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Vendrell alardeó de gestionar la pandemia junto a Salud: “Les dije 'podemos entrar a saco en las mutuas' y en 24 horas teníamos tres clínicas”

Una conversación intervenida al exconseller de ERC Xavier Vendrell en su coche muestra cómo el expolítico, reconvertido a empresario pero todavía cercano a los republicanos, alardeó de haber gestionado junto a la conselleria de Salud la crisis del coronavirus durante el mes de marzo. “Les dije 'podemos entrar a saco en las mutuas' y en 24 horas teníamos tres clínicas ocupadas”, dice Vendrell en la charla interceptada.

En la macrocausa que investiga el juzgado de instrucción 1 de Barcelona se cruzan una supuesta trama rusa en favor del procés, la dirección de Tsunami Democràtic así como la presunta participación de Vendrell en un caso de corrupción urbanística y su influencia en ERC para conseguir contratos de emergencia por la COVID-19 y otros concursos de la conselleria de Salud.

Respecto a la gestión del coronavirus, un informe de la Guardia Civil recoge una conversación que Vendrell mantuvo, sin saber que tenía micrófonos en su coche por autorización del juez, con una persona que el Instituto Armado no identifica. Ocurrió el pasado mes de septiembre y en la charla Vendrell describe una reunión que mantuvo el 30 de marzo con representantes de la conselleria de Salud, Asuntos Sociales, Médicos sin Fronteras, los Bomberos, la Cruz Roja o “la gente de las residencias de abuelos”. “Había la hostia de gente y nadie sabía quién era yo”, resume Vendrell.

Según el relato del exconseller, la reunión no empezó bien. “Comienzan a marear, a marear, a marear, y todo el relato 'es que hostia es que no hay residencias, no hay médicos, no hay enfermeras, no sé qué tal'”, explica Vendrell.

Ante esta situación, Vendrell asegura que lanzó una propuesta al secretario de Igualdad del Govern, el republicano Oriol Amorós, para desencallar la situación. “Dije 'tío, yo sé dónde hay médicos y enfermeras, en las mutuas'”, continúa Vendrell sobre su plan para gestionar el coronavirus que contó a Amorós. Vendrell asegura además que le trasladó a Amorós una reflexión que ya había hablado con la conselleria de Salud hacía dos semanas: “Hay seiscientas personas entre médicos, enfermeras y personal auxiliar tocándose los huevos en su casa de las mutuas”.

“¡Qué mutuas es estado, qué mutuas es estado, y que están tocándose los huevos y podemos entrar a saco porque hay una orden de la Generalitat de utilizar todos los medios públicos, podemos entrar a saco!”, asegura Vendrell que trasladó a Amorós.

La Generalitat empezó a derivar pacientes de coronavirus a la sanidad privada el 19 de marzo, fechas que coinciden con el relato de Vendrell sobre sus conversaciones con Salud pero también con el impacto más duro de la primera etapa de la pandemia. Al margen de la eventual influencia de Vendrell en las decisiones del Govern sobre la pandemia, la coordinación única de todos los centros hospitalarios fuera cual fuera su titularidad fue de las primeras medidas adoptadas por el Govern y el resto de comunidades después de que el Gobierno lo autorizara el 15 de marzo al declarar el estado de alarma.

Pese a que la medida ya estaba en vigor, Vendrell explica que en el comité de crisis del día 30 de marzo los participantes le miraron “con cara de dónde ha salido este marciano” porque no sabían quién “cojones” era tras exponer su propuesta de intervenir la sanidad privada.

Después de la reunión del día 30 de marzo, continúa Vendrell, estuvo trabajando “codo con codo durante cincuenta días sin ningún problema” con Amorós y “el director de Salud Pública”, una figura que los investigadores relacionan con el que fuera secretario de Salud Pública durante la primera etapa de la pandemia, Joan Guix, y que dimitió por motivos de salud antes del verano.

“En 24 horas teníamos tres clínicas ocupadas, por la tarde volvimos diciendo 'ya está, tenemos tres clínicas nuestras que las ocupamos y tal... se nos pusieron a aplaudir”, finaliza Vendrell el relato de lo ocurrido aquellos días. Según la Guardia Civil, Vendrell “percibió 5.000 euros” a cambio de “participar en la gestión de los centros que se abrieron para ingresar a personas procedentes de residencias afectadas por la COVID-19”, extremo sobre el que el informe no aporta ningún documento bancario o de dinero en efectivo.

En la conversación interceptada en su coche Vendrell, investigado también por formar parte del sanedrín del procés que organizó en secreto el 1-O junto al Govern para evitar el control de Hacienda, no se ahorra reproches hacia la conselleria de Salud. Según Vendrell, Salud “dejó a los pies de los caballos” a las residencias. “Ir a buscar material, y salir en camiones para los hospitales y nos los negaban para las residencias equipadas por nosotros”, asevera.

Además, siempre según la charla intervenida a Vendrell, el exconseller trasladó varias reflexiones sobre cómo gestionar la crisis del virus a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que permanece en Suiza, y al vicepresident Pere Aragonès. De la conversación con Rovira, Vendrell solo explica a su interlocutor que le pidió que hablara con la consellera de Salud, Alba Vergés, porque, a su juicio, “estamos cagados en todos los sitios”.

Respecto de la charla con Aragonès, Vendrell relata que le trasladó que el independentismo “no había salido con ventaja” de la crisis del coronavirus pese a que “necesitaba” hacerlo. “Le dije 'como le quieres hacer creer a la gente que con independencia estaremos mejor, no me vale decir que no tengo todas las competencias'”, asegura Vendrell que le dijo al vicepresidente.

La charla también había versado de medidas para apoyar la economía catalana: “Le dije 'coge y mete mil millones de euros en bonos y comienza a dar ayudas a saco para que la gente vaya a zonas de ocio, haga turismo, se vaya a Les Garrigues a comprar miel, o sea, vamos a hacer que toda la gente que ha quedado tocado y vamos a meter mil kilos a circular y verás cómo acabaremos esta crisis”, reza la transcripción de las palabras de Vendrell a Aragonès realizada por la Guardia Civil.

“La gente tiene que ver que hacemos una cosa diferente y tenemos que salir haciendo un discurso de decir '¡me cago en Dios! si saldremos de esta. ¡Los catalanes somos la polla y vamos a salir de esta! No he escuchado a nadie haciendo este discurso”, se lamenta Vendrell al final de la charla.

La influencia de Madí en Interior

El sumario del caso también aporta indicios sobre la influencia en las instituciones de otro político que dejó la primera línea hace casi una década pero sigue teniendo peso entre bambalinas. En este caso es el exdirigente de Convergència David Madí, mano derecha de Artur Mas en 2010. En una charla interceptada con el exnúmero dos de la conselleria de Interior, Brauli Duart, Madí le exhorta a que el nuevo titular del departamento desde septiembre de este año, Miquel Sàmper, “no haga nada” hasta que hable con él.

Madí pidió a Duart que hablara con Sàmper para advertirle de que si perdía la red de su apoyo “estará solo delante del peligro y durará menos que un caramelo en la puerta de un colegio”. De hecho, Madí llamó a Sàmper el 3 de septiembre pasado, tras ser designado conseller, le felicitó por el nombramiento, le dijo que estaba muy preocupado por los cambios que se iban a hacer y le avisó de que todo el equipo que había en el departamento era suyo.