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Brexit: diez modos en que la salida de UK puede afectar a nuestro consumo

Foto: Carfax2

Eric Santaona

El pasado 23 de junio el Reino Unido (UK) votó mayoritariamente en favor de su salida de la Unión Europea, una salida que parece bastante irreversible y cuyas consecuencias en todos los ámbitos son inciertas. En principio todos los indicios apuntan a que la decisión, soberana, de los británicos comportará complicaciones tanto en las islas como en el continente. 

Por lo pronto, habrá que ver qué tipo de acuerdo suscriben ambas partes que sustituya a la membresía comunitaria. Mientras no lo decidan, se hace difícil hacer predicciones, aunque sí se pueden dibujar algunas líneas maestras sobre cómo afectará el futuro acuerdo de asociación, o acuerdos puntuales, que se firme al consumo en territorio estatal español. A continuación te describimos once escenarios posibles. 

1. Te saldrá más barato el turismo en UK pero necesitarás el pasaporte

De las pocas cosas buenas que tiene el Brexit. UK ha sido tradicionalmente un destino turístico caro para los españoles a causa del alto valor de la libra esterlina, que se sumaba a los ya altos precios de las islas como país más importador que exportador. Si la caída de la libra se mantiene e incluso se agudiza, la diferencia entre euros y libras caerá y quién sabe si logra invertirse si el euro consigue estabilizarse antes. Por consiguiente, al menos tenemos garantizada una bajada de precios de un tercio aproximadamente desde ya si viajamos a UK, aunque el Brexit tarde dos o más años en aplicarse.

Sin embargo, deberemos contar también con que aumentarán las complicaciones burocráticas para entrar en el país y por lo pronto tendremos que tirar de pasaporte, demostrar que no buscamos quedarnos a trabajar son permiso y quién sabe si pagar algún tipo de nueva tasa especial para obtener un visado. Todo dependerá del acuerdo al que se llegue.

2. Tendrás que contratar un seguro de viaje

Una cosa que casi seguro desaparecerá, porque entraba entre las quejas de los llamados brexiters o partidarios de irse, es un acceso a la sanidad gratuita británica si nos pasa alguna contingencia durante el viaje. Podríamos tener algún tipo de ventaja en virtud de acuerdos que contemplasen la atención sanitaria a los expatriados británicos en la costa española, pero no sería como hasta ahora. Así que lo mejor en el futuro será contratar un seguro cada vez que viajemos a UK.

3. No dirás adiós al roaming en UK

Mientras que la UE se dispone a erradicar el roaming de sus fronteras -¡por fin!- en junio de 2017, se presupone que este acuerdo no afectará a UK, por lo que cuando viajes a la Gran Bretaña tendrás que pagar la sobre tasa de la itinerancia. Lo normal es que las empresas de telecomunicaciones estén encantadas de clavarte una tarifa extra siempre que puedan, así que si el gobierno inglés no las obliga, pondrán cuanto más caro mejor navegar por la internet de 'Su Majestad' desde el móvil o hacer llamadas al 'nublado continente'. 

4. Las tarifas de teléfono pueden subir si estás con Movistar

Telefónica lleva meses intentando vender su filial de telefonía en UK, O2, pero tanto las autoridades reguladoras británicas como la UE no han aprobado la compra por el gigante taiwanés Hutchinson, dueño de 3UK, el operador virtual más agresivo de las islas. Ahora el Brexit complica cualquier tipo de operación, puesto que el espectro británico está como poco en cuarentena económica a la espera de ver su evolución económica.

Por lo pronto, Telefónica, que factura de O2 en libras, ha perdido un tercio de los beneficios en suelo británico, por no hablar del duro castigo que ha sufrido en la bolsa, donde su acción ha caído de 9,15 euros el día 23 a 7,46 tras el Brexit, una sima de la que le cuesta salir. Si no remonta la situación o no logra una buena venta por O2, Telefónica tendrá que lavar las pérdidas extrayendo más rédito de otros clientes. Los de Movistar en España parecen las víctimas más propicias.

5. Las comisiones de algunos bancos (españoles) pueden dispararse

En situación similar se encuentran bancos como el Santander o el Sabadell, ambos con casi un tercio de su negocio en UK. Las pérdidas van a ser importantes si la libra no levanta cabeza o si las condiciones para operar en Gran Bretaña cambian. Por lo pronto se anuncian importantes pérdidas y casi todas las entidades han perdido casi una quinta parte de su valor en bolsa. Adivina cómo se ajustarán posiblemente el cinturón: menos servicios y más cominisones por servicio.

6. Pueden acabarse los créditos al consumo

Si la banca ya tenía poco interés en el pequeño cliente doméstico desde los estacazos que supusieron las sentencias de las preferentes y las cláusulas suelo, ahora este podría pasar a ser un estorbo a no ser que contrate algún tipo de producto financiero potente. Por lo pronto, los créditos al consumo, que es el producto financiero de rango bajo más abundante en la actualidad, podrían desaparecer con el aumento de riesgo de morosidad que supone el Brexit para un país de servicios turísticos como España.

7. ¿Whisky escocés y ginebra mucho más caros? Tal vez

Los aranceles al comercio de productos solo se aplicarían si el acuerdo UE UK fuera el de dos países vecinos sin más relaciones, como ocurre con Estados Unidos. Entonces sí que los destilados británicos se pondrían imposibles. Sería el 'ahora o nunca' para el Whisky Dyc y el Gin Giró. Back to de seventies... Pero es el escenario menos probable. 

8. Los servicios online británicos, más caros

Donde sí se pondrían aranceles es en la prestación de servicios, es decir que para que una empresa UK pudiese desarrollar su actividad en suelo continental, debería pagar unos impuestos que no pagaría otra compañía UE. Traducido a internet quiere decir que seguramente los servicios que usemos con sede en Gran Bretaña serán más caros cuando salgan de la Unión. También podrían producirse bloqueos regionales de servicios, como los que ocurren respecto a páginas de Estados Unidos o Corea.

9. Podría subir el IVA

Lo cierto es que UK es el segundo aportador neto a la UE tras Alemania, con lo que su salida plantea graves problemas para cuadrar el presupuesto comunitario. Las regiones más desfavorecidas económicamente, de las cuales España no está exenta, recibirían menos fondos europeos y el gobierno estatal debería compensar este déficit. Algunos expertos apuntan a una subida del IVA paliar las desigualdades.

10. Casas más baratas

Otro de los efectos perversos del Brexit es que la actual pujanza inmobiliaria que se da en la costa española con respecto al capital extranjero, podría frenarse por una posible alta morosidad de los británicos que pagan sus hipotecas en euros. Como resultado, el mercado inmobiliario litoral volvería a desinflarse y tendríamos acceso a segundas residencias más baratas. Aunque si pensábamos vender a buen precio, esta tesis la veremos al revés. 

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