El uso de gas pimienta de los Mossos en las protestas propalestinas desata la indignación de las entidades sociales

La actuación de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra en la última manifestación propalestina en Barcelona ha desatado la indignación de asociaciones y colectivos sociales. Su uso de gas pimienta para apartar a los manifestantes, tachado de “indiscriminado” por las entidades, ha provocado que también hayan pedido explicaciones a la Generalitat los grupos parlamentarios de ERC, Comuns y CUP. 

En una rueda de prensa este viernes, varias entidades sociales han reclamado acusado a la policía de haber usado gas pimienta en las protestas alrededor de la Estación de Sants sin justificación. Activistas propalestinos, sindicalistas y abogados consideran que la actuación fue “desproporcionada” contra manifestantes que se habían sentado pacíficamente para bloquear la salida de los autocares del equipo de baloncesto israelí que debía jugar en Manresa.

Las entidades Prou Complicitat amb Israel, Boicot ICL, la Confederación Sindical de Vivienda de Catalunya, los sindicatos convocantes de la huelga general del miércoles y Som Defensores han denunciado vulneraciones graves de protocolos y derechos fundamentales observadas durante la jornada de la huelga y han exigido responsabilidades a la consejera de Interior, Núria Parlon, y al director general de los Mossos, Josep Lluís Trapero.

Som Defensores, integrada por las asociaciones Irídia y Novact, ha identificado diversas vulneraciones de protocolos que consideran graves, tal y como ha explicado Anaïs Franquesa, abogada. El uso del gas pimienta fue sin previo aviso e incluso contra personas sentadas pacíficamente, “poniendo en riesgo su integridad física y vulnerando el derecho de reunión”. No hubo uso progresivo de la fuerza, han denunciadom sino que se optó directamente por el gas pimienta contra las personas concentradas.

“Es muy preocupante que el uso del gas pimienta se esté convirtiendo en la primera opción de los agentes antidisturbios, prescindiendo totalmente de los principios de necesidad, proporcionalidad y pertenencia que deben guiar sus actuaciones”, ha afirmado Franquesa. Además, criticó el uso del gas al mismo tiempo que otros agentes intentaban apartar a la gente del suelo y golpeaban con las porras

En el empleo específico del gas, Franquesta critica que se rociase a la cara, a poca distancia y repetidamente a ciertas personas. Según cifras de la organización, entre 30 y 40 personas fueron atendidas por personal sanitario cerca de la estación de Sants después de las cargas policiales. La mayoría lo fueron por irritaciones en los ojos y ceguera momentánea, que en algunos casos aseguran que duró más de seis horas.

De entre las personas atendidas, referían este viernes las entidades, dos eran asmáticas y llevaban a su inhalador encima. Y otra persona tuvo que ser trasladada a urgencias por una reacción alérgica al gas.

En otra actuación policial horas después, cerca del Consulado de Israel, la entidad resalta de nuevo que la utilización del gas, los carruseles y las cargas obstaculizaron el derecho de reunión pacífica, causaron lesiones y dividieron la manifestación en dos. “La actuación no sólo fue desproporcionada, sino que agravó la situación”, afirman.

Som Defensores exige de esta forma la publicación del protocolo de uso del gas pimienta y del gas lacrimógeno (PIT 23), así como una evaluación urgente e independiente de la actuación policial y la revisión de las directrices que permiten un uso generalizado e intensivo del gas pimienta en contextos de movilización.

En este sentido, la petición de las entidades sigue a la de los partidos políticos que ya reclamaron en sede parlamentaria a Interior que haga públicos los protocolos. Se trata de ERC, Comuns y CUP. Todas ellas pidieron la comparecencia de la consellera Parlon y, además, los dos últimos coincidieron en denunciar que la actuación fue “desproporcionada”.