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“No creo que los acuerdos resuciten ni que el papel mojado se pueda volver a leer”

Alicia Avilés Pozo

Dio un giro a la legislatura actual de Castilla-La Mancha cuando el pasado 26 de septiembre anunció la ruptura del acuerdo investidura que propició la investidura como presidente de Emiliano García-Page. El secretario general de Podemos en la región, José García Molina, tuvo ocasión de detallar las causas de esta decisión durante el Debate sobre el Estado de la Región y ahora pide un análisis de la situación de cara al encuentro que mantiene con García-Page este jueves. No cree que pueda resucitarse el acuerdo pero apunta, en una entrevista con eldiarioclm.es, las claves que servirían para abordar “soluciones viables” que permitan la gobernabilidad en esta comunidad autónoma.

¿Qué es lo primero que quiere oír de boca de Emiliano García-Page respecto a la ruptura del pacto?

Lo primero que quiero oír y, casi lo único, es su análisis: por qué hemos llegado hasta donde hemos llegado. Cuál es la versión del presidente en cuanto a los incumplimientos de plazos y de contenidos del acuerdo que motivaron que finalmente lo dejáramos en suspenso.

Teniendo en cuenta que marcha atrás no se puede dar en los incumplimientos que Podemos señaló, ¿todos ellos, desde el Rescate Habitacional hasta la Ley de Auditoría Ciudadana deben ponerse sobre la mesa ahora?

Para nosotros siguen siendo políticas esenciales y por lo tanto es verdad que ya no se puede dar marcha atrás en el acuerdo. Han pasado 15 meses y algunas cosas, no es que vayan con retraso, es que ni siquiera han comenzado. Volver a empezar es prácticamente imposible. Pero como siguen siendo políticas que consideramos fundamentales para esta región, lo que quiero escuchar es si el presidente tiene intención, voluntad clara y decidida de ponerlas en funcionamiento ya.

¿Algunas de ellas son más prioritarias que otras?

Todas son prioritarias porque no las pensamos como políticas sectoriales, se retroalimentan. Uno no puede luchar contra la pobreza y la desigualdad social si no ha atajado el tema de los desahucios o incluso que haya gente sin un hogar para vivir. No se puede combatir la desigualdad si no se ha atajado la falta de rentas, de salarios, o el desempleo, y por eso hemos propuesto la Renta Garantizada. Uno no puede pensar en que la gente tenga una segunda oportunidad, tanto familias como empresas, si no hay una política social decidida de apoyo. Todas las medidas son un gran plan que se alimenta de distintas patas y consejerías. Deberían ponerse en funcionamiento sincrónicamente.

Precisamente, ha habido algunos anuncios del Gobierno regional estos días, como que ya hay un borrador para la Estrategia Regional de Lucha contra la Pobreza o que se está estudiando la implantación de Renta Garantizada, ¿Los ha valorado Podemos como guiños de la Junta?

Los anuncios de García-Page son un mal hábito. Se anuncian muchas medidas que luego, o no se cumplen, o no como se han anunciado. Uno de los defectos de este Gobierno es que piensan las medidas como cuestiones sectoriales. El plan que se nos presentó de lucha contra la pobreza no era ni un borrador que pueda ser llamado con dignidad 'un proyecto'. Y lo digo de nuevo: no se trata de medidas concretas, sino de sentarse las distintas consejerías y abordar un gran plan. Es lo que llamo ‘modelos’, modelos de política social que tienen que ver con la economía, con el empleo, con la vivienda, con la sanidad, con el bienestar social y con la educación. Y eso el Gobierno no lo ha hecho. No sé si porque no sabe hacerlo, o porque no quiere hacerlo. Pero la realidad es que a día de hoy no se ha hecho.

¿Estamos hablando de renovar el pacto de investidura o de llegar a partir de ahora a acuerdos puntuales? ¿Ahí Podemos tiene una decisión tomada?

Lo único que voy es a escuchar qué tiene que decir el Gobierno de por qué hemos llegado hasta aquí. Me da la sensación de que el mensaje que está lanzando desde distintas voces es que hay que pensar qué vamos a hacer a partir de ahora y a mí me parece un error estratégico y garrafal no analizar en profundidad qué nos ha traído hasta aquí para no cometer los mismos errores. No considero que haya tomar ninguna decisión hasta que haya un análisis serio y riguroso por todas las partes. El acuerdo está muerto. Yo no creo que los acuerdos resuciten y no creo que el papel mojado se pueda volver a leer. A partir de ahí, cuando tengamos el análisis, ya veremos.

En el Debate del Estado de la Región de la semana pasada dijo, mediante una metáfora, que no había que fiarse de quien no había cumplido con la palabra.¿Cuál sería entonces la solución?

Que se haga ese análisis, y una vez hecho, si estamos de acuerdo en cuáles han sido los problemas, tendremos que buscar soluciones fiables. Pero soluciones fiables no van a ser anuncios y volver a firmar un acuerdo. Cuando alguien te ha engañado, te ha estafado, después de firmar un contrato, es muy difícil ir y volver a firmarlo gratuitamente. Esto no lo hace nadie ni en la política ni en la vida. Por lo tanto, cuando insisto tanto en el análisis, es porque creo que va a ser de ahí de donde salgan posibles vías de solución. Pero desde luego, volver al punto en el que estábamos es imposible.

¿Qué opina del hecho de que se haya argumentando desde la Junta que los plazos para implantar algunas medidas se han alargado por tema presupuestario, en algunos casos, o por la falta de Gobierno central, en otros?

