Miles de personas se movilizan con UGT y CCOO en Barcelona contra la explotación y la precariedad laboral
Los secretarios generales de UGT, Josep Maria Álvarez, y de CCOO, Joan Carles Gallego, han situado a las reivindicaciones sindicales de aumento salarial, la lucha contra la precariedad y la recuperación social en el centro del mitin que finaliza la manifestación mayoritaria del 1 de mayo en Barcelona. Los organizadores evalúan la asistencia en 60.000 personas.
Un elemento que se ha repetido en los discursos ha sido la reclamación que el cambio económico preconizado por el gobierno central se plasme en aspectos concretos. Uno de estos puntos son los aumentos salariales. No sólo como elemento de justicia después de casi ocho años de austeridad, sino como medio de reanimación del consumo y, por tanto de la economía. En esta línea han criticado duramente el anuncio del gobierno del PP, que ha dicho que creará en la próxima legislatura 500.000 puestos de trabajo, «¿En qué sectores y en qué condiciones se crearán?, se preguntaba Álvarez, mientras que Gallego alertaba contra la política de autocomplacencia que se desprende los anuncios de los gobiernos central y catalán.
La lucha contra la precariedad fue también elemento repetido en las intervenciones de los líderes. No en vano tanto la manifestación como los carteles tenían un punto también nuevo, el lema: «precariedad es explotación“, seguido de los sub-lemas «trabajo y contratos dignos y, más protección social». Hacía muchos años que no se utilizaba este concepto: explotación el 1 de mayo.
Derogación de las reformas laborales
La manifestación ha contado con la presencia de muchos colectivos de trabajadores que tienen en estos momentos conflictos, tanto sectoriales como de empresa. Además, de grupos políticos de izquierda. Los organizadores han valorado el seguimiento en más de 60.000 personas. Como elementos en apoyo de esta apreciación se cuenta que la plaza de la catedral, al finales de la marcha estaba llena a rebosar y en Via Laietana todavía tenia manifestantes a la altura de la comisaría de la Policía Nacional.
Josep Maria Álvarez ha comenzado recordando la primera manifestación del 1 de mayo en Barcelona, hace 125 años, convocada por UGT. Ha criticado la falta de atención a las víctimas del terremoto de Nepal y la «vergonzosa situación que se vive en el Mediterráneo», así como en las fronteras de Ceuta y Melilla. Pero cuando ha sido más enérgico fue al hablar de la situación en España: «Hace ocho años que comenzó la crisis y nos lo han quitado todo, nos han dejado desnudos de derechos», dijo. Como consecuencia ha puesto sobre la mesa una exigencia concreta: «derogación de todas las reformas laborales», dijo, mirando a los representantes de las fuerzas políticas. También ha planteado la represión que afecta a los delegados y delegadas sindicales en su tarea a las empresas, que les cuesta incluso despidos.
La contundencia de Álvarez ha subido algunos grados cuando se ha referido a los más de 300 sindicalistas imputados o acusados por participar en piquetes informativos. Piquetes que ha reivindicado como parte elemental de la historia obrera.
En la línea de un cambio de tendencia Álvarez ha exigido a los poderes públicos actuales y futuros la recuperación de los derechos que han sido arrebatados, y en clave catalana ha reclamado al Parlament de Catalunya que apruebe la propuesta de renta Mínima Garantizada para luchar contra la exclusión social.
El líder de UGT reiteró la situación injusta que afecta a los parados de más de 55 años que pueden perder el derecho a cobrar una pensión digna después de haber cotizado durante 30 o 40 años.
Y dirigiéndose a la representación política, el líder de UGT ha reclamado que tanto a nivel local como a nivel de Catalunya se apliquen políticas sociales, ya que «al igual que el sindicalismo es firme partidario del derecho a decidir, también queremos un país con políticas sociales, sanidad, escuela o renta mínima garantizada ».
Gallego saluda a los trabajadores en lucha
Joan Carles Gallego ha comenzado su intervención saludando a los asistentes. Lo ha hecho recitando una larga lista de empresas y sectores actualmente en conflicto: los empleados de CatalunyaBank, los de los centros de la Red de Hospitales de Utilidad Pública (XHUP), los empleados de correos, los trabajadores de las empresas portuarias, del transporte de mercancías, las empresas como gas gas, de Girona, o Girona més neta, o Indox y Boí Taüll, en las comarcas de Ponent. También ha tenido un recuerdo para los medios de comunicación, algunos en crisis, que en muchos de ellos sus trabajadores deben luchar además por defender el derecho a la libertad de información.
«También saludamos a los trabajadores y trabajadoras precarias, y los jóvenes que están en la calle o trabajan en una situación de semiesclavitud», dijo.
También ha hablado Gallego de la labor de los sindicalistas, y de los más de 300 que tienen abiertos procesos para ejercer los derechos sindicales.
El líder de CCOO ha reclamado medidas contra la inseguridad en el trabajo que reviertan situaciones como el aumento de la siniestralidad en el trabajo. Ha confrontado todas estas percepciones con la “imagen de la situación que se pregona desde los medios de información mayoritarios que nos dicen que estamos en un país de las maravillas”.
Gallego ha saludado las entidades presentes en la manifestación, sociales y políticas, y les ha recordado que si acompañan a los trabajadores en jornadas como el 1 de mayo también deben comprometerse a ser consecuentes cuando se debatan las políticas concretas que pueden mantener o cambiar la situación actual.
Ha tenido también Gallego un recuerdo para la historia, no sólo con respecto a los 125 años de la primera manifestación del 1 de mayo en Barcelona, sino también a los 50 de la fundación de CCOO. De este punto ha partido para reclamar continuar la lucha contra la austeridad. Y aquí ha vuelto a reclamar la necesidad de lograr incrementos salariales como medio para reanimar la economía, único camino para conseguir salvar los servicios públicos. También, ha dicho, la lucha es una herramienta contra la precariedad laboral y la mejora de la economía del país.
Ha finalizado Gallego hablando del ciclo electoral «el movimiento sindical es independiente de los poderes políticos y económicos, pero no indiferente a la política, a las políticas», dijo. En este sentido ha remarcado que desde los ayuntamientos se pueden hacer políticas sociales positivas para los intereses de las capas populares. En el ámbito catalán ha reclamado actuar contra los recortes hijos del austericidio, que no han hecho más que fragmentar la sociedad. Y respecto a las elecciones al Congreso pidió derogar la involución de derechos y libertades.
Cuando Gallego estaba terminando su intervención en las escaleras de la catedral se situaron cientos de trabajadores de empresas subcontratadas por Movistar que hicieron sentir ruidosamente sus reivindicaciones ahora que se supera el mes de huelga indefinida.