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CV Opinión cintillo

El Rubicón valenciano

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“Cavalls negres han posat setge

a la follia dels sediciosos, i el bou sagrat

rep l’ofrena d’un efebus tricèfal.

Quan els ciris hagen fos i la por ens aclapare,

vindran a nosaltres els llamps i veurem les flors

marcides i el nostre propi exili.“

Carmelina Sánchez-Cutillas. Madrid-València, 1976

De nada sirve lamentarse cuando no hay remedio. La guardia pretoriana comunicativa de la Generalitat Valenciana ha puesto las piedras en las catapultas para alertar a la población. Han sonado las alarmas. Sobrepasado el ecuador de la legislatura, en los rescoldos del tiempo perdido, los coletazos de la pandemia no permiten emprender camino firme hacia el renacimiento del País Valenciano. Sigue la resaca. Mientras los protagonistas individuales y las formaciones políticas llamadas a perder o ganar, se sacuden las túnicas y afilan las lanzas. En las trifulcas hay tres opciones posibles: emprenderla a sablazos con los otros (“L’enfer sont les autres”, clamaba Jean- Paul Sartre). La segunda postura, también presidida por la cobardía, es seguir hacia adelante como si no ocurriera nada. La tercera, la única válida y constructiva, consiste en asumir el peligro, admitir los errores cometidos y recomponer el proyecto de país. Con generosidad. A base de los recursos disponibles. Fue la opción de Julio César en el 49 a.de C., al cruzar el Rubicón para asediar a Pompeyo que huyó de Roma hacia Grecia.

Milagros

Es cierto que, si se descarta la tentación de adelantar elecciones, los sondeos reflejan el riesgo de que Ximo Puig o quien le suceda en el socialismo valenciano, no repita en la Generalitat Valenciana. Hay que aceptar que la reedición del doblete Botànic- Rialto/2, ya fue un “miracle” para que los astros y las constelaciones coincidieran en el firmamento. Sant Vicent Ferrer, desde su tumba de Vannes (Francia) y el legendario sant Jordi se aliaron en 2019. Asistieron a las fuerzas progresistas para encadenar dos legislaturas de continuidad con el mismo viento favorable. La cita de 2023 para la Generalitat y en el Ajuntament de València no pinta igual. Razones: el electorado es caprichoso y tiende al cansancio. La tentación del cambio es real. La barahúnda y el pillaje del Partido Popular, durante décadas, se pierden en la memoria de los votantes. Varias causas de corrupción siguen “sub judice” aunque los tribunales sean lentos y profusos. Han pasado seis años de mandato con fallos y aciertos. La oposición conservadora, que nunca aceptó la derrota, sigue ávida del poder que cree le pertenece.

Volver a las andadas

El “Espíritu de Morella”—ejercido por el entorno mediático del president Puig-- yerra en su pretensión de culpar a los demás las desavenencias con sus socios—Compromís y U. Podemos—.En el Rubicón valenciano que marca la catarsis del inicio de recuperación pospandémica y el reencuentro de los valencianos con la normalidad. Los ciudadanos del País Valenciano llevan casi treinta años en la postergación que encadenó la claudicación de la hegemonía socialista de las postrimerías del mandato de Joan Lerma(1995), con las presidencias provinciales del PP-- Eduardo Zaplana(Alicante) José Luís Olivas(a caballo), Francisco Camps (València)y Alberto Fabra (Castellón). Así se quiere consolidar en la Comunitat Valenciana la alternancia del bipartidismo. Reflejo del esquema del momento para el gobierno del resto de España. La llamada fórmula valenciana, coincidente con el movimiento 15-M que encumbró a Podemos. Desde el resurgimiento comunista a las altas esferas del poder, abre la brecha que posteriormente llevará a Pedro Sánchez a la Moncloa. De la mano de Pablo Iglesias y el mosaico de resistencia a la reedición de un gobierno de la derecha. Rajoy tiró la toalla desde el banquillo, enfrentado a las singularidades territoriales y a la parte social del Estado de las Autonomías, que recoge la Constitución del 78.