Son justificaciones, por no decir excusas. Desde el principio dijimos que íbamos a ser pacientes y que íbamos a ser responsables porque sabíamos que veníamos de una situación complicada, con medidas muy lesivas del anterior legislativo. Necesitábamos tiempo pero también coraje para cambiarlas. El Gobierno se ha tomado el tiempo, pero no le ha puesto el coraje y la valentía. Las excusas son siempre de mal perdedor para intentar tapar eso. Hubiera entendido retrasos de algunos meses, incluso de medio año. Pero son 15 meses y las excusas se acabaron hace mucho tiempo.

En el caso de que no hubiera acuerdo entre PSOE-Podemos, ¿cómo gestionaría Podemos, con sus militantes, que no hubiera presupuestos nuevos o que incluso el PP se animara a una cuestión de confianza? Porque los socialistas han rechazado una ‘gran coalición’ a la castellano-manchega...

Esperemos a ver si no la hay en España y ahí se animan. Yo ya dije el otro día -y no me parece descabellado- que a lo mejor estamos ante un intercambio de favores (entre PP y PSOE). No lo descartaría por completo. Más allá de eso, la gente que nos ha votado sabe muy bien a qué hemos venido aquí. No hemos venido a hacer amigos ni a sostener el Gobierno de nadie, tenga las siglas que tenga. Hemos venido a hacer política por y para la gente. Como no podíamos aplicar nuestro propio programa porque no gobernamos, llegamos a un acuerdo de investidura muy exigente, que contenía medidas del PSOE, del nuestro y otras comunes. Cuando eso no se está cumpliendo, yo no entendería que nadie nos pidiera que seamos leales a un gobierno que incumple y no lleva a cabo sus propias medidas. Nadie es leal a quien le engaña, sería una sumisión que no está en nuestro ADN. Quien tiene que decidir con quién ir en este viaje es el PSOE. Si quiere ir con nosotros, ya sabe cuál es la hoja de ruta y si no, que busque en la otra bancada, que creo que tiene 16 diputados que han dicho que le quieren apoyar.

“A partir de Navidad, la cosa empezó a torcerse”

Hasta ahora se ha desvinculado la ruptura del pacto en Castilla-La Mancha de la política nacional, pero seguimos oyendo “mensajes” de Pablo Iglesias que hablan de “tomar nota” en las comunidades. El anuncio de la ruptura se realizó además un día después de las elecciones vascas y gallegas. ¿Realmente nunca ha habido una influencia externa en esta ruptura?

No. Las revisiones del pacto se hicieron desde el primer momento. Habíamos constituido una comisión de seguimiento del acuerdo que los primeros meses el trabajo iba funcionando. A partir de Navidad, la cosa empezó a torcerse, en la de febrero las cosas ya no iban bien y la de mayo fue un desastre. El Gobierno venía sin los deberes hechos. A partir de ahí ya fueron todo avisos. Lo hicimos en los plenos, en ruedas de prensa, en artículos. Quien ha querido escuchar, ha podido escuchar que esto iba a llegar. Pero hay un detonante: en el pleno del jueves anterior llevamos dos medidas que son esenciales para el acuerdo (la no privatización del aparcamiento del Hospital de Guadalajara y la recuperación de las condiciones dignas para el transporte sanitario en la región). El PSOE votó en contra de las dos. Y nos dimos cuenta de que había un camino de no retorno. Es verdad que las decisiones siempre coinciden con algo. Coincidió con las elecciones vascas y gallegas pero lo cierto es que sabíamos que la continuidad del acuerdo era inviable.

¿Y en ningún momento ha podido intoxicarse ese acuerdo por la situación a nivel nacional?

Nadie vive un mundo aislado, no es un átomo fuera del mundo. Y por supuesto, todo lo que pasa tiene influencia, pero tanto lo positivo como lo negativo. El hecho de que la ruptura se anunciara ese día coge un vuelo por los problemas internos del PSOE, que tampoco son de esa semana, y porque había unas elecciones donde el PSOE le va muy mal, y todo el mundo lo lee en una clave. Pero sinceramente me gustaría que se tuviera más en cuenta la autonomía de Castilla-La Mancha y también nuestra propia autonomía para hacer política. Y aunque yo avisé a Pablo Iglesias de lo que íbamos a hacer, no solo no hubo ninguna consigna, sino que entendió los motivos. El “tomar nota” de Pablo hay que interpretarlo en la medida de ‘ojo’, porque a veces se hacen acuerdos, hay buena voluntad para ir en un viaje juntos y luego no se cumplen las cosas. Hay que estar atentos.

Fue muy criticado también por realizar una comparecencia sin preguntas…

Yo lo pondría entender si fuera una cuestión de hábito. No es lo mismo el discurso de un funeral que el discurso de una boda. En una boda, uno está alegre y además tiene ganas de hablar. En un funeral, uno quiero medir muy bien las palabras, lanzar un mensaje. Y para nosotros era un momento complicado, y a lo mejor, si uno habla más de la cuenta, acaba desvirtuando lo que quiere decir. Desde que el jueves habíamos tomado la decisión de hacerlo así, construimos un discurso que era el que queríamos lanzar. No es una costumbre, es posible que no vuelva a suceder. Pero era un día especial y por eso tomamos una decisión especial.

Enlazando con la primera pregunta, pero a la inversa ¿qué es lo que debe evitar el presidente García-Page en la reunión para que haya un acuerdo?

Debe evitar anuncios, debe evitar anticiparse. No tiene que poner las soluciones antes que los análisis. En política a veces estamos pensando en lo que vamos a hacer pasado mañana sin saber qué nos está pasando hoy. Lo que le pido, y creo que sería prudente, es no anticiparse ni hacer anuncios que no pueda cumplir, porque de esos ya hemos tenido varios.

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