Un estudio revela la “necesidad urgente” de actuar sobre los ríos de la Vall d'Albaida ante el impacto del cambio climático
Un estudio ecohidrológico a evaluado el impacto del cambio climático en la calidad del agua y la ecología de los ríos de la Vall d'Albaida: el río Clariano y el río Albaida. Sus conclusiones, publicadas en la revista Science of the Total Environment, han dado unas malas perspectivas para los dos ríos.
El estudio ha sido liderado por un equipo de investigadores del Instituto INGENIO, centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha tomado como referencia el desafío global del cambio climático, y los efectos que están perjudicando a todo el mundo, entre ellos los impactos en la gestión del agua a causa de la disminución de las precipitaciones, aumento de las temperaturas y contaminación.
El trabajo utiliza un modelo basado en SWAT (Soil and Water Assessment Tool) para investigar el impacto del cambio climático y la monitorización de la calidad del agua, a través de la recopilación de información de varios componentes biológicos, fisicoquímicos y hidromorfológicos como por ejemplo: nitrato, amonio, fósforo, y el índice IBMWP (Iberian Biological Monitoring Working Party). Y lo hace en tres escenarios temporales: a corto plazo (del año 2025 al 2049; a medio plazo (2050–2074) y a largo plazo (2075–2099).
“Basándonos en el estado químico y biológico previsto con el modelo, determinamos para cada uno de estos escenarios temporales el estado ecológico de las aguas en catorce puntos representativos de las camas”, explica Guillermo Palau, investigador de INGENIO y unos de los autores del estudio. Y como resultado del aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones en la mayoría de las proyecciones, el modelo predice una disminución del caudal del río y un aumento en las concentraciones de nutrientes en comparación con el periodo de referencia (2005–2017).
“Estado ecológico muy deficiente”
En su estudio, han analizado 14 puntos representativos, y el modelo que han desarrollado proyecta un estado ecológico muy deficiente para la mayoría de los lugares analizados (cuatro lugares con estado ecológico deficiente y diez lugares con estado ecológico muy deficiente) bajo la mayoría de los escenarios. Además, el estudio advierte de un “estado ecológico muy deficiente” para los 14 lugares bajo el escenario más extremo –con mayor número de emisiones y temperaturas más altas- a largo plazo. con todo alertan que “incluso en caso de que se implementan acciones de mitigación, los ríos pueden conseguir un peor estado ecológico incluso en el escenario más optimista”.
“Esto sugiere que son necesarias medidas para evitar esta situación, por ejemplo, mejorar el tratamiento de aguas residuales y adoptar estrategias de gestión de fertilizantes para reducir la lixiviación de nutrientes”, apunta Guillermo Palau.
El investigador de INGENIO añade que, a pesar de las diferentes trayectorias de emisión y todos los posibles cambios en la temperatura del agua y la precipitación anual, los resultados de su trabajo apuntan a la “necesidad urgente de tomar decisiones fundamentadas científicamente para gestionar, proteger y preservar los ríos de la Vall d'Albaida y su ecosistema. Los resultados constituyen una llamada de atención para tomar medidas urgentes para proteger los recursos hídricos del río Clariano y el río Albaida”, destaca Guillermo Palau.
Protección de los recursos hídricos
Este estudio proporciona información valiosa sobre como el cambio climático está afectando en la calidad del agua de los ríos y como puede tener implicaciones significativas para la gestión de los recursos hídricos. Además, el modelo ecohidrològic puede ser aplicado en otras regiones tanto a nivel nacional como internacional.
“Esperamos que nuestros resultados ayuden la toma de decisiones en la gestión de los recursos hídricos y a fomentar la adopción de prácticas sostenibles para proteger el medio ambiente. Es importante que se tomen medidas para proteger los ríos y su ecosistema, y para garantizar que las generaciones futuras tengan acceso a agua dulce de calidad”, concluye Guillermo Palau.
En el desarrollo de este estudio participaron también investigadores de la Politécnica de Turín y de la Universidad de Turín.
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