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Opinión - El problema de los tres gorros. Por Elisa Beni

“Seguiremos luchando para que toda la región opte por un modelo de ganadería extensiva”

“Hoy Pozuelo y Argamasón ya tienen futuro. La macrogranja iba a destrozarlos y a obligarnos a abandonarlos para siempre”. Inmaculada Lozano ha puesto nombre, cara y voz a las reivindicaciones contra la macrogranja de Pozuelo que este lunes quedaba archivada. Se pone punto y final a meses de lucha en los que, además de reuniones informativas con los vecinos de los municipios afectados y colindantes, ha recogido firmas y ha organizado movilizaciones para mostrar el rechazo a la instalación en el lugar donde ha decidido vivir, trabajar y criar a sus hijos.

Tras conocer que finalmente la Junta ha dado carpetazo a un proyecto de proporciones poco comunes (recordemos que CEFUSA había proyectado 51 naves para albergar a 140.000 cerdos y producir más de 570.000 lechones al año) Lozano insiste en que este modelo, el de ganaderia intensiva, “no es sostenible”. Esta batalla que ahora termina, la de Pozuelo, no será la última. “Seguiremos luchando para que toda la región opte por un modelo de ganadería extensiva. Queremos que los proyectos que están en vigencia y en periodo de aprobación no sigan adelante”, dice Lozano.

Unos argumentos que ellos esgrimían

Los argumentos expuestos por el consejero de Agricultura y Medio Ambiente y que han dado al traste con la granja de intensivo que CEFUSA quería instalar en Pozuelo, no han supuesto nada nuevo para la plataforma. Es el caso de la inexistencia del agua necesaria para la inversión, es algo “que ya conocíamos”. “Lo sabíamos desde el principio”, insiste Inmaculada Lozano, quien asegura que cualquier agricultor “sabía que aquí no hay agua para abastecer tanto gorrino”.

También sabían, porque la Sociedad Albacetense de Ornitología así lo expresó en sus alegaciones, que el proyecto tiene un efecto sobre la avifauna, y que el tratamiento de los purines “no era sostenible en el entorno. Que las parcelas concertadas que habían señalado ellos (refiriéndose a CEFUSA) en el plano no tenían autorización para ello”, añade Lozano.

Las reclamaciones de la plataforma

Hasta este lunes la plataforma nada sabían acerca de las modificaciones que había presentado CEFUSA al proyecto por requerimiento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y con la decisión de Medio Ambiente el siguiente paso es: “Que los municipios se blinden para que no nos caiga otra de este estilo”.

Entre ellos Pozuelo, donde la relación entre la plataforma y el alcalde ha sido mala y casi inexistente ya que, tal y como han denunciado en varias ocasiones, no han podido contar con estancias municipales para las reuniones y actos informativos. Su silencio siempre se ha interpretado como un apoyo a la infraestructura. Ahora le piden “que tome nota de que esto no es bueno y que empiece a trabajar en la normativa como lo están haciendo algunos pueblos de Albacete”, como Alpera o San Pedro.

Ahora, pese a haber conseguido paralizar la granja en su municipio, no pueden y no quieren dejar de estar activos porque hay otras macrogranjas proyectadas en la provincia de Albacete. Entre ellos el El Bonillo o Chinchilla, también Alpera, donde los proyectos están en pleno trámite de estudio.