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Seis sencillos motivos para comerse una manzana al día

Manzana

Jordi Sabaté

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Las manzanas están presentes en la historia de la Humanidad desde muy antiguo, pues proceden de un árbol con un rango de supervivencia muy amplio en distintos climas. No en vano en algunas ilustraciones bíblicas se representa a Eva mordiendo una manzana como fruta del árbol del bien y del mal.

Y en Estados Unidos el mito de Johnny Appleseed, el chico que recorrió el país plantando manzanos para alimentar la nación, es casi fundacional. En resumen, la manzana es un alimento que ha servido de comodín a numerosas culturas, por estar presente en muchos campos, pero también por sus virtudes nutricionales, que la hacen un excelente tentempié.

La composición nutricional de la manzana es pobre

La manzana es en un 85% agua, lo que deja solo 15 g de cada 100 para proporcionar energía. Esto explica que apenas aporte 54 Kcal por 100 g, una medida muy baja. En este sentido, aunque ofrece 11 g de hidratos de carbono, aporta otros dos gramos de fibra dietética, que ayuda a moderar el nivel de azúcar en sangre.

Por otro lado, apenas tiene grasas o proteínas, si bien sí destaca por su discreto aporte de potasio, fósforo, calcio y magnesio, que pueden ayudar a completar la ingesta diaria de estos elementos. En cuanto a vitaminas, sus aportes son discretos en vitamina C (12 µg), ácido fólico (5,8 µg) y carotenoides equivalentes de ß-caroteno (15 µg).

Y sin embargo las manzanas resultan muy interesantes para el consumo diario por las siguientes razones:

1. Son una fuente de energía inmediata

Más allá de la presencia de los azúcares en su pulpa, es muy notable que la manzana contenga medio gramo de ácido málico por 100 g. Precisamente el nombre procede de la denominación científica de la manzana (Malum silvestris) porque fue aislado por primera vez en la sidra.

El ácido málico interviene activamente en la formación de adenosín trifosfato o ATP, la molécula que utilizan los músculos como fuente de energía. Por esta razón es posible que ingerir ácido málico ayude a producir mayor energía y pueda mejorar la resistencia al ejercicio.

2. Perfecta contra el estreñimiento

A pesar de que debido a su alto contenido fructosa provoca bastantes gases, su alto porcentaje de fibra, y más si se come con piel, donde se añade la fibra insoluble, la hace perfecta para dar volumen al bolo alimenticio y evitar que las heces se sequen en exceso en el último tramo del tracto intestinal.

3. Buen tentempié cuando se está a dieta

Las manzanas aportan apenas 50 Kcal pero nos hidratan y gracias a su fibra tienen un alto poder saciante, por lo que son perfectas para comer entre horas.

4. Ideal para diabéticos

Estas mismas cualidades las hacen también perfectas para que las consuman las personas diabéticas con el fin de prevenir una hipoglucemia, ya que no aportan azúcar en exceso y la fibra modera los niveles de glucosas en sangre.

5. Ayuda a moderar el colesterol

Los 11 µg de ß-sitosterol que poseen las hacen interesantes. El motivo es que esta molécula es muy similar al colesterol y por tanto, mezclada con alimentos altos en él, o previamente a su ingesta, compite por la absorción intestinal. Esto provoca que el cuerpo absorba menos colesterol y más ß-sitosterol, inocuo a nivel cardiovascular.

6. Ayuda a mantener el buen estado de las encías

A muchas personas nos han sangrado las encías al morder una manzana. Más allá de que sea un signo de un cierto grado de anemia, el caso es que la solidez de la pulpa de la manzana es un buen erosionador del sarro dental, además de presentar sustancias antimicrobianas que ayudan a mantener la higiene bucal.

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