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Un comité de expertos afirma que la respuesta de España al ébola fue “débil e inconsistente”

La exministra de Sanidad Ana Mato durante una rueda de prensa para informar del contagio de una auxiliar de infermería.

Blanca Blay

El estado español incurrió en varios errores a la hora de dar respuesta a los dos casos importados y el caso de transmisión autóctono de ébola. Así lo constata el informe La respuesta frente a la epidemia por el virus del Ébola en África Occidental (2014-2015): lecciones aprendidas en nuestro entorno, elaborado por el Comité Científico Asesor sobre la Enfermedad por el Virus Ébola (CCAMVE). El comité, creado en 2014 por el Departamento de Salud de la Generalitat, lo integran una docena de profesionales de los ámbitos de la gestión clínica de enfermedades tropicales, salud pública, virología, vacunas, acción operativa y comunicación.

En España hubo dos casos importados, que corresponden a dos religiosos de la orden de San Juan de Dios, y un caso de transmisión autóctona, el de la auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III de Madrid, Teresa Romero. Según destacan los expertos en el informe, que se ha hecho público ahora, estos casos “dispararon un alud de reacciones en todos los niveles, poniendo de manifiesto que el modelo de respuesta estaba siendo débil e inconsistente”.

Por ejemplo, se critica que el caso inicial fuera atendido en el Hospital Carlos III de Madrid cuando este centro “no disponía de ninguna acreditación para atender este tipo de pacientes”. Una decisión, además, “incongruente” según el Comité dado que España contaba en el momento de la repatriación de los pacientes con dos centros de referencia del Sistema Nacional de Salud para la atención de las enfermedades importadas: el Hospital Ramón y Cajal en Madrid y el Hospital Clínic-Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, todos ellos acreditados por el Ministerio de Sanidad para este tipo de atención.

Por otra parte, el informe también destaca que la gestión política y comunicativa del traslado de los dos pacientes, que se hizo a nivel autonómico, “se hizo a través de unos responsables manifiestamente no preparados técnicamente para la situación, contribuyendo a la confusión y la desconfianza generalizadas”.

Según el texto uno de los errores tuvo que ver también en cómo desde la administración y algunos medios de comunicación se informó de los hechos. La comunicación después de las primeras 24 horas después de la confirmación del caso de transmisión autóctona “fue especialmente desastrosa”, a ojos del comité, que recalca la existencia de “errores de comunicación durante la rueda de prensa” así como también “ausencia de información oficial fluida”. Esta ausencia de información habría fomentado conductas irresponsables desde algunos medios.

Con todo, se pone en valor que ante posibles emergencias de salud pública en España y en Catalunya, el grado de preparación de la respuesta ha ido mejorando.

Lentitud en la respuesta internacional

En el informe el Comité también hace una valoración de la respuesta internacional a la epidemia en el África Occidental. Esta respuesta ha sido “lenta y con importantes déficits de coordinación” según los expertos, que consideran que la respuesta al ébola puso de manifiesto la vulnerabilidad ante epidemias globales de enfermedades infecciosas. “La comunidad internacional no está preparada para abordar rápidamente y efectivamente crisis de salud pública, especialmente cuando afectan países de renta baja”, reza el texto.

Además, se hace una mirada crítica al retraso en la decisión y movilización por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo responsable de la respuesta institucional y técnica ante las epidemias mundiales. Un retraso en el que se añadieron también las actuaciones de varios países desarrollados: “No es hasta la aparición de los primeros casos importados en Estados Unidos y en Europa que se movilizan diferentes gobiernos de manera consistente y amplia”, apunta el informe.

En esta línea se mostraba crítico Luis Encinas, de Médicos Sin Fronteras (MSF), que en una entrevista con este diario aseguraba que “la OMS no declaró la emergencia de ébola hasta el primer caso de un occidental”. Encinas es una de las personas que ha participado en el informe.

La epidemia más mortífera del ébola ha dejado a su paso 11.300 víctimas mortales y 28.000 infectados, además de unos sistemas de salud –los de los países más perjudicados por la epidemia– aún más débiles.

La doctora Adelaida Sarukhán, que ha ofrecido apoyo en la gestión de la información científica del informe, apuntaba ya en un artículo: “El agravio sobre los países más afectados y la memoria de sus víctimas será doble si después de haber permitido el desencadenamiento de la crisis ignoramos las lecciones esenciales que se desprenden”. En este sentido señala como una de las principales lecciones que la lucha contra amenazas a la salud global, como el ébola, comienzan “mucho antes de que se diagnostique el primer caso”, en alusión a la necesidad de invertir en unos sistemas de salud fuertes en países en vías de desarrollo así como en recursos destinados a la prevención y la investigación.

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