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La AVL advierte que el nivel de valenciano en el sur de Alicante “mengua generación tras generación. Las familias se están castellanizando”

Un momento de la presentación del estudio de la Acadèmia Valenciana de la Llengua en la Universidad Miguel Hernández de Elche.

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València —

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La Acadèmia Valenciana de la Llengua ha presentado los resultados de la ‘Encuesta sobre el uso y el conocimiento del valenciano y las actitudes lingüísticas en El Baix Vinalopó’, que se ha realizado en los municipios de Elche, Crevillent i Santa Pola. Con este trabajo, la AVL pretende conocer la situación del valenciano en una comarca de alta minorización de la lengua propia de los valencianos, pero con un peso demográfico y económico muy significativo y determinando en la Comunidad Valenciana. En la presentación de la encuesta han participado la presidenta de la institución, Verònica Cantó; Tudi Torró, presidenta de la Sección de Fomento de la AVL; Lluís Català, autor del estudio y profesor de la Universidad de Alicante, y M. Asunción Amorós, vicerrectora de Cultura, Igualdad y Diversidad de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Las principales conclusiones de la encuesta constatan un nivel de conocimiento bajo, similar al que aparece para la región de Alicante en la encuesta publicada por la Generalitat Valenciana a finales de 2022, pero con un porcentaje de población que es capaz de hablar bien o perfectamente próximo al 50% (en todo el sur era del 36%). Así mismo, el estudio indica un uso “muy escueto” del valenciano, aunque un poco más elevado en las relaciones de proximidad. En relación con las actitudes lingüísticas, destaca la positividad hacia el valenciano. Aun así, esta actitud no es tan positiva como la que muestran la mayoría de los encuestados hacia el castellano.

Insuficiente competencia escrita

El estudio evidencia que el conocimiento del valenciano está muy lejos de ser universal en El Baix Vinalopó. Destaca que la competencia oral está lejos de los niveles superiores, que se asocian con una confianza suficiente del hablante que promueve el uso. De hecho, la media del 5,5 (en una escala de 0 a 10) está muy poco por encima del límite de suficiencia. Y la competencia escrita media es inferior a la suficiencia (4,5). Con todo, la media de 6,8 en la capacidad de entender el valenciano abre muchas opciones a usos pasivos, por disponibilidad lingüística de la población.

En cuanto a las vías de adquisición del valenciano, el más habitual es haberlo aprendido solo por vía formal en la escuela (22,7%) o, conjuntamente, en casa de pequeño y por vía formal (19,1%).

Familias castellanizadas

“Los datos más preocupantes de la encuesta son las que hacen referencia al uso, especialmente entre los jóvenes”, advierte Lluís Català. Así, en cuanto a la base social sobre la cual se sustenta la lengua, en El Baix Vinalopó declaran el valenciano como lengua inicial el 15,5% de la población, además del 12,6% que se declara bilingüe inicial. En este apartado de usos, el estudio descubre notables diferencias en las tres poblaciones en las que se ha llevado a cabo el trabajo de campo. “Crevillent nos ha sorprendido con un uso relativamente elevado, el uso en Santa Pola y Elche es muy bajo. En el caso de la villa portuaria, se esperaban cifras algo más altas”, indica Català.

El único espacio donde el valenciano tiene un uso exclusivo en una proporción destacable es en casa. No obstante, se observa que el valenciano mengua generación tras generación, puesto que se ha pasado del 14,7% al 3,6%. “Las familias se están castellanizando. Solo las de actitudes muy militantes resisten, y a pesar de la presión de los padres castellanohablantes en lugares como escuelas, institutos y espacios de ocio, progenitores que hablan a los hijos en valenciano acaban recibiendo una respuesta en castellano de sus descendentes. Además, los hijos de las parejas mixtas mayoritariamente se expresan en castellano. También es preocupante que solo el 5% de los encuestados de Elche y Santa Pola hablen con sus hijos en valenciano”, explica el coordinador del estudio. Aun así, Català matiza que esta bajada se ha producido a favor de usos bilingües, más que a favor del castellano como lengua exclusiva, “circunstancia que agraviaría todavía más la situación de minorización”.

En relación con los usos lingüísticos fuera del hogar, la presencia del valenciano también es significativa, pero con usos mucho más bilingüizados, con las amistades, el vecindario y las actividades festivas. En otros ámbitos, como el comercio de proximidad, los compañeros de trabajo o la mensajería instantánea, el valenciano tiene una posición “marginal”, y las grandes superficies comerciales resultan ser un espacio prácticamente ajeno al uso del valenciano.

