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Alquiler de chalets por meses y cambiar piso por casa: tendencia “impulsiva” por el confinamiento

La falsa apariencia de un virus igualitario

Carmen Bachiller

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Si hay algo que esta crisis sanitaria está provocando en el sector inmobiliario es un repunte en la demanda de alquileres de corta estancia y en la compraventa de casas con jardín.

Son las consecuencias de diez largas semanas de confinamiento en este sector que, ya con todas las provincias de Castilla-La Mancha en fase 1 puede reanudar, con medidas de seguridad, la actividad presencial y enseñar inmuebles a sus clientes.

En La Botica Inmobiliaria, con sede en Toledo, ahora “casi todas las llamadas tienen que ver con la necesidad de alquiler. Sobre todo, hemos notado un incremento en las peticiones de casas, tipo chalet, con patio”, nos dice su gerente Francisco Molero.

La mitad de las solicitudes que les llegan buscan alquileres entre dos y cuatro meses y eso, explica, “es muy difícil de conseguir ahora mismo. Es casi imposible que alguien te alquile su propiedad por un periodo tan corto”.

“En nuestro caso, la gente nos pide incluso alquilar cigarrales en Toledo durante tres meses”, comenta Irene Ramírez, gerente de IR Agencia Inmobiliaria que trabaja tanto en la capital castellanomanchega como en Madrid.

“Hay un cambio de tendencia impulsivo a querer alquilar casas con jardín por meses porque no sabemos cuándo nos vamos a poder mover de provincia. Quien esté metido en un piso, y con niños, está buscando opciones”, señala Francisco Molero.  “Hemos tenido llamadas de gente con pisos amplios en el centro de Toledo que piensan en vender para comprar un chalet en la periferia, pero creo que es más un impulso que una tendencia”. Después hay otro 25% de peticiones de alquiler de larga duración y un 25% más, nos cuenta, busca comprar chalet con jardín. 

Y no solo eso. Si la demanda de alquiler crece, también lo hace la oferta. “Cada semana nos llaman de dos a cuatro propietarios para comunicarnos que el inquilino se ha ido y que busquemos otro”, explican desde La Botica Inmobiliaria. 

“A nosotros nos llama mucha gente de Madrid que quiere poner a la venta su vivienda. Hay casos de convivencia de varias familias en pisos pequeños y ahora buscan unifamiliares o casas grandes en las que puedan convivir todos”, explica Irene Ramírez. “También nos ocurre en Toledo. No es lo mismo tener que estar juntos 24 horas al día”.

Esto es algo que se repite en Albacete. “Se ve voluntad de hacer cambios. De pasar de una vivienda en el centro a la periferia y con terreno”, señala Javier García Alarcón, gerente de la inmobiliaria JVJ Albarealty. “Lo estamos viendo pero el mercado está tan parado que es pronto para decir que hay cambio de tendencia”.

Vacaciones cerca, en un chalet de alquiler: “Ahora parecemos agencias de viajes”

La moda ahora pasa por buscar una parcela para alquilar en verano. La gente ha estado confinada en pisos más o menos grandes, creen que en verano no van a poder irse de vacaciones y buscan propiedades con piscina privada en Albacete, para no tenerla que compartir con otras personas”, explica Javier García Alarcón, gerente de la inmobiliaria JVJ Albarealty. “Está saturadísimo porque hay muy poca oferta y mucha demanda. La mayoría de llamadas ahora es para alquileres de temporada. Parecemos agencias de viajes”.

Lo confirma desde Toledo Irene Ramírez. “Hay gente que busca alquileres de cara al verano. Viven en muy buenas zonas, en pisos grandes, pero prefieren pasar el verano en las afueras y pensar en si venden su piso. La gente lo está planteando por si esto vuelve a pasar”.

“La gente no tiene miedo” a seguir invirtiendo en inmuebles para el turismo

Otra de las curiosidades del momento es que pese a la pandemia “la gente no tiene miedo de seguir invirtiendo en turismo”. Se refiere a la tendencia de los últimos meses en el Casco de Toledo en el que, nos dice, “se están vendiendo mucho para apartamentos turísticos con la llegada de Puy du Fou”. En su opinión, el sector turismo “seguirá estando y eso no se va a devaluar” a pesar de que, en muchos casos, “veremos a gente que necesite liquidez y tenga que vender sus activos inmobiliarios y se bajen precios”.

“Soy optimista. Habrá una vacuna y tendremos que volver a la normalidad”, asegura esta empresaria que lleva 21 en el sector y a la que también le tocó vivir la crisis de 2008. “Durante el estado de alarma nos consta que se han seguido firmando hipotecas. A nosotros no se nos ha caído ninguna operación de compraventa”.

¿Y los precios?

Uno de los primeros impactos en el sector inmobiliario tiene que ver con los precios. “La falta de demanda siempre provoca que los precios tengan que ajustarse para ser competitivos. Algunos propietarios ya lo hacen a iniciativa propia”, reconocen desde la inmobiliaria albaceteña. “Creemos que habrá una bajada de precios de hasta un 10% en segunda mano y en obra nueva probablemente se ajuste más”.