Disidencias

Los valencianos lo tienen difícil en una España radicalizada. Cuya acción de gobierno también muestra sus fisuras entre los dos socios que forman el ejecutivo y que hace dos años no ocultaban su animadversión: PSOE- U. Podemos. Estos días vemos los desencuentros entre la vicepresidenta de Podemos, Yolanda Díaz, con el ministro de Seguridad Social, José Luís Escrivá. Especialista en globos sonda, que ni comprende su compañera de partido y vicepresidenta de Pedro Sánchez, la ministra de Economía, Nadia Calviño. Estas espadas en alto complican a las fuerzas políticas valencianas su escasa capacidad de influencia en las altas esferas del Estado español. Faltaba la inoportuna erupción del volcán en la isla canaria de La Palma, para alejar el foco de la reivindicación sobre la financiación autonómica. Deja al Consell y a la mayoría parlamentaria en las Corts Valencianes, perdidos en la causa cardinal para cruzar el Rubicón de su baza política ante las próximas elecciones autonómicas.

El cambio que viene

Lo que está en juego es la decisión de quien va a mandar en España y en su rehabilitación a partir de la Covid-19. A base de los fondos europeos de asistencia. ¿Recuperará el poder el PP de Pablo Casado? ¿Impulsará la reconquista de la Generalitat Valenciana a cargo del PPCV de Carlos Mazón? ¿València y Castellón permitirán que un zaplanista, de bajo perfil, tome las riendas del País Valenciano? Todos ellos, asistidos previsiblemente, con el respaldo de Vox, partido que los amenaza y ejerce una calculada presión sobre su horizonte político. El president Ximo Puig, en combinación con la cúpula empresarial de la Asociación Valenciana de Empresarios, ha esbozado las líneas de colaboración con la fiel presidenta balear, Francina Armengol. No más pillerías. En una operación de altos vuelos que ha torpedeado el aparato de Ferraz, con sede en Madrid. Con el pretexto del imposible Corredor Mediterráneo por ferrocarril, los empresarios de Foment del Treball, Cercle d’Empresaris, PIMEC, AVE, seguidos de CEV, empresarios mallorquines, FERMED y apoyados en algún grupo mediático, iniciaron la huida hacia adelante. Consiguieron sumir a Antonio Garamendi, presidente de CEOE, en unos de sus peores resbalones, que le llevó a aceptar los indultos a los presos independentistas, en aras a la estabilidad económica y cívica. Se atrevió y le pusieron la zancadilla. Las fuerzas de la derecha en lucha encarnizada con Pedro Sánchez, no permitieron que Garamendi actuara con libertad. Han provocado la involución del presidente de CEOE, en una deriva integrista que augura la vuelta, en la cúpula empresarial, a los tiempos del franquista José María Cuevas Salvador.

Arco Mediterráneo

El electorado que propició la ascensión, por dos veces, del gobierno valenciano del Botànic acusa cansancio y decepción. En su proximidad a los tres partidos concernidos en la coalición y en la misión conjunta de relanzar la Comunitat Valenciana, alejados de la derecha y de su corrupción congénita. Ni el PSOE, ni Compromís, ni U. Podemos, deben apuntarse el tanto de haber propiciado el cambio político en el País Valenciano en las elecciones de 2015 y 2019, Fue un cúmulo de circunstancias confluyentes, en dos momentos clave del proceso democrático y territorial de una autonomía que necesitaba y exige ejercer poder. Convencidos de que por la vía del provincianismo y la sumisión era imposible posicionar los intereses valencianos en el conjunto de España. Con posibilidades de figurar entre las regiones europeas punteras. En esa carrera de fondo ha faltado la concurrencia de una corriente valencianista convencida. De derechas, plasmada en un partido político con vocación de gobierno. Para ese menester y con la excusa del Corredor Mediterráneo-- ¿Por qué no se atreven a asumir el reto de la operación eficaz del Arco Mediterráneo? ¿Pluridisciplinar e integral?—Otro Rubicón valiente y necesario que reclama la periferia española, para pesar en su flanco del Mare Nostrum. Que no se cansen: sin un ensamblaje de las potencialidades valenciano-catalano-baleares, España estará mermada en su desarrollo plural y nunca liderará la Europa de las Regiones: la Central, la Atlántica, la Hanseática, la Adriática, la meridional y por supuesto la Mediterránea: Grecia, Portugal, Italia, Francia y España. ¿No querrán iluminar el Mediterráneo desde Madrid? ¿ Ni tan siquiera desde Bilbao o confraternizando con la Andalucía de PP, Ciudadanos y Vox? Esa irresistible fuerza mediterránea sólo se comprende por sus protagonistas. Únicamente se consolidará desde el empeño, el convencimiento y el valor. En el desafío permanente para lograrla.

