Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Los españoles, más dispuestos a sacrificar libertades por el coronavirus que por el cambio climático o el terrorismo

El Ejército se despliega en 28 ciudades con 1.820 efectivos

Arturo Puente

2

El impacto de la crisis del coronavirus en la vida de los ciudadanos ha generado también cambios de calado en las preferencias políticas mayoritarias. Un estudio de la Universidad de Barcelona, el primero que mide los cambios de valores políticos por la crisis sanitaria, ha cuantificado esta variación para concluir que la población está mucho más dispuesta a sacrificar parte de sus libertades para luchar contra el COVID-19 que para hacerlo contra otras amenazas globales, como son el cambio climático o el terrorismo.

Cuando se pregunta por la posibilidad de perder libertades para dar una respuesta eficaz al coronavirus, esta opción recibe una valoración media por encima de los 8 puntos, mientras que para el cambio climático se sitúa sobre los 6. Aún menos libertades están dispuestos a sacrificar los encuestados en la lucha contra el terrorismo, donde la aceptación se queda por debajo del 5,5. Algo similar ocurre con la búsqueda de un liderazgo fuerte, un valor que los encuestados estiman más favorable contra el coronavirus que en otros retos globales.

La investigación se llevó a cabo entre el 20 y el 28 de marzo, es decir, durante la segunda semana del confinamiento impuesto por el Gobierno, mediante una serie de encuestas a 1.600 personas de toda España. Además, los académicos utilizaron como base una encuesta previa que habían realizado en enero sobre las preferencias tecnocráticas, volviendo a formular preguntas a algunos de los participantes, para poder medir así los cambios que la crisis del coronavirus había generado en sus puntos de vista sobre la importancia de la buena gestión o la defensa de un programa político. 

Fue así como el estudio cuantificó que los encuestados se han movido medio punto desde enero a marzo hacia posturas favorables a que los expertos tengan más peso en las decisiones políticas, es decir, hacía una mayor tecnocracia. “Consideramos que medio punto es mucha gente para haber pasado solo dos meses”, explica el politólogo Jordi Muñoz, uno de los autores de la investigación, que considera que esta evolución en las preferencias debe explicarse por el fuerte impacto del coronavirus.

“Además hemos comprobado que este movimiento es más fuerte en gente que dice que ha estado expuesta al virus, ellos mismos o un contacto de primer grado”, apunta Muñoz, que considera que la sociedad percibe el coronavirus como una amenaza que puede afectarle personalmente más y de forma más concreta que otros temas, por lo que tienden a estar dispuestos a mayores sacrificios.

Además de la pérdida de libertades o el aumento de la pulsión tecnocrática, el estudio también ha sondeado la opinión sobre si la respuesta al COVID-19 debe ser nacional o europea. De nuevo las respuestas son concluyentes: los encuestados creen que la lucha contra el coronavirus debe liderarla el gobierno español, mientras que para la lucha contra el cambio climático o el terrorismo prefieren a la Unión Europea.

“Una parte de esto tiene que ver con lo que la gente percibe que ha habido”, explica Muñoz, “como ha habido una respuesta estatal pero no una europea al mismo nivel, la gente tiende a formar sus valoraciones en torno a lo que percibe que ha pasado”.

Los autores del estudio, tres de ellos pertenecientes al Grupo de Investigación sobre Instituciones y Política Económica de la UB, destacan que este cambio de preferencias podría ser temporal y que en poco tiempo esta opinión se revirtiese hacia parámetros más habituales. Los investigadores encuentras antecedentes similares en situaciones de desastre natural, como terremotos o inundaciones, en los que la población apostó inicialmente por respuestas más autoritarias, pero solo durante un corto periodo de tiempo posterior al hecho que había supuesto la conmoción social. 

Sin embargo, pese a que el cambio de preferencias pueda ser temporal, los autores del estudio consideran que es relevante. “Estos climas de opinión, aunque sean cortos, son importantes, porque abren ventanas de oportunidad y ofrecen una ocasión para incorporar medidas autoritarias, tecnocráticas o de control social”, explica Muñoz. Unas medidas que, según indica, además luego podrían ser aceptadas como parte de la normalidad incluso aunque la opinión social vuelva al estado anterior. 

En previsión de que el cambio de opinión que han percibido pueda ser pasajero, los investigadores han planteado el estudio como inconcluso y podrían retomarlo más adelante, para medir la variación que un episodio como el de la crisis sanitaria tiene en las opiniones políticas de la sociedad. Un elemento que la ciencia política sí ha estudiado en relación a atentados terroristas e incluso catástrofes naturales, pero que apenas había analizado ante epidemias y que el coronavirus permitirá ahora calibrar.

Etiquetas
stats