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“Con siete minutos por visita es imposible que los médicos de familia escuchemos bien a los pacientes”

Una enfermera llama a un paciente en un Centro de Atención Primaria en Barcelona. / ROBERT BONET

Pau Rodríguez

La médico de familia Nani Vall-llossera recibe a un paciente cada siete minutos, muy por debajo de los 12 recomendados, en su Centro de Atención Primària (CAP) en el Bon Pastor, en Barcelona. Le sale a unas 30 o 35 visitas al día. “Tenemos que escucharles bien, es algo fundamental para hacer un buen diagnóstico, pero con este tiempo es casi imposible, y esto hace que tiremos más fácilmente de pruebas y de medicamentos”, comenta. “El día que llegue a 50 pacientes al día lo dejo, porque es incompatible con mi forma de ver la medicina”, se lamenta esta facultativa, que atesora más de una de experiencia en este barrio.

A partir de este lunes y hasta el viernes, 5.700 médicos de ambulatorio como ella están llamados a la huelga, convocados por el sindicato mayoritario Metges de Catalunya y CGT, para acabar con la sobrecarga en la asistencia en Catalunya. Los recortes en personal durante la crisis, las bajas sin cubrir y el aumento de necesidades de una población envejecida ha llevado al sector al límite. Hasta decir basta 12 años después de su última huelga. El Instituto Catalán de la Salud (ICS), del que dependen los ambulatorios, viene argumentando que si no contratan más médicos es porque no los hay en las bolsas de trabajo, aunque este jueves acabó prometiendo 201 efectivos más. No ha servido por ahora para aplacar la ira de los médicos.

Los servicios mínimos decretados para los cinco días de huelga son del 100% en las unidades especiales y urgencias y del 25% los dos primeros días y el 33% los tres siguientes en el resto de especialidades.

Nani Vall-llosera no cree que llegue a los 50 pacientes al día que tanto teme. Las condiciones de los CAP de Barcelona están más estabilizadas que las de otros puntos de Catalunya, en un mapa sanitario de atención primaria desigual según el territorio. Quien sí llegó a tener más de 60 hace un año es Juancho Moreno, médico de familia del barrio de Rocafonda, en Mataró. “Había días que salía dos horas más tarde de mi horario, algunas veces se me cerraban los ojos. Nunca antes me había pasado, era insostenible”, recuerda. “Si cada persona que viene tiene una media de dos o tres problemas, ¿cuántos diagnósticos acababa haciendo al día?”, se pregunta.

La zona en la que se inscribe el CAP de Moreno es la conocida como Metropolitana Nord, históricamente de las más saturadas, pero en la que los profesionales de sus 64 ambulatorios pactaron el año pasado un documento que fijaba un máximo de 25 visitas al día. Es decir, los anhelados 12 minutos por paciente. Se consiguió en parte gracias a la entrada de una cuarentena de médicos.

“Los equipos están ahora más equilibrados, pero si hay bajas no se cubren, con lo que vuelves a lo mismo”, comenta Moreno. Las sustituciones por poco tiempo son una quimera en muchos centros, donde se acaban repartiendo a los pacientes y haciendo lo que llaman doblajes (dos turnos, de mañana y tarde, en vez de uno).

Desde Metges de Catalunya consideran que durante la crisis se han perdido hasta 900 médicos en los CAP que no han sido recuperados. Desde el ICS no lo niegan, aunque argumentan que si pudieran contratarían a más profesionales, pero que las bolsas de trabajo para esta especialidad están vacías. Con todo, y en plena negociación, desde la Administración han propuesto medidas de última hora para frenar las protestas. El Govern aprobó al martes facilitar que los extracomunitarios que se forman en Catalunya se puedan quedar a trabajar incluso sin la nacionalidad si es en una especialidad deficitaria, lo que supondría 100 efectivos más para el sistema.

La promesa de 201 profesionales nuevos

Pero la sorpresa llegó el miércoles en forma de carta del director del ICS, Josep Maria Argimon, a todos los profesionales de los ambulatorios. En la misiva, admitía la sobrecarga, reconocía la incapacidad para retener a médicos por las precarias condiciones en la contratación y prometía la incorporación de 201 médicos para alcanzar la ratio de médicos por paciente reivindicada por el sector. Desde Metges de Catalunya lo tacharon de “juego sucio” por no plantearlo en la negociación.

Argimon prometía en la carta satisfacer otras demandas de los sindicatos, como dar presupuesto propio a las direcciones de atención primaria, ofrecer contratos más largos para los eventuales, evitar que haya jornadas que acaben más tarde de las 20 h o recuperar progresivamente la retribución por objetivos. En 2018 se pagaría el 75% y el 2019 los médicos ya cobrarían el 100% de esta variable.

Aparte de los médicos de familia, entre los profesionales que trabajan en los CAP hay pediatras, odontólogos y ginecólogos. En los últimos días, aparte del sindicato mayoritario, ha llamado también a la huelga CGT, que incluye al cuerpo de enfermeras, en la semana de movilizaciones a la que se han sumado colectivos e defensa de la Atención Primaria, como la federación FOCAP, Rebelión en Primaria o Marea Blanca. Por último, y en los mismos días, Metges de Catalunya ha convocado huelga también en la red concertada del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut).

Las jornadas de paro se producen justo un día después de que 1.722 especialistas se hayan presentado oposiciones del ICS este mismo domingo para conseguir plaza fija. Hay 1.342 puestos en juego, aunque estos no se pueden contar como nuevas incorporaciones, puesto que la mayoría ejerce actualmente como interinos.

“Sufrimos mucha fatiga mental”

Aparte de las demandas laborales, las demandas de Metges de Catalunya incluyen por primera vez una exigencia sobre financiación del sistema de atención primaria que puede convertir la huelga en una auténtica movilización sectorial. El sindicato exige que el Departamento de Salud aumente el presupuesto en Atención Primaria hasta que este suponga el 25% de la partida total destinada a este ámbito de la sanidad. Este porcentaje es una petición compartida en la mayoría de comunidades autónomas. En Catalunya se encuentra ahora al entorno del 17%.

“O se apuesta por la Primaria o el sistema se tambalea”, alerta Vall-llosera, que atribuye incluso a la falta de recursos en los ambulatorios la saturación de los hospitales, a los que acuden los pacientes cuando el médico de familia les da hora para al cabo de varias semanas. Esta misma semana, la OCDE alertaba que los países europeos desperdician un 20% de su gasto en Sanidad por falta de inversión en Primaria y por no apostar por los medicamentos genéricos. La organización internacional considera que muchos ingresos hospitalarios son “evitables”, sobre todo los de las patologías más extendidas: diabetes, enfermedad obstructiva pulmonar, asma, fallo cardíaco e hipertensión.

Las agendas apretadas y el poco tiempo para atender a pacientes mantienen a los profesionales sometidos a un estrés constante, según denuncian, agravado si cabe por el hecho de tener que emitir diagnósticos “a destajo”. Así se expresa Elena Bartolozzi, médica de familia del CAP Ramon Turró de Barcelona, que advierte: “Sufrimos mucha fatiga mental, a la que se suma la ansiedad de si te equivocas por no tener suficiente tiempo”.

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