Un bosque urbano, una playa artificial y un barco de Gulliver: así será el Parque de Desembocadura de València

(Con)fluir es el nombre del proyecto ganador para el diseño en València del Parque de Desembocadura, que conectará el antiguo cauce del Túria con Poblats Marítims, en concreto desde el Oceanogràfic hasta el final del cauce hasta Natzaret.

La propuesta plantea un bosque urbano parecido al parque de la Rambleta, diversos espacios de uso ciudadano, una zona de juegos a gran escala que recrea el naufragio de Gulliver y una lámina de agua que recuerda la antigua playa de Natzaret en la que estará prohibido el baño, pero sí podría haber pequeñas embarcaciones recreativas.

El alcalde, Joan Ribó, acompañado de la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo y Renovación Urbana, Sandra Gómez, ha dado a conocer al vencedor del concurso internacional de ideas, “una de las obras históricas que transformará el sur de la ciudad y que reparará una deuda histórica”, en alusión a la ampliación sur del Puerto que acabó con las playas de Natzaret y La Punta.

Después de examinar y valorar los cinco diseños finalistas, los 12 miembros del jurado han elegido por unanimidad cuál será el que reformará la fachada marítima y prolongará el jardín del Túria hasta el mar. El alcalde ha detallado las claves de (Con)fluir, “una apuesta clara y decidida por la renaturalización y la reparación ecológica, urbana y social” de una superficie total de 245.600 metros cuadrados, entre el puente de L’Assut de l’Or hasta Natzaret, que supondrá una inversión de alrededor de 35 millones de euros.

Sin embargo, en este caso se plantea el desarrollo de la primera fase de la que el equipo seleccionado se encargará también de la redacción del proyecto y dirección facultativa de esa primera parte de las obras que abarcan desde el puente de Astilleros hasta el puerto (9,4 hectáreas), con un presupuesto de 16,7 millones de euros, de los que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) aportará el 75%, y un millón se destinará a abonar el trabajo del despacho de arquitectura.

“El parque dignificará Natzaret y el Grau, dos barrios demasiado castigados por el desarrollo industrial y de infraestructuras de espaldas a la ciudadanía”, ha manifestado Ribó. “La idea es clara”, ha remarcado, “más verde y más agua en contraposición a las infraestructuras de cemento”. Así, (Con)fluir plantea un bosque urbano que culmina en el Espai Natzaret, incluye distintas áreas para uso de la ciudadanía y un nuevo espacio de juegos: el barco del naufragio de Gulliver, “petición reclamada por el vecindario en el proceso participativo que se lanzó después de la selección de los proyectos, de gran atractivo para la población infantil y que completa la narrativa iniciada con la figura que descansa en el tramo XII del Jardín del Túria”.

Otro de los elementos destacados del futuro Parque de Desembocadura será una lámina de agua o laguna en la zona de la Revolta de Cantarranes, que recordará la antigua playa de Natzaret. Igualmente, tal como ha indicado el máximo responsable de la ciudad, se pretende “recuperar la morfología original de un río trenzado hasta el puente de Astilleros, favoreciendo la reparación y previniendo inundaciones frente a lluvias intensas mediante tanques de tormenta”. De esta manera, en palabras de Joan Ribó, se “reestructura el tramo portuario del río actualmente canalizado hacia otro totalmente naturalizado”. Además, se protegerá el barrio del impacto acústico y visual que genera el recinto portuario a través de una tipología de vegetación que actuará de barrera entre ambos ámbitos.

Por su parte, la vicealcaldesa ha resaltado que “lo que hace el proyecto es confluir el este y el oeste, y el norte y el sur, poniendo en el centro a Natzaret, un barrio que históricamente ha estado en una marginal de la ciudad, en una zona completamente absorbida por el impacto de la infraestructura portuaria, dividido y separado literalmente en el ámbito de la movilidad y la conexión con València”. La propuesta, según ha manifestado Sandra Gómez, supone “una apuesta decidida por la recuperación y reparación ecológica y medioambiental, urbana y social”, que “pone en el centro al vecindario” al incorporar las sugerencias surgidas tras el proceso participativo puesto en marcha.

La renaturalización del Parque de Desembocadura se hará a partir de los mapas topográficos antiguos del río Túria, intentando recrear las islas que se generaban en la parte final, y respetando la biodiversidad ligada al lecho fluvial. Asimismo, se contempla la reforma del puente de Astilleros y se recuperará el antiguo puente peatonal que unía la calle Major con Poblats Marítims, lo que permitirá conectar el núcleo histórico de Natzaret con la infraestructura verde y el resto del municipio.

Gómez ha informado de que el plazo máximo de redacción del proyecto es de ocho meses. Posteriormente, diferentes servicios municipales ―Ciclo Integral del Agua, Movilidad, Jardines o Proyectos Urbanos― tendrán que verificarlo. Se estima que el plan esté aprobado en un año. La vicealcaldesa ha recordado que el resto de diseños finalistas, titulados Ombra, riu i conviu, Sendes d’aigua, Riu-diversitat, y Verd-marí, recibirán una compensación económica de 12.000 euros cada uno.