en nuestro país de una forma importante, medida que sólo benefició a las energéticas y nos perjudicó al resto, la transición energética que ahora necesitamos de forma urgente estaría mucho más adelantada en beneficio del conjunto de la sociedad.

El principal partido de la oposición, el PP, no está a la altura de la transición que necesita nuestro país, nuestra región, provincia y nuestro pueblo y se comporta sin escuchar a la ciencia, de una forma caprichosa, sin querer comprender la complejidad del problema. Sus viejas y atrasadas fórmulas sólo conducen a la catástrofe climática.

El Partido Popular debería sumar esfuerzos al conjunto de la sociedad y no poner zancadillas, con falta de gas ruso o sin ella: el cambio climático es una amenaza demasiado importante y apenas queda tiempo para reaccionar.

Queremos hacer tres aclaraciones fundamentales:

1. Bajar los impuestos al CO2, aumentaría las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentaría el cambio climático, aumentaría las sequías, aumentaría las olas de calor, pondría en riesgo la salud de mucha gente vulnerable...

2. Prorrogar la vida de las nucleares, aumentaría el riesgo de accidentes, aumentaría la cantidad de residuos nucleares, con una vida de miles de años, aumentaría las ganancias de las eléctricas, restaría dinero de las arcas de lo público y no sería la solución urgente que necesitamos.

3. Bajar los impuestos, en general, beneficiaría sobre todo al 10% de la población española más rica, perjudicaría la financiación de la sanidad, la educación, la dependencia y servicios sociales, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y al 90% de la población española restante, en especial a ese 25% de españoles que ya viven en la pobreza o el umbral de la pobreza.

Como ejemplo de lo que decimos, en términos de los servicios ambientales que nos permiten subsistir, el 12 de mayo, España ha agotado ya su presupuesto para aprovechar los recursos naturales sin incurrir en una explotación insostenible; es decir, sin comprometer la capacidad de regenerarlos. La sobreexplotación se traduce a partir de esta fecha en más deuda ecológica. Y cada año agotamos nuestros recursos naturales más temprano.

Aumenta así nuestra deuda ecológica y nuestra deuda con los jóvenes. Una parte importante de esa deuda es por falta de ahorro energético y por despilfarro.

En conclusión: no podemos tirar el agua por el vertedero, con sequía o sin ella, y no podemos despilfarrar electricidad en plena aceleración del cambio climático y mirando aun próximo invierno con posibles restricciones en el suministro de gas a Europa. El ahorro energético es una necesidad irrenunciable.

Pedimos al Partido Popular a nivel local, provincial, regional y nacional que abandone la frivolidad y la irresponsabilidad, que deje de mentir y difundir falsedades, que deje de huir en dirección a la catástrofe y que piense en el interés general, especialmente de los más vulnerables.

Si continúa sin estar a la altura, perderemos todos.

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