Ser o no ser

La lucha no ha hecho más que empezar. Los errores han sido muchos, constantes y compartidos. Por tanto mirar a lo social, no se puede ignorar la economía. Fallos en la lucha ferial, en la portuaria, en la dejación industrial, en la infrautilización de las Cámaras de Comercio-- herederas de entidades e instituciones--.¿ Se está sobrevalorando la actividad turística de Colomer?. En la puesta al día de la modernización hortofrutícola, en la potenciación de la cultura como principio de todas las cosas, en la salvaguarda de la lengua, --una más de las señas de identidad--, en la defensa de una Universidad solvente y eficaz como sede del progreso y de la inteligencia. Demasiadas telarañas y parones contraproducentes para el proyecto global que requiere el País Valenciano. Para que se le considere en el concierto de las grandes regiones y naciones de Europa.

En pie de igualdad

¿Ahora vamos a perdernos en los reproches? ¿En si la culpa la tiene más el Compromís errático del último lustro?¿ Será el PSOE impregnado de prepotencia anclado en el bipartidismo, marchamo ilusorio de autoridad moral? ¿O el nido de grillos en que ha derivado la deriva de U. Podemos? ¿Entre los líderes de cada fuerza política, puede más Mónica Oltra desde su vocación benefactora; Ximo Puig cabeza del “Espíritu de Morella” y su posibilismo sin recorrido; el caído Antonio Montiel, la espantada de Rubén Martínez Dalmau, o la sublimación de la coordinadora Pilar Lima? Sitio para Enric Morera y Águeda Micó. Alejados todos de la jugada maestra que trazan Yolanda Díaz y Mónica Oltra. ¿Por qué tantas curvas para evitar el camino recto? Las desavenencias y los desacuerdos aproximan a PP+Vox a los cubículos de poder. También son revulsivos que contribuyen a comprobar que por ahí se avanza hacia el fracaso. La reacción llegará. Los enemigos son muchos y están agazapados. Desde Madrid, capital de intrigas, en las grandes empresas, entre los financieros, en los círculos del desencanto. Hay mucho descontento y mucho iluso que sigue culpando a la UEy al Euro de todo. Recelan de la pluralidad de los pueblos de España y de los intelectuales. ¿Serán responsables que la sociedad española siga anclada en el atraso? La democracia es diálogo, pacto y acuerdo. No para imponer, sino para consensuar. Tan peligrosos son los comportamientos del fascio redentor como los perpetrados por bolcheviques agazapados. Frente a ellos hay que cruzar decididamente el Rubicón: “Alea iacta est”. La suerte y los dados, están echados con la astucia, la firmeza y la seguridad en los pasos a dar. Solo hay un camino acertado: el que conduce a la felicidad, a que la gente viva bien y nunca a la inadaptación participativa. Nadie vence solo. Todos son necesarios. Más cooperación. La complejidad del mundo actual no admite simplicidades ni cerrazón. Ximo Puig, sin los otros no llegará a ningún sitio. Creerse superior, imprescindible y estupendo es el error que conduce a los demás.

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