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Chery atrasa un año la producción de su primer vehículo en la fábrica de Barcelona

Un SUV de la marca Omoda, del fabricante Chery

Serafí del Arco

Barcelona —

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Malas noticias para la alianza automovilística entre Chery y la catalana EV Motors (Ebro) para la fabricación de automóviles en las antiguas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, hoy bautizada como Ebro Factory. El fabricante chino ha decidido retrasar un año la fabricación del suv Omoda 5, cuyo inicio de producción estaba previsto tras la vuelta de las vacaciones, a principios de octubre. A cambio, la joint venture avanzará la producción de todocaminos de la marca Ebro, que empezará en noviembre. Se trata de un cambio sustancial en los planes iniciales.

Así se lo ha comunicado el primer ejecutivo chino de la alianza, Xu Johnson, a los sindicatos, en una reunión a la que también asistió el presidente de EV Motors y CEO de BTech, Rafael Ruiz. Este martes, el equipo directivo de la alianza Chery-Ebro, ha dado cuenta de ello al Govern de la Generalitat. El principal argumento de Chery es la aplicación de aranceles a las marcas chinas de vehículos eléctricos por parte de la Unión Europea, algo que no acaba de encajar a los representantes de los trabajadores, puesto que Chery tenía previsto iniciar la producción con el Omoda 5 de combustión, y la versión eléctrica estaba previsto que llegara dentro de un año. Además, la automovilística china confirmó dichos planes en julio a una delegación de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona.

Chery quiere ahora ganar tiempo para conseguir la homologación como fabricante europeo, algo que si consigue le permitiría sortear los aranceles, aunque los componentes que importe para ensamblar los vehículos en Barcelona procedan de China. “Chery asegura que con aranceles no alcanza el margen por coche que había previsto”, según un representante sindical presente en la reunión. Ebro confía en obtener dicha aprobación en las próximas semanas, lo que le permitirá librarse de los aranceles a pesar de que las piezas también vengan del gigante asiático.

20.000 unidades en 2025

Los modelos de Ebro que empezarán a ensamblarse en la Zona Franca son con tecnología y plataforma compartidas con su socio Chery. De hecho, son meras versiones del Tiggo, el suv que Chery vende en numerosos mercados asiáticos y latinoamericanos. Así, tras los repentinos cambios de planes, el calendario de producción previsto a día de hoy es empezar a hacer el Ebro S700 a partir del 18 de noviembre, el S800 desde el 28 de noviembre y en junio de 2025 llegaría el S400. Este último, más pequeño que los dos anteriores, se trata de un tercer auto de la renacida marca española que no estaba previsto en los planes iniciales. Según han informado los sindicatos, la producción de los tres modelos Ebro prevista para el 2025 es de 15.000 unidades.

De acuerdo con el calendario anterior, en noviembre se incorporará un primer turno, en abril de 2025 un segundo y en junio de 2025 un tercero. En total, cuando los tres turnos estén en marcha, se empleará a unos 300 trabajadores. La producción se llevará a cabo con un sistema DKD (direct knocked down, en sus siglas en inglés), que es cuando los vehículos se reciben casi enteros y se ensamblan algunas piezas.

Cuando se incorporen a la línea de producción de Barcelona los modelos Omoda, dentro de un año, la fabricación pasará a ser en CKD (completely knocked down), donde todas las piezas y partes del vehículo vienen de China y se montan aquí. Un nivel de desmontaje más alto requiere más trabajo para devolver a ensamblar los vehículos, lo cual implica más puestos de trabajo y creación de valor local en el mercado que importa. En principio, la previsión es que durante el primer ejercicio ya se hagan unas 5.000 unidades, que se sumarían a las 15.000 de Ebro.

La escasez de trabajo lastra la rentabilidad

La alianza necesita acelerar el ritmo de producción lo antes posible si no quiere perder más dinero y retrasar su rentabilidad. En estos momentos trabajan 150 personas mientras que alrededor de 600 están en fase de formación, desde enero. Pero el 1 de octubre, estas 600 personas, haya o no producción, pasarán de tener un contrato de formación a tener uno indefinido sujeto al convenio del metal más un 20%, de acuerdo con lo acordado en la mesa de reindustrialización. 

Las dos compañías, Chery y Ebro, aseguraron en primavera, tras anunciar el acuerdo y los planes de producción de las respectivas marcas con una inversión público-privada que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cifró en 400 millones de euros, que contarían con 1.250 trabajadores en las instalaciones de la Zona Franca para producir 50.000 vehículos en 2027 y 150.000 en 2029.

Que la alianza haya sustituido modelos Omoda por Ebro para arrancar la producción no debería comportar mayores consecuencias en términos industriales. El problema es que un Ebro no es un Omoda. La primera es una marca aún por construir mientras que la china ya lleva meses vendiéndose en España y tiene una estructura comercial. De ahí que los sindicatos hayan insistido a la alianza a que intensifique la apuesta en el lanzamiento de los modelos Ebro con estrategias agresivas para potenciar su entrada en el mercado y así garantizar los mayores volúmenes productivos posibles.

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