“En cuanto a precios de compraventa todavía es pronto para saberlo”, señala Molero, aunque matiza que después de un 2019 en situación de “micro-burbuja”, nos dice, y un 2020 que apuntaba a seguir con esta tendencia, este empresario de Toledo recomienda contención en los precios. “Se van a ajustar a mercado porque las visitas han bajado en un 70%. La gente está pensando en otras cosas”.

“No tengo dudas de que nos va a afectar. Tuvimos un 2019 muy bueno y este 2020 apuntaba a ser el mejor de los últimos años… Pero esperamos que el ajuste de precios sea reclamo para los compradores”, comenta.

Reorganizar la forma de trabajar y de atender a los clientes

Mientras, el sector ha debido reorganizar su forma de trabajar. Primero con el teletrabajo. “Hemos hablado mucho con nuestros clientes. Para saber sobre todo cómo estaba su salud”, explica Irene Ramírez. Ahora, ofreciendo la posibilidad de visitas con cita previa y con medidas de seguridad.

“Se trata sobre todo de ser cautos y tener sentido común, como en cualquier sector”, dice Molero. En su caso, han optado por la separación de mesas “para cuando vuelva el 100% de la plantilla, de aquí a septiembre, cumplir con el distanciamiento social”. Las mamparas, los dispensadores de gel hidroalcohólico, los carteles informativos, la limitación del aforo y la prioridad para mayores de 65 años en horario especial en la oficina son las medidas de seguridad más frecuentes que se están tomando.

El empresario toledano recuerda que las primeras semanas del confinamiento “fueron complicadas” porque las llamadas “cayeron en picado, se quedaron prácticamente a cero”. Algo que considera “lógico” porque “nadie sabía lo que iba a ocurrir. Pensamos que iba para 15 días, que no era nada y solo había que esperar. Desde luego nadie tenía ganas de buscar casa”.

Pero pasaron esos 15 días que ya se han convertido en más de tres meses y la tónica, nos cuenta, “ha sido el teletrabajo”. Hace dos semanas ya pensaban en un servicio presencial. “Creíamos que íbamos a pasar a la fase 1 el día 11 mayo, pero no ocurrió y teníamos muchas dudas. Tuvimos que llamar a la Policía Local de Toledo. Nos confirmaron que no podíamos enseñar inmuebles y tuvimos que pasar toda la agenda a esta semana. Ahora estamos hasta arriba”.

“Lo más importante a la hora de enseñar una vivienda es el sentido común”, sostiene Irene Ramírez. Las inmobiliarias están optando por pedir a los clientes que acudan con mascarilla y guantes, y en algunos casos incluso se les proporcionan cobertores para el calzado. “No es complicado, son pautas a seguir. Lo es más el parón en seco que hemos tenido y tener que reestructurar la empresa o tomar decisiones que cuestan”, explica Molero.

“Nosotros haremos las visitas de forma más escalonada que antes y desinfectaremos con ozono cuando quedemos con los clientes en lugares cerrados”, explican desde IR Agencia Inmobiliaria que, en su caso, no dispone de oficina física en Toledo. 

“Tuvimos la fortuna de tener mucho trabajo en diciembre. El 12 de marzo ya decidimos cerrar, cuando vimos que lo hacían los colegios. Desde ese momento no hemos atendido prácticamente a ningún cliente nuevo. Al no poder hacer visitas hasta ahora, el trabajo no tenía mucho sentido. Hemos estado con operaciones anteriores”, detalla Javier García Alarcón.

¿El impacto económico?

En 2008, la crisis financiera trajo consigo el estallido de la llamada ‘burbuja inmobiliaria’. Ahora la pandemia, dicen los expertos, nos aboca a una nueva crisis económica todavía de consecuencias impredecibles.

“Tendremos que ver lo que ocurre cuando materialicemos las visitas y si los bancos siguen concediendo hipotecas con normalidad. Ahí veremos si hay que prescindir o no de gente”, explica Irene Ramírez.  “No creo que vaya a ser un sector afectado por la crisis como lo estuvo en la anterior, pero ha de pasar el tiempo para saberlo”.

En La Botica Inmobiliaria también esperan acontecimientos a medio plazo. “A nosotros no nos han servicio los ERTES. La condición inicial de mantener a los empleados seis meses… El sector inmobiliario es uno de los que se pueden ver afectados por la crisis. Nosotros queremos seguir y aguantar el chaparrón. No lo vimos claro”, asegura Francisco Molero.

En Albacete, la inmobiliaria JVJ Albarealty cuenta con dos oficinas y un equipo de doce comerciales. “Todos están contratados. Cuando vimos que teníamos que cerrar gestionamos un ERTE porque se nos hacía insostenible”. Todavía no han recuperado a sus trabajadores.

“Tenemos que ver qué volumen vamos a manejar” y esperan ir incorporando “progresivamente” a sus empleados. Y después también esperarán a ver cómo termina el año para disponer de “una radiografía” de 2021. “Si hubiera rebrote y tuviéramos que confinarnos la economía local sufriría muchísimo”.

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