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Sobre este blog

La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.

Lanzar globos al aire es muy bonito… y mortal para muchos animales

Albatros de patas negras estrangulado por globos de látex e hilo de algodón

Alicia Avilés Pozo

  • Vuelven a la tierra y al mar una vez desinflados: aves y tortugas los confunden con comida que acaba matándolos, según denuncia la organización Balloons Blow

Las efemérides, las conmemoraciones y las grandes celebraciones son los momentos en que mucha gente decide lanzar al cielo decenas, centenares de globos. Visualmente es muy conmovedor y bonito. En España, aunque la práctica está en auge, todavía no nos hemos vuelto muy locos con esta costumbre, pero en otros países como Estados Unidos, hay universidades y organizaciones que mantienen como tradición soltar decenas de miles -como suena- de estos bellos productos hacia el infinito.

Pero hay un problema: no van hacia el infinito. Explotan, se desinflan y caen al mar o a la tierra en cualquier lugar. Allí se convierten en basura marina de plástico o látex, o se disfrazan de alimento para aves y tortugas que no pueden distinguir las texturas. En sus estómagos se convierten en un veneno que los ahoga y los mata.

Es precisamente en Estados Unidos donde la locura por los globos ha provocado el nacimiento de la organización Ballons Blow, que ha puesto sobre la mesa la necesidad de educar a la sociedad sobre los “efectos destructivos” que los globos lanzados al aire tienen sobre los animales, el medio ambiente y, por lo tanto, también sobre las personas. Lleva años esforzándose por inspirar y promover un estilo de vida que erradique esta tradición.

Según nos comentan desde esta asociación, ocurre con todos los globos, incluidos los falsamente comercializados como “látex biodegradable”. “Los globos pueden viajar miles de millas y contaminar los lugares más remotos. Vuelven a la tierra como basura, matan a innumerables animales y además causan apagones de electricidad muy peligrosos que pueden derivar en incendios”. También son un “desperdicio de helio”, un recurso limitado y que puede utilizarse para otras prácticas más sostenibles.

Esta organización maneja encuestas de otros colectivos como Greenpeace sobre basura marina en los que se ha demostrado que la cantidad de restos de globos encontrados en las playas se ha triplicado en los últimos 10 años. “Hemos sido testigos de este aumento de primera mano, limpiando las playas desde que éramos niños pequeños a principios de los años 90”. Allí han podido recoger aves protegidas, muertas tras enredarse en una maraña de globos o con estos restos en su estómago.

Y no solo  las aves. También han podido comprobar sus estragos en la vida silvestre en la tierra. Es el caso de ovejas que confunden estos restos y sus cintas con un follaje rico en nutrientes que se comen y termina por bloquear sus vías digestivas. A partir de ese momento, son incapaces de ingerir más comida. También delfines, ballenas, tortugas y muchas otras especies marinas han muerto por el mismo motivo.

Desde Balloons Blow alertan especialmente sobre el riesgo en las tortugas marinas, que se encuentran en un riesgo más alto porque se aprovechan de las jaleas y los corales, muy fáciles de confundir con los globos desinflados o explotados que acaban en el mar. Incluso para los ojos de los humanos son difíciles de distinguir. Y otro efecto nocivo más: tardan años en descomponerse. Se quedan en el mar décadas y décadas. De hecho, los efectos medioambientales negativos también tienen un severo impacto contra la flora. Pueden quedar atrapados fácilmente en árboles y plantas, cortándoles la luz del sol y el abastecimiento de agua y, por tanto, su bienestar.

Mientras que en algunos estados y países han promulgado leyes relacionadas con el lanzamiento de globos, en Estados Unidos, el  Balloon Council y otras entidades de esta industria  gastan millones de dólares para mantener esta práctica, promoviéndola en multitud de actos. Por eso, piden que su prohibición se incluya en las leyes de basura ya existentes. Por supuesto, en España esta cuestión ni se ha planteado todavía.

De momento, la organización promueve acciones de micromecenazgo para dirigirse, mediante firmadas por miles de personas, a universidades y organizaciones que alientan estas prácticas, con “miles de trampas mortales de látex arrojadas al medio ambiente, basura masiva consentida por todos”. En España, se han hecho eco de estas actividades en FAADA. “Debemos pensar que este gesto tan aparentemente inofensivo puede implicar una agonía terrible y la muerte a todo tipo de animales”, argumentan.

Desde esta federación española de bienestar animal piden un uso responsable de los globos. Apuntan que la alternativa más fácil es el uso de globos con aire normal, que no se van volando cuando se sueltan. También aconsejan no usar válvulas de plástico para cerrarlos sino hacer un nudo a mano, y si encontramos los restos de un globo publicitario en una playa o un lugar remoto, una buena idea es reenviarlo a la empresa informándole de estos problemas y sugiriéndoles que utilicen otros métodos de promoción.

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