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El empresario acusado de “injurias” por la ARMH: “También soy una víctima”

Roberto Da Silva en la entrevista en la que realizó las declaraciones contra familiares de represaliados del franquismo

EFE

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El empresario y presidente de la IGP Morcilla de Burgos, Roberto da Silva, ha asegurado que sus declaraciones sobre las víctimas del Franquismo, en las que afirmaba que buscan a sus abuelos para cobrar “400 euritos”, se han sacado de contexto y ha insistido que “nadie puede darle lecciones de moralidad”, tras el anuncio de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de denunciar el caso ante la Fiscalía por “injurias”.

Da Silva ha asegurado sentirse “una víctima de la venganza de una sociedad que debería haber perdonado” y, en declaraciones a EFE, ha explicado que su comentario se ha sacado de contexto “para ofender y hacer daño”, pues su propia familia es víctima de la Guerra Civil, aunque “no puedan buscar en las cunetas” al familiar fusilado.

Las declaraciones, asegura, “vienen de una conversación anterior”, la que mantenía con el locutor de la emisora de radio local de la que se han extraído, en la que Da Silva había hablado de cómo el hermano de su abuela había desaparecido de casa, con 18 años, en los primeros meses de la Guerra Civil. “Lo fusilaron en el puente Valdenoceda”, ha explicado, y lo arrojaron al río, por lo que la familia “no puede buscarlo en las cunetas” ni tiene forma de demostrarlo, ya que se dio por desaparecido y “se rieron en la cara de mi abuela”. Roberto da Silva ha insistido en que “es también una víctima y se habrá equivocado en la cantidad, ”pero los huérfanos de la Guerra Civil cobran 187 euros y las viudas 783“, ha indicado ante el primer comentario en el que hablaba de ”400 eurillos“ por buscar a los abuelos.

“Me puedo arrepentir de haberme equivocado en la cantidad pero nadie me puede dar lecciones de moralidad”, ha aseverado, al mismo tiempo que ha indicado que en su familia, ante la falta de información, se aplicó el “silencio, el perdón y el olvido” y la situación que ahora está viviendo le genera “odio”.

“Estoy dispuesto a ir a la cárcel, a pedir un indulto y cuando dé con mis huesos en la cárcel podré vocear de forma política, me uniré a un partido y me pondré en el bando contrario, pero si me quieren fusilar a mí como fusilaron a mi tío abuelo, que me fusilen”, ha respondido ante los insultos, las amenazas y el acoso que, ha denunciado, está sufriendo.

Liberado y fortalecido

El empresario burgalés es consciente de que la situación está afectando tanto a su proyecto empresarial como a la IGP Morcilla de Burgos, pues sus declaraciones se han difundido vinculadas a su puesto de responsabilidad, que ha ejercido “de manera pulcra” y que le ha supuesto inversión de tiempo y dinero más que beneficios. También ha explicado que, igual que está recibiendo mensajes de apoyo, hay presiones para que dimita, aunque en su voluntad está permanecer para defender el trabajo que ha hecho.

Si te tiene que ir de la IGP, “ganará en libertad y podrá ser más libre”, ha afirmado, además de insistir en que “no le están haciendo tanto daño como la gente piensa” pues estas situaciones le “fortalecen”.

“Tengo tranquilidad, no me siento responsable de un daño cometido, me siento una víctima más de la opresión del liberalismo” y, si la denuncia de la ARMH llega, está dispuesto a explicar su situación y “si tiene que acabar con los huesos en la cárcel, saldrá más fuerte”, ha reiterado

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