El estudio constata que el espacio con un consumo en valenciano más destacado es la televisión, pero más del 85% nunca ve televisión en valenciano. En el resto de consumos culturales y de medios de comunicación, la presencia del valenciano es todavía más testimonial: alrededor del 95% no consume productos culturales en valenciano.

Tanto valenciano como castellano

En relación con las actitudes lingüísticas, se ha detectado una relativa diversidad, pero dominan ligeramente actitudes dentro del espectro de respuestas negativas. La opinión general es que no se está claramente en contra de la lengua, pero se considera que su aprendizaje y uso no tiene que ser obligatorio, especialmente porque el castellano es una lengua con mucha más presencia y que conoce todo el mundo. Así, un 13,3% de los encuestados asegura que se ha sentido incómodo o discriminado por no tener la opción de hablar en valenciano, en oposición al 9,5% de la población que alguna vez se ha sentido incómodo o discriminado por no saber hablar valenciano. “Por lo tanto, emocionalmente, afecta más hablar la lengua que no saber hablarla”, se indica en las conclusiones de la encuesta.

Entre los castellanohablantes, domina muy acusadamente la desmotivación por hablar en valenciano, a pesar de que no es tan marcada en los ámbitos más próximos. Hay más proporción de residentes en El Baix Vinalopó que se sienten competentes para defenderse en situaciones cotidianas de uso con el valenciano oral que los que no se sienten capaces de afrontar estas situaciones. Una amplia mayoría no tiene intención de mejorar sus prestaciones en valenciano, y la mayor parte de los que sí lo harían no se lo habían planteado.

Por otro lado, más del 60% considera que en un futuro se tendría que hablar tanto valenciano como castellano en los municipios de El Baix Vinalopó. Aun así, los que se decantan por una de las dos lenguas lo hacen casi siempre por el castellano.

Prácticamente, todo el mundo en El Baix Vinalopó se siente cómodo o muy cómodo cuando oye hablar castellano, y una mayoría más ajustada (58%) se sienten cómodos o muy cómodos cuando oyen hablar en valenciano. Los incómodos con la lengua propia del País Valenciano son más del 20%. Por otro lado, la incomodidad es mayoritaria con las lenguas extranjeras, especialmente con el árabe (más del 80% incómodos o muy incómodos). “Los resultados son una mezcla entre actitudes y prejuicios, por un lado, y el nivel de competencia lingüística que se tenga”, apuntan las conclusiones.

Recomendaciones de política lingüística

Los resultados de la ‘Encuesta sobre el conocimiento y el uso del valenciano y las actitudes lingüísticas en El Baix Vinalopó’ sugieren diferentes líneas de continuidad e innovación para las políticas de promoción del valenciano que se concretan en tres objetivos: incrementar los niveles de conocimiento del valenciano, tanto en el ámbito de la enseñanza como fuera del espacio escolar; crear espacios de uso del valenciano y difundir discursos favorables al valenciano.

“Este estudio no tiene que ser una simple encuesta al uso sobre las diversas competencias lingüísticas de los habitantes de El Baix Vinalopó. Lo que realmente interesa son las actitudes lingüísticas, a fin de establecer futuras estrategias de actuación por parte de la AVL”, subraya Tudi Torró, al tiempo que pide la implicación del resto de entidades cívicas y sociales de las comarcas del sur y la de las instituciones que tienen competencia autonómica, provincial, comarcal o municipal en materia de política lingüística.

En el mismo sentido, se expresa la presidenta de la AVL, Verònica Cantó: “El futuro de nuestra lengua es el futuro de los valencianos y las valencianas, lo que nos identifica como pueblo. La riqueza cultural y lingüística que poseemos no la podemos dejar perder liándonos en batallas y conflictos estériles. Los diagnósticos como este ayudan a definir las líneas políticas que hay que adoptar para incrementar los niveles de conocimiento y uso del valenciano, tanto en la docencia como en cualquier otro ámbito”, reivindica Cantó, recordando que entre las competencias y obligaciones de la institución se encuentra la elaboración y la difusión de informes.

InvestGroup ha sido la empresa encargada del trabajo de campo, que se realizó presencialmente, del 25 de septiembre al 17 de noviembre del 2022, a 1.500 personas mayores de 18 años y residentes en El Baix Vinalopó.

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