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La campaña de la PAH contra Blackstone preocupa al fondo buitre

Protesta contra Blackstone ante la sede de la inmobiliaria que compró a CatalunyaCaixa / ENRIC CATALÀ

João França

Blackstone y Goldman Sachs se han encontrado en medio de una “disputa política” con sus inversiones en el mercado inmobiliario español, según publica Bloomberg. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca comenzó hace unas semanas una campaña contra Blackstone, el fondo de inversión que se ha hecho con la cartera de créditos hipotecarios de CatalunyaCaixa, y se proponía ser David contra Goliat. Ahora el medio de referencia para el sector económico asegura que los fondos de inversión no son indiferentes a la campaña.

“Todas las declaraciones polémicas sobre alquiler de viviendas sociales y los desalojos están creando cierta incertidumbre que realmente está perjudicando la inversión en esta industria naciente”, dice a Bloomberg Javier Picón, director de inversiones de Azora Capital SL, gestora que trabaja con Goldman Sachs, y añade que ahora “los inversores se lo pensarían dos veces antes de comprar”.

Blackstone, el protagonista de esta historia, compró 1.860 viviendas de alquiler social en Madrid en 2013 por 128,5 millones de euros, el pasado verano se hizo con la inmobiliaria de CatalunyaCaixa, y este enero ha comprado a la Sareb –el “banco malo”– una cartera de 29 promociones residenciales terminadas y suelos finalistas distribuidos por toda la geografía española por 237 millones de euros. No obstante, la parte gruesa de la inversión de Blackstone en el maltrecho mercado inmobiliario español está por concretar, y eso es lo que quita el sueño a las familias afectadas de la PAH. De hecho, incluso la Generalitat de Catalunya ha mostrado su preocupación al respecto.

Un mercado apetitoso

En julio del año pasado, tras ser rescatada, CatalunyaCaixa anunciaba que vendería su cartera de créditos hipotecarios a Blackstone. Las deudas de los hipotecados con la entidad ascendían a 6.392 millones de euros y Blackstone se las adjudicó por 3.615 millones, con el apoyo de 572 millones de euros públicos aportados por el FROB. Esto se da en medio del proceso de saneamiento de la entidad, un proceso que también llega a las familias.

Desde la PAH denuncian que, a pesar de ser rescatada con dinero público, CatalunyaCaixa es una de las entidades más duras en la negociación, precisamente para hacerla más atractiva a posibles compradores, aseguran. Ahora, este proceso de venta extrema esta situación y desde hace meses la plataforma denuncia que el banco tiene aún más puertas cerradas.

CatalunyaCaixa vende créditos a Blackstone a través de la creación de un fondo de titularización de activos, que convierte la deuda de las familias en títulos que se pueden vender en el mercado. Por otra parte, la gestión y administración de los préstamos queda a cargo de lo que era la inmobiliaria de CatalunyaCaixa, en manos de Blackstone desde el verano y convertida en Anticipa Real Estate, la entidad con sede en un polígono de El Prat de Llobregat donde se ha manifestado la PAH.

Una larga espera

Mientras tanto, el BBVA, la entidad que se ha adjudicado la rescatada CatalunyaCaixa, espera que Blackstone se lleve la cartera hipotecaria para cerrar la compra de la antigua caja y no verse involucrada en su negocio inmobiliario. Al contrario de lo habitual en una titularización, la entidad que emitió los créditos –que pronto estará en manos del BBVA, y cuenta con no hacerse cargo– no se encarga de la gestión, sino que estaría en manos de la inmobiliaria vendida a la misma Blackstone.

Según apuntaba El Confidencial el mes pasado, la situación es compleja y retrasa la venta. También alarga la inquietud de las familias. La PAH denuncia que CatalunyaCaixa, a la espera de que se concrete todo este proceso, ha estado ofreciendo a las familias los llamados “contratos de espera”. El banco propone a las familias que no pueden pagar la hipoteca un contrato que les permite seguir en casa por cuotas de 300 o 400 euros hasta que Blackstone se haga cargo de la gestión –que debía ser en el mes de marzo. La contrapartida, sin embargo, es que firmen una cláusula comprometiéndose a no protestar contra el banco. Por otra parte, tampoco garantizan una solución pasado este mes.

Los afectados, lejos de esperarse callados como propone el banco, han optado por hacerle frente, por lo que llevan semanas en campaña contra Blackstone, con protestas principalmente en Catalunya pero también en el resto del Estado e incluso en sedes de la entidad en Nueva York, Londres o San Francisco. Ahora, según apunta Bloomberg, los inversores ya empiezan a mostrar preocupación. Y desde la PAH consideran que van por buen camino. “En el caso de los fondos buitres, que no tienen oficinas aquí en las que hacer presión, la respuesta pasará cada vez más por acciones coordinadas a nivel internacional”, aseguran desde la plataforma. Han empezado con Blackstone y se preparan para lo que pueda venir.

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