Ximo Puig llama a “frenar el desgaste” del PSPV-PSOE, pero no aclara cómo
La asistencia al Comité Nacional del PSPV-PSOE celebrado este sábado ha sido floja, más si se tiene en cuenta que no se reunía desde hace nueve meses y que, en ese tiempo, los socialistas valencianos se han convertido en la tercera fuerza política, superados, como hace décadas, por el PP y también en diciembre por la alianza de Compromís y Podemos y en junio por esa misma coalición con la incorporación añadida de Esquerra Unida.
El secretario general y presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, lo ha evidenciado en su informe, tras unos prolegómenos en los que ha intervenido Ismael Sanz, secretario general de UGT del País Valenciano, en cuyo salón de actos se desarrollaba la reunión, y se ha guardado un minuto de silencio por las víctimas del atentado de Niza mientras sonaba la Marsellesa.
“Se equivocaban los que pensaban que los socialistas nos daríamos por perdidos”, ha señalado Puig en referencia a las convocatorias sucesivas de elecciones generales en las que el PSOE ha afrontado la irrupción por su iznquierda de Podemos en las instituciones. Y ha aludido a la necesidad de “un esfuerzo para frenar el desgaste, parar la caída e iniciar la recuperación”.
“Hay que reconocer”, ha dicho, Puig sobre el PSPV, “que no hemos cumplido las expectativas que nos marcamos”. Pero enseguida ha añadido que “se ha visto con claridad que no hay atajos a la alternativa”, refiriéndose ya al PSOE en su conjunto. Para advertir de que “el PP no está muerto políticamente” y de que el PP va a seguir siendo “un rival muy duro”.
Ampliando la mirada a un año atrças, Puig ha dedicado la mayor parte de su intervención a resaltar el hecho de que los socialistas están ahora en el gobierno de la Generalitat, de la Diputación de Valencia y de 230 alcadías. “Tenemos proyecto y lo hacemos con honradez y eficiencia”, ha asegurado.
“La Comunidad Valenciana ha vuelto al camino adecuado”, ha indicado Puig, que ha presumido “sin triunfalismo” de presidir “un gobierno sólido, cohesionado, para la reconstrucción de esta comunidad”.
Puig ha dado por hecho que al PSOE le corresponde asumir su papel de oposición tras los resultados de las elecciones del 26 de junio y ha criticado que se reclame a los socialistas “responsabilidad”, en referencia, aunque no lo ha explicitado, a la posibilidad de que acaben absteniéndose en el Congreso para permitir que Mariano Rajoy sea investido. “No sé qué responsabilidad exige al PSOE el partido más irresponsable de la historia de España”, ha exclamado en alusión al PP, antes de considerar “intolerable que continue el ministro del Interior en su sitio” cuando se ha demostrado que Jorge Fernández Díaz utilizaba el ministerio para conspirar contra otras fuerzas políticas.
Tras insisitir en que, sea cual sea el nuevo Gobienro, la Generalitat le reclamará lealtad institucional y exigirá una financiación digna e inversiones acordes al peso de la Comunidad Valenciana, Puig ha vuelto a reconocer la necesidad de “relanzar” el PSPV-PSOE, ha descartado, sin nombrarlas, que “otras opciones tengan capacidad de construir un proyecto mayoritario” y ha invitado a los militantes a “reflexionar sin hacerse el harakiri”.
Tras propugnar un “debate de ideas” que “acabará finalmente en los procesos congresuales” que tienen por delante los socialistas (congreso federal, congreso autonómico y congresos comarcales), ha insistido en que “en España desde la oposición” y en el País Valenciano desde el gobierno el objetivo es “abrir defintivamente la puerta a un tiempo nuevo”. “Ahora tenemos la oportunidad de cambiar la sociedad valenciana”, ha concluido. “Juntos lo vamos a hacer”.
Entre las intervenciones de los miembros del Comité Federal ha destacado la de José Luis Ábalos, secretario general de la provincia de Valencia y diputado muy próximo al líder del PSOE, Pedro Sánchez, con quien Puig mantiene muy poca sintonía. Ábalos ha insistido en que no se puede facilitar a Rajoy que gobierne y ha aludido a la situación del PSPV-PSOE, que ha considerado que se encuentra estructuralmente muy debilitado.