Dime cómo es tu casa y te diré con qué calentarla (sin arruinarte)

Una casa bajo la nieve

Jordi Sabaté

La subida del gas lo sitúa al nivel más alto. El precio de la luz ya se disparó antes del verano y finales de octubre alcanzó su nuevo máximo histórico, y amenaza con nuevas subidas si persiste el actual sistema de subasta y n o mejora la relación entre Argelia y Marruecos.

Además, aunque el otoño de momento se mantiene benigno en cuanto a temperaturas, no están descartadas posibles olas de frío como las del pasado enero. Finalmente, el precio de la bombona de butano, se situó en septiembre en su punto más alto en seis años.

Con estos mimbres, el invierno se presenta cuanto menos caro, por lo que ahora acaso sea el momento de reflexionar sobre el mejor sistema para calentar nuestro hogar, incluso puede que dispongamos de varios tipos de calefacción a un tiempo y queramos saber cuál nos va a salir más económica.

Por ejemplo, puede que tengamos las bombas de calor que en verano usamos para el aire condicionado, así como radiadores de agua, placas eléctricas o incluso estufas de butano. ¿Qué es lo más barato?

Depende del tipo de invierno que suframos -si hace frío, hace frío y el gasto se dispara sí o sí-, pero también del tipo de casa que habitemos; de si es un apartamento grande o pequeño, de techos altos o bajos, si está bien aislada, si es una vivienda dúplex de grandes dimensiones y numerosas habitaciones, etc.

A continuación de te explicamos el mejor sistema de calefacción según el tipo de casa

Chalé o Dúplex adosado

Normalmente este tipo de edificaciones cuentan con una caldera, generalmente de gasolina o pélets, a veces de gas, que calienta un circuito de radiadores. No es el sistema más económico, desde luego, sobre todo si no hacemos el adecuado mantenimiento de los radiadores, que pueden estar llenos de aire y por tanto ser poco eficientes. 

El problema de este tipo de casas son las habitaciones fantasma donde nadie entra o solo lo hace por las noches para dormir. Aunque tomemos la acertada decisión de cerrar los radiadores de estas habitaciones, para que no se calienten sin ton ni son, el agua caliente llega hasta ellas y regresa, perdiendo calorías en el trayecto. Además, si la casa es antigua suelen estar mal aisladas.

En este tipo de casas es mejor aprovechar el sistema de bombas de calor -siempre que no sean excesivamente antiguas-, o instalarlas en las habitaciones principales para usarlas en verano como aire acondicionado y en invierno para calentarse.

Las actuales bombas de calor funcionan con la tecnología Inverter, que se optimiza ofreciendo de 2,5 a 5 veces más energía -en forma de calor- de la que emplea, con lo que supone un ahorro importante.

Si se dispone de bombas de calor en dormitorios y estancias principales, bastará con programarlas para que se enciendan en las habitaciones poco antes de acostarnos y mantengan una temperatura mínima.

Mientras, en el salón puede estar funcionando la bomba principal si la estancia es grande. Ahora bien, este sistema no funciona en climas extremos, ya que al producir frío en el exterior para poder enviar calor al interior, suelen formarse capas de hielo en los compresores, con lo que el sistema se para hasta que estas se derritan.

Por ejemplo, nos puede servir este aire acondicionado Daikin modelo Siesta ATXC35B R-32, de 12.000 BTU, que calienta habitaciones de hasta 20 metros cuadrados si el clima no es muy frío.

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Piso mediano en casco urbano

Si vivimos en un piso de tamaño mediano -entre 60 y 100 metros cuadrados- en el casco urbano de una población, podemos plantearnos el uso de calefacción por circuito de agua con caldera de gas, ya que no tenemos que calentar excesivos metros cuadrados ni poseemos abundantes habitaciones fantasma. Aunque si las tenemos, es importante tener los radiadores cerrados. 

Al precio que está el gas, no obtendremos ningún ahorro pero sí la comodidad de tener un calor menos seco e irritante para las mucosas y la piel, sin un gasto excesivo. Basta con que dejemos el termostato a una temperatura limitada -sobre 20ºC, por ejemplo- mientras estamos fuera de casa.

O incluso que lo quitemos hasta nuestro regreso en el caso de nuestra casa esté orientada al sudeste y sea cálida. En caso de vivir en un clima frío en exceso, el gas no será una solución económica y convendrá buscar otros sistemas.

Como por ejemplo las placas eléctricas, que pondremos únicamente en las habitaciones que ocupemos, combinadas con un calefactor de aire caliente para cuando estemos en el baño o la cocina.

El problema de las placas es que tardan en calentar las habitaciones, lo cual implica que se deben dejar a un mínimo durante las horas que estemos fuera, para no encontrar al regreso la casa demasiado fría. Un ejemplo de placas a buena relación calidad precio es este Cecotec Radiador Eléctrico Bajo Consumo Ready Warm de 1,2 kW y capaz de calentar una habitación de hasta 15 metros cuadrados.

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Piso tipo loft

Sin embargo, si nuestro piso es más pequeño o tipo loft, con poca compartimentación, nos puede interesar utilizar una bomba de calor, ya que la difusión del aire caliente optimizará el reparto de calorías y, por tanto, el ahorro. Si la bomba es Inverter y el clima no es excesivamente frío, se puede notar mucho el ahorro.

La bomba de calor no es un sistema adecuado para pisos con techos altos, pues el aire caliente tiende a concentrarse en los estratos superiores y bloquea el sensor, dando la falsa sensación de que la habitación está caliente cuando no lo está, de modo que tendremos que gastar más energía para calentar los estratos inferiores.

Si tenemos este problema, podemos usar un ventilador para favorecer la convección del aire. Otra solución puede ser usar un radiador eléctrico de bajo consumo como este Gridinlux, que además se puede controlar por una aplicación móvil gracias a su conectividad wifi.

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Estudio o habitación

Finalmente, si vivimos en un pequeño estudio o una habitación alquilada de la cual nos devengan los gastos de la energía consumida, podemos emplear la bomba de calor si la poseemos, ya que nos dará un buen ahorro en caso de ser Inverter. Ahora bien, nos dejará un ambiente reseco en exceso que deberemos compensar con un humidificador, con lo que ya no nos sale tan a cuenta el ahorro. 

Otra alternativa mucho más económica y práctica son las estufas de butano, que calientan con gran rapidez espacios pequeños y suponen la fuente de energía más barata, ya que el precio de la bombona de butano está entre 16 y 19 euros.

Si nuestro estudio está a buen resguardo y debidamente aislado, este sistema puede ser el que más a cuenta nos salga, si bien debemos tener en cuenta que es un tipo de calefacción para ser usada en el momento, que crea un calor que se retiene poco y que no lo podemos dejar encendido mientras estamos fuera.

Por ejemplo, puede servirte esta estufa de butano Orbegozo HBF 90, con , triple sistema de seguridad, llama Azul y una potencia de 4,2 kW. Tiene una cobertura de calentamiento a de 20 a 30 metros cuadrados.

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