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El PSOE estrecha lazos con Junts mientras ERC y PNV reclaman más espacio en las negociaciones

Míriam Nogueras, este martes en el Congreso.

José Enrique Monrosi / Arturo Puente

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Una distinción del Gobierno hacia Catalunya agradecida expresamente desde las filas de Carles Puigdemont. El intercambio de gestos ante el horizonte de una negociación de investidura de Pedro Sánchez no pasó desapercibido para nadie este miércoles en el Congreso, cuando se debatía el uso de las lenguas cooficiales en la actividad parlamentaria casi al mismo tiempo que en Bruselas se hacía lo propio con la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego. 

En la Comisión Europea, y a la salida de la reunión del Consejo de Asuntos Generales, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, trasladó por la mañana ante la prensa una consideración especial hacia el uso del catalán que nadie esperaba. “Hemos propuesto iniciar su despliegue primero con el catalán y luego con las siguientes lenguas”, afirmó el ministro tras explicar que durante la reunión algunos socios europeos habían planteado la dificultad de introducir las tres nuevas lenguas y la necesidad de emplear “periodos transitorios y la gradualidad de esta medida”. 

“No hablamos de lenguas minoritarias”, incidió el ministro, para añadir que “el catalán lo hablan más de diez millones de personas, lo que le sitúa por encima de muchas lenguas que son oficiales e idiomas de representantes que hoy estarán en la reunión”. El responsable de Exteriores quiso dejar claro además que “el Gobierno español ha cumplido hoy con su compromiso” ante Junts, al haber puesto en marcha la reforma del reglamento sobre las lenguas europeas.

“Acabamos de escuchar al ministro, al que también reconocemos el esfuerzo que ha hecho”, agradeció la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, en el patio del Congreso al filo del mediodía y a pocos minutos de que el Pleno también comenzara a debatir el uso de las lenguas cooficiales. Unas palabras de reconocimiento explícito relevantes por el momento en que se producen y por lo poco habitual que resultan en boca de esa rama del independentismo catalán. 

Más allá fue incluso el propio Carles Puigdemont, que agradeció en un vídeo en redes sociales a Albares su “dedicación” para abrir el camino del catalán en Europa. El expresident, sin embargo, también constató que los pasos dados por el Gobierno no han sido suficientes para que el catalán, el gallego y el euskera hayan alcanzado por el momento la oficialidad, por lo que advirtió a los socialistas que deben seguir trabajando y no “perder el tiempo”.

Con todo, el tono del mensaje de Puigdemont distó mucho de un reproche y en ningún momento llegó a acusar al PSOE de no cumplir su parte en el trato suscrito por ambos para apoyar a los candidatos socialistas de la Mesa y a Francina Armengol como presidenta del Congreso.

El PSOE no quería dejar escapar la oportunidad que le brindaba el debate sobre las lenguas para intentar dar un paso más en la compleja operación de acercarse a Puigdemont y de estrechar lazos en unas conversaciones trazadas para desembocar en un acuerdo de investidura. A sabiendas, no obstante, de que el exceso de mimos a Junts pueda levantar ampollas en otros socios igualmente imprescindibles como ERC o el PNV. 

ERC y PNV piden sitio

En Ferraz son conscientes, de hecho, de que una de las grandes dificultades de las negociaciones que se llevan a cabo es la competencia política feroz en el seno del independentismo catalán. “Está claro que la pugna entre ERC y Junts nos perjudica”, admiten en la dirección socialista, donde además entienden como “perfectamente legítimos” los recelos que puedan albergar los republicanos ante el obligado cortejo del PSOE a Puigdemont. “Entendemos las molestias pero nosotros tenemos que huir de ese ruido y darles su sitio a todas las partes”, añaden. 

Antes del Pleno, el presidente de ERC compareció ante los medios frente a las puertas del Congreso para celebrar como propia la conquista política del uso parlamentario del catalán y para recordar a quien quisiera escucharle que Puigdemont, a diferencia de su partido, tan solo es un recién llegado a la vía de los pactos. “Les damos la bienvenida al ámbito de la negociación y deseamos que se sumen definitivamente a esta vía”, expresó tras reprochar que hayan llegado tan tarde. “Si nos hubieran apoyado igual podríamos haber conseguido más rápido la salida de la cárcel de gente inocente o la reforma del Código Penal”, dijo en referencia directa a Junts.

En un claro intercambio de sus papeles habituales entre los partidos independentistas, desde ERC se mostraron mucho más críticos con el Gobierno del PSOE que desde el partido de Puigdemont, en lo que muchos interpretan entre las propias filas socialistas como un intento de marcar perfil propio y de reclamar mayor protagonismo. 

La portavoz del Govern (monocolor de ERC), Patrícia Plaja, acusó al Gobierno de Sánchez de no haber hecho “suficiente” para avanzar en la oficialidad de estas lenguas. “Nuestro trabajo lo hemos hecho de sobra, quien tiene la obligación y la responsabilidad de conseguir el reconocimiento no ha hecho bastante”, dijo antes de instar al Ejecutivo de Sánchez a “arremangarse y no ahorrar esfuerzos” para convencer a los 27 países que integran el Consejo Europeo. 

Platja fue un poco más allá y, tras defender que los de este martes en Bruselas no son los resultados esperados, llegó a acusar al Gobierno central de “incumplir su palabra y sus compromisos y fallar a más de 10 millones de europeos”, en referencia a los hablantes del catalán. “Han hecho el trabajo tarde y mal”, dijo la portavoz durante la comparecencia posterior al Consejo Ejecutivo del Govern.

En el PNV tampoco se mostraron especialmente entusiasmados con los últimos pasos del PSOE. A pesar de celebrar el paso dado en el Congreso, en su caso con el euskera, y de admitir que las conversaciones en Bruselas van por buen camino, los nacionalistas vascos reconocen que hubieran agradecido un “aviso” del Gobierno sobre la prioridad de implantación del catalán, que en cualquier caso no critican. 

Sí admiten en el PNV cierta inquietud por la falta de noticias del PSOE respecto a unas conversaciones sobre la investidura de las que aseguran “no saber nada”. Y en pleno acercamiento a Puigdemomnt le recuerdan a Sánchez que, como siempre, el del PNV tendrá que ser al menos un papel coprotagonista. “Esto no va de un jugador, el balón hay que pasarlo”, avisan. 

Los socialistas, con la orden expresa de la dirección de no hacer referencia alguna a la amnistía ni en público ni en privado, trabajan sin embargo con el escenario de un proceso de investidura de Pedro Sánchez casi inmediatamente posterior al previsible fracaso de Feijóo de la próxima semana. Y mantienen “la intuición política” de que al presidente volverán a salirle las cuentas para ser de nuevo investido en el Congreso.

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