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La Generalitat pide casi 4 años de cárcel a un independentista por “golpear con un martillo” las puertas de la Ciutadella en la investidura fallida de Puigdemont

Protesta a las puertas del Parlament contra los encarcelamientos

Oriol Solé Altimira

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Severa petición de prisión de la Generalitat para un independentista por los incidentes que se vivieron en el parque de la Ciutadella, sede del Parlament, durante la investidura fallida de Carles Puigdemont como president el 30 de enero de 2018. El gobierno catalán, acusación particular en el caso, pide 3 años y 10 meses de prisión para un joven, al que acusa de “golpear con un martillo” las puertas de la Ciutadella y “dar un empujón” a un agente de los Mossos d'Esquadra.

El juicio se celebrará la próxima semana en la Audiencia de Barcelona y será una de las primeras vistas pos–COVID. Se da la circunstancia además que la Generalitat pide una pena más alta que la Fiscalía, que reclama tres años de prisión. La defensa solicita la absolución.

El 30 de enero de 2018 los Mossos blindaron y cerraron el parque de la Ciutadella, en cuyo recinto se encuentra el Parlament. No obstante, a última hora de la tarde, tras el pleno fallido de investidura de Carles Puigdemont, varias personas rompieron el cordón policial y lograron acceder hasta el interior del parque. También acamparon durante unas horas frente al edificio del Parlament. Los manifestantes decidieron poner fin a la acampada esa misma madrugada.

Según el escrito del abogado de la Generalitat, al que ha tenido acceso este diario, el acusado, junto a un grupo de personas no identificadas, se acercó primero en una de las rejas del Parque de la Ciutadella y colocó una cuerda para que varios manifestantes accedieran al recinto y se acercaran al Parlament.

Poco después, agrega la Generalitat, el acusado se dirigió a una de las puertas del parque y “dio golpes con un martillo a las cadenas que cerraban la puerta para romperlas y facilitar así la entrada de manifestantes”. En ese preciso instante, continúa el abogado del Govern, dos agentes de paisano de los Mossos d'Esquadra lo descubrieron y se identificaron como autoridad conminándole a parar los golpes de martillo.

El joven, que llevaba un casco y un buf para taparse “parcialmente la cara”, en palabras del abogado de la Generalitat, hizo caso omiso a los agentes y continuó martilleando las puertas del parque. Ello obligó, según la versión de la Generalitat, a que los agentes lo “alejaran” de la puerta, a lo que el acusado reaccionó “dando el martillo a un hombre que estaba allí y dando un empujón a un agente”, tras lo cual “empezó a correr” y tuvo que ser reducido por dos agentes.

La Fiscalía realiza el mismo relato de los hechos que la Generalitat pero añade al supuesto empujón una patada del acusado hacia un agente de los Mossos “con absoluto desprecio hacia el principio de autoridad”. La Generalitat agrega además que las cadenas de la puerta de la Ciutadella, pese a los martillazos, no sufrieron “desperfectos apreciables”.

Los hechos constituyen para las acusaciones un delito de desórdenes públicos por intentar entrar al parque pese a estar cerrado por la policía y otro de atentado al agente de la autoridad por el supuesto empujón y la patada que el acusado habría propinado al mosso. Por el primer delito ambas acusaciones reclaman dos años de prisión y por el segundo la Fiscalía un año y la Generalitat un año y diez meses.

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