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“La violencia no es solo física, es no respetarme, y esto cuesta de entender”

Sana Atabeh durante la entrevista

Blanca Blay

El día a día de Sana Atabeh consiste en combatir la violencia hacia las mujeres a través de la ONG Family Defense Society, ubicada en Nablús, su ciudad natal en Palestina. Allí trabaja como coordinadora de un proyecto para el empoderamiento de las mujeres y la acción para una vida libre de violencias. Hace poco estuvo en Barcelona, donde participó en el XI Foro Contra las Violencias de Género. Atabeh espera en la Biblioteca Francesca Bonnemaison, donde el encuentro se hace corto para alguien que podría pasarse horas hablando de lo que le apasiona. “Un cambio de gobierno se puede producir en una hora, cambiar una sociedad lleva tiempo”, asegura desafiante pero convencida de que de tiempo, por suerte, tienen.

¿Por qué se interesó por las mujeres y la violencia de género?

Yo vivo en una sociedad árabe, es muy importante hablar de violencia, ya que nuestra sociedad es patriarcal, está controlada por los hombres y por eso necesitamos cambiar la manera de ver las cosas. Nosotras, como mujeres, tenemos que tener nuestros derechos a ser tratadas como seres humanos. Los hombres no son más inteligentes que las mujeres ni tienen más derecho a ser educados. Es muy importante tener igualdad de roles y de derechos en la familia y en la sociedad. Mi rol en la sociedad es concienciar a las mujeres de ello, les damos información sobre cuáles son sus derechos, como el derecho a baja maternal, por ejemplo, que poco a poco hemos ido ganando más días. Ahora en Palestina tenemos igualdad de salarios entre hombres y mujeres pero todavía hay trabajos que se asocian a hombres y otros a mujeres.

En Palestina la lucha por los derechos de la mujer convive con la lucha contra la ocupación.

Sí, la lucha por nuestros derechos es una lucha constante en diferentes ámbitos, que están dominados por los hombres, como la política. Se supone que yo no tengo derecho a elegir mi marido, que no puedo viajar sola sin el permiso de la familia, ni tampoco vestir como visto ahora, sin el velo. La lucha por nuestros derechos en la sociedad convive con otra lucha, la de vivir en libertad, contra la ocupación de Israel.

¿Tiene datos sobre la presencia de violencia sexual en la sociedad palestina?

Sí, sabemos que el año pasado 29 mujeres fueron asesinadas en manos de un hombre porque estos consideraban que habían hecho algo mal, como tener vida sexual antes del matrimonio, por ejemplo. Las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales trabajan conjuntamente para recopilar la información y para cambiar las leyes. Evidentemente no es fácil, siempre hay alguien en el proceso de decisión que está en contra de que como ONG trabajemos con ellos para cambiar las leyes. Ahora, además, como el Parlamento está parado tenemos dificultades internas añadidas.

Para denunciar un caso de violencia necesita que haya una serie de garantías, como la confidencialidad o la protección judicial y policial. ¿Tiene una mujer estas garantías en Palestina?

La mayoría callan porque tienen miedo y directamente no llegan a denunciarlo. Pero es verdad que el hecho de que se hable en las noticias y que sea un tema más visible ayuda a que más mujeres lo denuncien. En todas las estaciones policiales en las principales ciudades de Cisjordania hay lo que llamamos una 'unidad de género' y luego está el trabajo que hacemos las ONGs. Nosotros, por ejemplo, en la Family Defense Society ofrecemos refugio temporal a mujeres que han sufrido violencia, donde reciben asistencia social y psicológica además de asesoramiento jurídico.

¿Cómo es la asistencia sanitaria? En un informe de Human Rights Watch de 2006 se aseguraba que el sistema estaba pobremente equipado para tratar con casos que requieren un alto nivel de profesionalidad y sensibilidad.informe de Human Rights Watch de 2006

Tenemos un sistema de referencia que nos ha costado mucho conseguir. Es un protocolo a seguir ante un caso de violencia, donde se explica cómo dirigirse a la persona de una manera sensible y respetuosa, etc. Además, la asistencia a las clínicas y hospitales es totalmente gratuita.

¿Qué papel juegan las concepciones sociales? ¿En algunos casos se utiliza los matrimonios forzados por “absolver la sociedad de la responsabilidad de hacer frente” a crímenes como una violación, como dice el informe de HRW?

Por desgracia ocurre, no te diré que no, pero no debería ser normal. Se supone que una persona que comete una violación no debería estar en prisión tres meses, como dice la ley, sino para siempre. Nosotros trabajamos para que la ley cambie.

Más allá de la ley, ¿cómo se cambia la conciencia social?

Tiene que ver con la comprensión, el conocimiento de la gente, no tiene que ver con el Islam, es por eso que nosotros hacemos pedagogía, educamos grupos de mujeres, las informamos. ¿Cómo lo hacemos para cambiar esto? Nos dirigimos a grupos de mujeres, con actividades, con educación y formación sobre temas como la ley, el género, la familia, la violencia. La violencia no es solo física, es no respetarme. Entender esto también cuesta. Hay muchos tipos de violencia. También nos dirigimos a grupos de gente muy diferentes, desde mujeres en situación vulnerable hasta mujeres que ya tienen conocimientos pero les falta el poder de decisión. Muchas veces tampoco se dice nada porque la mujer depende económicamente del hombre, otros por el 'qué dirán', etc. También hablamos del divorcio e intentamos explicar que es algo normal en la sociedad.

¿En estas charlas o formaciones también hay hombres o se dirigen solo a mujeres?

Este es el problema. Hay hombres que nos apoyan, algunos son miembros de la asociación pero no es suficiente. En muchos casos el control de la familia, y especialmente en zonas muy rurales, está en manos del hombre, es por eso que necesitamos trabajar con ellos también. Al principio encontramos dificultades para que las mujeres asistieran a nuestras charlas, sabemos que tampoco será fácil que los hombres lo hagan pero lo podemos conseguir. Yo sé que si hago una charla o formación ante 100 personas, no todas marcharán y lo pondrán en práctica en su día a día pero si alguien de ellas lo hace, ya me doy por satisfecha.

¿Cuál es el mayor reto para la sociedad palestina en este sentido?

Nosotros luchamos en una única dirección: política y social. A veces tenemos el debate de cómo puedes sentirte libre como mujer en una sociedad ocupada. La ocupación afecta a nuestra vida diaria, por ejemplo, los 'check points' impiden quizás acudir al médico. Muchas veces las mujeres no piensan en lo que ellas necesitan porque no se lo pueden permitir, ya que están a cargo de la familia. Así que por un lado, tenemos que luchar contra la ocupación pero también para cambiar la sociedad. Un cambio de gobierno se puede producir en una hora, cambiar una sociedad lleva tiempo.

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