Productos sostenibles: cómo interpretar bien el etiquetado para asegurar la compra responsable

Cómo interpretar bien el etiquetado verde.

Martín Frías

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Tus camisetas son de algodón orgánico y tu café de comercio justo. Tus muebles son de madera sostenible y tu calzado de materiales reciclados. ¿Cómo lo sabes? Puede que en el envoltorio de todos estos productos aparezcan distintos sellos y certificaciones. A veces, más de uno. Bio, 100% natural, sin crueldad animal, orgánico, sostenible. A veces son demasiadas etiquetas. ¿Cuál es el significado de estos certificados? ¿Son fiables? 

Por desgracia, muchas de estas denominaciones están a cargo de las propias empresas que fabrican los productos o de consorcios de empresas dentro de un mismo sector y hay cientos de ellas. De acuerdo con las estimaciones de la Comisión Europea, el 53% de estas alegaciones ecológicas dan información vaga, engañosa o infundada, y un 40% de ellas no tiene ninguna evidencia para sostenerlas. En la Unión Europea hay 230 etiquetas de sostenibilidad y 100 etiquetas de energía verde, con niveles de transparencia y posibilidades de verificación muy dispares. 

Esta es la conocida práctica de greenwashing, ecoblanqueo o, en términos más informales, ecopostureo. Una táctica de marketing utilizada para engañar a los consumidores haciéndoles creer que un producto o una empresa son respetuosos con el medio ambiente cuando puede que no lo sean.  

Las etiquetas de sostenibilidad más fiables

¿Qué hacer como consumidores? Algunas etiquetas son más estrictas y fiables que otras, y su pertinencia puede depender también de lo que se intente medir en concreto, ya sea el impacto ambiental, la justicia social, el bienestar de los animales o cualquier otra cosa.

Determinar la fiabilidad de las etiquetas de sostenibilidad implica evaluar la transparencia de estas organizaciones, la verificación por terceros y el rigor de los criterios utilizados. Una tarea que queda fuera del alcance de los consumidores y de la mayoría de los medios de comunicación. Greenpeace denunció en un reciente informe que, tras analizar 14 etiquetas de sostenibilidad de moda, 11 no cumplían con los criterios mínimos y se quedaban en un “lavado verde”. Entre las que suspendieron, Mango Committed, Join Life de Zara, Primark Cares, H&M Conscious o Decathlon Ecodesign.  

He aquí algunas etiquetas de sostenibilidad generalmente bien consideradas en diversos sectores:

Alimentación

  • Comercio Justo Certificado (Fairtrade International): es una organización sin ánimo de lucro que se centra en el establecimiento de estándares de comercio justo para productores y trabajadores en países en desarrollo. La organización fue fundada en 1997 y tiene su sede en Bonn, Alemania. El sello Fairtrade se otorga a productos que cumplen con los estándares establecidos por la organización en áreas como salario justo, condiciones laborales, prácticas agrícolas sostenibles y derechos de los trabajadores.
  • EU Organic / Bio / Ecológico: la etiqueta “EU Organic” o “Agricultura Ecológica de la UE” es un certificado que señala que un producto cumple con los estándares establecidos por la Unión Europea para la agricultura ecológica. Esta etiqueta se encuentra comúnmente en productos alimentarios, aunque también puede aplicarse a productos no alimentarios como flores y textiles de algodón.

Pesca

  • Marine Stewardship Council (MSC): es una de las más reconocidas a nivel global en lo que se refiere a pesca sostenible. Fundado en 1996, el MSC tiene como objetivo combatir la sobrepesca y garantizar prácticas pesqueras sostenibles a través de un sistema de certificación y etiquetado.
  • Aquaculture Stewardship Council (ASC): esta organización sin ánimo de lucro se centra en la sostenibilidad del pescado de piscifactoría. Fue fundada en 2010 por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Iniciativa Holandesa de Comercio Sostenible (IDH) para gestionar y aplicar una acuicultura socialmente responsable.

Silvicultura

  • Forest Stewardship Council (FSC): fundada en 1993 con el objetivo de promover la gestión responsable de los bosques a nivel mundial. El sello FSC se otorga a productos de madera, papel y otros productos forestales que proceden de bosques y explotaciones gestionados de forma sostenible y responsable.

