Activistas y grupos de izquierdas protestan por la infiltración de un policía en movimientos sociales de Barcelona

La infiltración de un agente de la policía nacional en movimientos sociales de Barcelona, destapada por La Directa el lunes, ha motivado la protesta tanto de grupos políticos como de algunas de las activistas que mantuvieron relaciones sexo afectivas con el infiltrado.

Unidas Podemos, ERC y la CUP han pedido en el Congreso la comparecencia del ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, para que dé explicaciones por el caso de espionaje a estos movimientos sociales, el segundo que ha destapado La Directa en menos de un año.

A su vez, cinco de las activistas que mantuvieron relaciones con el agente han presentado este martes una querella por abusos sexuales continuados, descubrimiento y revelación de secretos e impedimento del ejercicio de derechos cívicos, entre otros.

El agente, que se identificó con el nombre de Daniel Hernández, estuvo infiltrado en los movimientos sociales y sindicales del barrio de Sant Andreu (Barcelona) entre mayo de 2020 y octubre de 2022. El agente se acercó al gimnasio del centro social okupado la Cinétika. “Decía que había encontrado la dirección por internet mientras buscaba un lugar económico donde entrenar”, afirmó una activista del espacio en el reportaje. A partir de ahí estableció relaciones con al menos ocho mujeres que, según el medio que publicó el caso, le facilitaron participar en asambleas, jornadas y manifestaciones.

La Directa pudo confirmar la identidad del agente gracias a “errores cometidos” por el infiltrado, que permitieron acceder a datos abiertos sobre su pasado y su presente. A su vez, el medio pidió una prueba pericial fisonómica comparando fotografías del infiltrado con las de su paso por la escuela de policía de Ávila entre 2018 y 2019. Las conclusiones del perito no albergaron ninguna duda.

La portavoz de la CUP en el Congreso de los Diputados, Mireia Vehí, ha denunciado este martes en una rueda de prensa que uno de los infiltrados “utilizaba la sexualidad y las relaciones con las mujeres para obtener información y como arma de poder”. El presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, aseguró el lunes que “espiar a los movimientos sociales” va “en contra del espíritu democrático” y pidió explicaciones a Marlaska.