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Benito Pérez Galdós, el mapazán, Ángel Guerra y la oveja toledana 'Mariucha'

Benito Pérez Galdós

Carmen Bachiller

Este lunes, a partir de las 19 horas, el Salón de Actos de la Biblioteca regional con sede en el Alcázar de Toledo acoge la conferencia ‘Benito Pérez Galdós y la ciudad de Toledo’ dentro del Ciclo ‘Cine, literatura e historia’ y que correrá a cargo de la investigadora Carmen Vaquero Serrano, organizado por Infoacto, Asociación de Patrimonio Cultural y Ecológico de Toledo y Ateneo de Toledo.

Benito Pérez Galdós empezó a venir muy joven a Toledo donde pasaba algunas temporadas aprovechando sus estudios en Madrid. Se alojó en el desaparecido hotel Lino, en la calle de la Plata, también con las hermanas Figueras en la calle Santa Isabel. En ambos lugares hoy hay una placa conmemorativa. “Se dice que en este último lugar empezó a escribir ‘Ángel Guerra’, su gran novela sobre Toledo”, explica Carmen Vaquero.

Después residió en la finca La Alberquilla, muy cerca de la hoy estación del AVE en Toledo, propiedad de un amigo suyo. “Le daba la posibilidad de subir temprano a Toledo y lo hacía en una tartana con otro amigo al que llamaban ‘El Melejo’. Además, era un animalero, le encantaban los animales y llegó a tener en su casa de Madrid una oveja de esta finca, a la que llamó ‘Mariucha’, como la obra de teatro que acababa de estrenar, y que se llevó porque como era negra iban a sacrificarla”.

Hasta hubo un tiempo en que se pensó en denominar a todo un barrio de Toledo, el del Cerro de Gracia, con el nombre de Benito Pérez Galdós. La iniciativa no cuajó. Y sin embargo, la primera impresión del escritor sobre la ciudad no fue buena. “Al principio le pareció horrible. Pensaba que era una ciudad para lagartos y arqueólogos”. Una de sus primeras publicaciones sobre la capital castellano-manchega, en forma de ensayo periodístico, fue ‘Las generaciones artísticas en la ciudad de Toledo’ (1870). “Toledo sale mal parado pero en ese momento comienza a deslumbrarse por la ciudad”.

Después escribiría al menos otras tres obras en las que aparecía Toledo como ‘El audaz’ (1871), cuya segunda parte se desarrolla en la ciudad y que gira en torno a una conspiración contra Godoy. También en la segunda serie de los ‘Episodios Nacionales’ (1875-1879), los dos últimos, ‘Los Apostólicos’ y ‘Un faccioso más y algunos frailes menos’, hablan de Toledo “porque el protagonista es un señor de Toledo, conservador, propietario de un Cigarral”

Ya en 1891 publicaría su gran obra sobre Toledo, ‘Ángel Guerra’ “en la que describe un Toledo maravilloso desde el punto de vista de Galdós y de la época”. La misma época en la que traería a Toledo a Gregorio Marañón, quien terminaría dedicando al escritor un episodio de su obra ‘Elogio y nostalgia de Toledo’, gracias a la que se han conocido muchas de las anécdotas del paso de Pérez Galdós por la hoy capital castellano-manchega.

“Se ponía morado con el mazapán de Toledo”

La relación de amor con Toledo continuaría durante toda la vida del escritor. Le impactó no solo la riqueza artística de Toledo sino también “los buenos amigos”. Uno de ellos fue el pintor toledano Ricardo Arredondo. “Aunque era anticlerical se hizo amigo de los curas y los canónigos”, apunta Carmen Vaquero.

También influyó el hecho de que Pérez Galdós fuese un “gran gourmet y muy goloso como buen canario. Le encantaba el mazapán de Toledo y se ponía morado porque había pastelerías muy buenas. Además de degustar las perdices, los cabritos y otros asados que se hacían. También le encantaba la mermelada que hacían las monjas Comendadoras de Santiago”.

Galdós hablaba poco. Más bien escuchaba y observaba. “Eso se nota en sus novelas, es capaz de captar y reflejar el lenguaje de cualquier persona”. Una de las anécdotas sobre el personaje que cuenta Carmen Vaquero es que sabía diferenciar el sonido de las campañas de cada iglesia toledana.

En 2020, centenario de la muerte de Galdós

En dos años se cumplirá el centenario de la muerte de este escritor de origen canario. Carmen Vaquero forma parte de la Asociación de Profesores de Español de Castilla-La Mancha que, además, está inmersa en la federación nacional, FASPE. “Estamos preparando el calendario de actos coincidiendo con la efeméride”.

De momento, no hay hada previsto para Toledo aunque sí para Las Palmas de Gran Canaria. “Junto con la asociación de profesores de Canarias queremos llevarlo a otros sitios como Santander, donde pasaba los veranos. Y Madrid le debe un gran homenaje por su 'Fortunata y Jacinta'. Creo se podrá también hacer algo en Toledo”.

Lamenta que “la gente joven hoy lea poco de Galdós. En los institutos la historia de la Literatura ha quedado reducida a nada. Fue uno de los grandes del siglo XIX junto a Clarín”.

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