Textiles

  • Global Organic Textile Standard (GOTS): es la norma internacional para fibras orgánicas, incluidos criterios ecológicos y sociales, respaldada por una certificación independiente. Fundado en 2006, GOTS establece requisitos en toda la cadena de suministro de productos textiles, desde la recolección de las materias primas hasta la fabricación y el etiquetado.
  • OEKO-TEX Standard 100: es un sistema de certificación independiente y global que evalúa la seguridad de diversos productos textiles en cuanto a la presencia de sustancias nocivas. Fundado en 1992 por institutos de pruebas textiles de Europa, se ha convertido en una de las etiquetas más conocidas y respetadas en la industria textil.

Electrónica

  • Electronic Product Environmental Assessment Tool (EPEAT): es un sistema de clasificación y certificación ecológica para productos electrónicos, incluyendo ordenadores, monitores, teléfonos móviles y otros dispositivos. Fundado en 2006 y administrado por la Green Electronics Council, EPEAT tiene como objetivo ayudar a los consumidores a identificar productos electrónicos más sostenibles y ecológicos.

Energía

  • ENERGY STAR: es un programa de etiquetado y certificación de eficiencia energética establecido en 1992 por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) en colaboración con el Departamento de Energía. Aunque originado en Estados Unidos, el programa ha ganado reconocimiento global y se ha implementado en varios otros países, incluyendo Canadá y la Unión Europea.

Empresas

  • B Corporation: es un reconocimiento otorgado a empresas que cumplen con estándares rigurosos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad. Este sistema de certificación fue creado en 2006 por la organización sin fines de lucro B Lab y se ha convertido en un símbolo reconocido globalmente de prácticas empresariales sostenibles y éticas.

EU Ecolabel: una etiqueta desconocida

¿No sería más fácil disponer de una etiqueta única para cualquier producto que se comercialice en Europa, o mejor aún, en el mundo? Parece que el camino hasta este resultado es tortuoso. La Comisión Europea presentó el pasado marzo una nueva serie de normas bajo el nombre de “Alegaciones Verdes”, que obligarán a las empresas a respaldar sus afirmaciones ecológicas con pruebas científicas creíbles. Esta directiva se suma a la iniciativa de la Eurocoop, la Comunidad Europea de Cooperativas de Consumidores, para unificar las etiquetas de sostenibilidad en la Unión. 

Estas medidas e iniciativas vienen a reforzar la etiqueta ecológica europea EU Ecolabel, que existe desde 1992, y que muestra una flor con su tallo, cuyos pétalos son las estrellas de la unión. Se aplica a productos de alimentación, cosméticos, medicamentos, electrónica, textiles, con la intención de promover la economía circular en Europa. ¿No la reconoces? No es de extrañar. En Dinamarca, el país donde esta etiqueta es más común, solo un 35% de los consumidores la identifican y solo un 17% saben lo que significa. 

El problema es que esta etiqueta solo distingue a los productos que han solicitado su certificación ante los órganos nacionales competentes o la propia Comisión Europea. Por el contrario, la propuesta de etiquetas de sostenibilidad se aplicaría a la totalidad de los productos en el mercado, dando una indicación a los consumidores del impacto de sus compras.  

Una vez implantada, las empresas que deseen poner una etiqueta ecológica tendrán que someterse a un proceso de verificación independiente antes de colocar sus productos en las estanterías de los supermercados. Los consumidores podrán consultar lo que hay detrás de la cadena de producción, por ejemplo, mediante un código QR o un enlace a una página web, de forma similar a como hoy hace la app Yuka con alimentos y cosméticos para verificar sus riesgos para la salud. 

La nueva futura Directiva de Alegaciones Verdes, sin embargo, no creará una etiqueta unificada para toda la UE ni prohibirá las ya existentes. En su lugar, armonizará los requisitos aplicables a los cientos de etiquetas ecológicas que existen actualmente en el mercado para que sean comparables y significativas. Añadir una etiqueta ecológica seguirá siendo una decisión comercial a discreción de las empresas. La etiqueta ecológica EU Ecolabel quedará exenta de la normativa porque ya cumple los criterios de verificación por terceros.

Estas medidas dotarán de significado a las etiquetas ya existentes, pero no impedirán que organizaciones privadas, como grupos sectoriales de fabricantes, creen y vendan sus propias etiquetas. Tampoco identificará a los productos no sostenibles de forma clara, de no ser por la ausencia de etiqueta alguna. 

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