Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
El sistema actual de producción de carne, lácteos y huevos pone en jaque al planeta. La ganadería industrial es una de las principales causas de los problemas ambientales más acuciantes como la degradación de ecosistemas o la crisis climática. Por este motivo, en el Día del Medioambiente, los movimientos vecinales y las organizaciones que les apoyan destacan la necesidad de cambiar el modelo de producción y consumo.
El reciente informe del IPBES (Plataforma Intergubernamental, Científica y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos) y el último informe del panel intergubernamental sobre cambio climático (IPCC 2018) señalan la necesidad de cambiar el modelo predominante de producción y consumo exacerbado, y, particularmente, el sistema agroalimentario industrial, como solución necesaria ante la crisis ambiental global.
La ganadería industrial implica un consumo elevado de recursos y graves problemas ambientales, desde el incremento de la deforestación y la pérdida de biodiversidad hasta su contribución a la crisis climática. El 70 % de la deforestación en El Amazonas se debe a la producción de pienso para el ganado, soja y maíz transgénico. Además, según la FAO, la ganadería industrial es responsable del 14 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
En el caso del Estado español, la proliferación de la ganadería industrial ya ha provocado el cierre de miles de explotaciones familiares y de pequeña escala, vaciando los pueblos y territorios rurales. Entre 1999 y 2013 desaparecieron 128000 granjas familiares, el 71 % del total (4). Resulta especialmente preocupante el aumento descontrolado de la cabaña porcina. En 10 comarcas catalanas hay 614 cerdos por km2, una densidad media que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta (en Alemania son 76 y en Francia, 26). Esta situación conlleva una creciente contaminación del agua por nitratos debido a los purines. En Aragón, un 20 % de la población está expuesta ya a aguas contaminadas y en toda España existen centenares de municipios sin agua potable.
Pese a los conocidos impactos ambientales y en la salud humana, la industria porcina se intenta expandir por nuevos territorios. Sin embargo, se está encontrando con la fuerte oposición de la ciudadanía, organizada en plataformas vecinales a nivel municipal, provincial, autonómico y estatal, que está resistiendo la instalación de estos proyectos en sus pueblos y planteando alternativas económicas sostenibles.
El fin de semana pasado se celebró en la provincia de Zamora el III Encuentro de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, en el que se declaró junio Mes de la Resistencia a la Ganadería Industrial. El objetivo es sensibilizar a la población, también urbana, sobre la necesidad de un cambio profundo en el modelo actual de producción y consumo para que cada vez se eleven más voces que lo exijan ante las Administraciones.
La Coordinadora Estatal está formada por movimientos vecinales de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia y Murcia, junto con las principales organizaciones ecologistas españolas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace), la organización de defensa de los derechos de los animales más antigua de España (ADDA), organizaciones preocupadas por la salud de los consumidores como Justicia Alimentaria y dos organizaciones internacionales como CIWF (la única organización dedicada en exclusiva a poner fin a la ganadería industrial) y Food & Water Europe (organización con sede en Bruselas dedicada a garantizar el acceso al agua limpia para toda la población, entre otros objetivos).