La Junta de Castilla y León no sabe el número de consultas médicas por teléfono durante la pandemia porque no recogió esos datos
La Junta de Castilla y León no sabe los datos de las consultas telemáticas, por teléfono, de los primeros diez meses de la pandemia por que reconoció que no los había recogido hasta noviembre del año pasado.
Esto se desvela de una resolución del Comisionado de Transparencia tras negar estos datos a un ciudadano que solicitaba, entre otras cosas, el número de consultas médicas, de enfermería y pediátrica “atendidas de manera presencial y telefónica” por cada provincia en los años 2019 y 2020.
La contestación, en este sentido fue negativa, ya que Sacyl tuvo que admitir que no disponía de los datos discriminados entre las presenciales y telemáticas y adujo que tendría que sacarlos de todos y cada uno de los expedientes, “sin garantizar que estuviera especificado en cada uno de ellos” y por lo que expuso que tendría que efectuar “una acción previa de reelaboración”. Eso último es reconocer que no dispone de informes que indiquen cuántas fueron en persona o por teléfono.
En su argumentación al Comisionado de Transparencia para explicar esta circunstancia, Sacyl asegura que “la Dirección General de Sistemas de Información, Calidad y Prestación Farmacéutica competente en la materia, la consulta telefónica, establecida como el medio de atención inicial para contactar al paciente y valorar su situación clínica y la necesidad de atención presencial durante la pandemia, no estaba contemplada en el sistema de recogida de información de actividad asistencial de atención primaria –el programa Medora–, en las fechas para las que se solicita información, lo que impide su exploración de manera automática”.
La Consejería, sin datos de 'teleconsultas'
Es decir, que “la consulta telefónica, establecida como el medio de atención inicial para contactar al paciente y valorar su situación clínica y la necesidad de atención presencial durante la pandemia, no estaba contemplada en el sistema de recogida de de actividad asistencial de atención primaria, en las fechas para las que se solicita información, lo que impide su exploración de manera automática”.
En concreto: “Esta circunstancia ha supuesto que no existiera una base de datos que específicamente estuviera destinada a recoger y explotar los datos de la actividad sanitaria realizada de forma presencial o telefónica”.
No creó la base de datos hasta noviembre
Esto contrasta con la implantación de un proyecto en 2017 que se concretó en un estudio en el centro de salud de Valladolid Arturo Eyries para determinar el registro de las citas no presenciales. Pero “hasta el mes de marzo de 2020, era un proyecto implantado tan solo en 79 centros de salud urbanos en los que existía la posibilidad de pedir, en mostrador o contactando telefónicamente con un administrativo del centro de salud, una cita no presencial”, explica la Junta de Castilla y León, que, en febrero de 2020, justo antes de la pandemia intentaba vender a la población las bondades de este sistema de 'consulta a distancia'.
“Este tipo de citas se normalizaba internamente como 'consulta no presencial a demanda' pero este tipo de cita no estaba disponible en los canales automáticos de cita previa: TVR (por teléfono) o Internet”, reconoce. Una chapuza que no contaba con la conexión entre Medora y las citas previas, pese a que algunos centros de salud sí ofrecían esos datos para los estudios de la Consejería de Sanidad.
Sin embargo, aprovecha ese fallo para excusarse con que “el conjunto de Sacyl cuenta con 247 Centros de Salud y 3.665 consultorios locales, por lo que los datos relativos a la mencionada 'consulta no presencial a demanda' que pudieran obtenerse son parciales y no representan al conjunto de Sacyl”. Con esto Sanidad de Castilla y León asume que no dispone de datos fiables de qué tipo de consultas se llegaron a realizar durante la pandemia en las dos regiones de la autonomía; mucho menos por cada provincia.
“Esta situación ha determinado que, a partir del inicio de la pandemia, no haya un lugar normalizado del que se pueda obtener la información presencial/no presencial hasta mediados de noviembre de 2020, en que se incluye en la aplicación Medora un atributo código de la actividad, en la que los valores son: presencial, no presencial, domicilio y comunitaria. Hasta ese momento el código de actividad solo tenía como valor: centro y domicilio”, admite la Consejería de Sanidad.
Así, los únicos datos de los que se disponen desde marzo de 2020 son a partir de mediados de noviembre, con lo que el Comisionado de Transparencia indica a la Junta que, al menos, responda al ciudadano con los datos de diciembre.
Menos de un tercio de los médicos han visto en persona a sus pacientes
Pero de lo que sí informa Sacyl, a través de su página de transparencia y datos abiertos es de cuántas citas sí han sido presenciales o 'telemáticas' en el primer trimestre de este año. Y el resultado es que los médicos sólo han visto a sus pacientes en el 27% de las casi 4,1 millones de consultas. Es decir, casi tres millones han sido por teléfono.
Respecto a Enfermería, el Observatorio de Salud de Castilla y León indica que de las casi dos millones un 57% han sido presenciales (856.000 por teléfono), en las que que han realizado 1,65 millones de procedimientos.
Sacyl asegura que “actualmente se está trabajando en el Proyecto Bision, que es un proyecto de Business Intelligence, que facilitará la explotación automática de indicadores sanitarios dirigidos a los diferentes niveles de la estructura organizativa de Sacyl y conjuntos de datos abiertos disponibles parausuarios. Entre los indicadores de los que se podrá disponer estarán incluidos los referentes a las consultas no presenciales en Atención Primaria”.
“Desde el 31 de mayo de 2021, los pacientes pueden elegir, por los canales automáticos, entre cita presencial y no presencial y los profesionales registran el lugar de la actividad: presencial, no presencial, domicilio o comunitaria en el momento de dar una cita”, confiesa la Consejería de Sanidad de Castilla y León para justificar que prácticamente en la mayoría del primer año de la pandemia no haya sabido –ni tenga aún o quizás jamás pueda saberlo– los datos de cuántos pacientes han visto en persona médicos y enfermeras.
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