Cómo aliviar las picaduras de mosquitos y otros insectos

Cómo aliviar las picaduras de los mosquitos.

Marta Chavarrías

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Son diminutos y tienen una vida corta (de 10 a 20 días). Sin embargo, los mosquitos pueden convertirse en una verdadera pesadilla durante el verano. Ahora que las temperaturas y los días son más largos, su presencia se hace más notoria. Esto, junto al hecho de que solemos pasar más tiempo fuera de casa, también nos expone más a sus picaduras y a las de otros insectos que nos provocan picaduras con síntomas como enrojecimiento, hinchazón y picor. 

Como reconoce la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), aunque no suelen dar grandes problemas —un 90% de los casos se resuelven en casa— pueden ser molestas y muchas veces la hinchazón que provocan sobre la zona afectada causa cierto dolor. ¿Qué podemos hacer para tratar estas picaduras?

Remedios para aliviar las molestas picaduras

La mayoría de las picaduras de insectos nos dejan unas pápulas inflamatorias, en ocasiones dolorosas, que suelen desaparecer en horas o en dos o tres días, muchas veces sin necesidad de hacer nada. De hecho, no deja de ser una lesión en la que un insecto daña la superficie del cuerpo y, en algunos casos, inocula una sustancia irritativa –bacterias, toxinas, virus o veneno- provocando abrasiones, punciones o laceraciones.

Lo primero, antes de aplicar ningún remedio, es no rascarse la picadura para evitar posibles infecciones. Algunas de las medidas más efectivas para aliviar estas picaduras son, de menor a mayor intensidad de los síntomas, las siguientes:

  • Lavar la zona con agua y jabón, solo remojarla y secarla, evitando rascar para que no se rompan las ampollas o vesículas (si hay) y evitar así la aparición de infecciones. De lo contrario, podríamos empeorar el proceso de desinflamación de la herida. Es importante mantener la zona limpia y seca hasta que disminuya la irritación. 
  • Quitar cuerpos extraños, en el caso necesario, como aguijones, con una pinza estéril, no con las manos, procurando no hundirlo todavía más ni esparcir más el veneno del insecto.
  • Aplicar hielo, ya que el frío ayuda a disminuir la inflamación, el dolor y el picor. Pero evitando el contacto directo del hielo con la piel (podemos envolver el hielo en un trapo o una toalla).
  • Aplicar lociones de calamina o amoníaco para disminuir la irritación de la piel y el picor y neutralizar el veneno. También ayuda el vinagre. No deben aplicarse nunca en mucosas: ni ojos, ni boca ni nariz.
  • Aplicar corticoides tópicos leves para reducir la inflamación y el picor. Pueden aplicarse en pequeñas cantidades, una o dos veces al día.
  • Tomar antihistamínico vía oral si el picor es muy molesto: los antihistamínicos tópicos no se usan porque pueden desencadenar reacciones de fotosensibilidad, especialmente en niños. 
  • El médico puede prescribir un antibiótico tópico si la picadura se ha infectado como resultado del rascado.

Qué hacer si aparece una reacción más intensa 

Aunque es poco común que alguien sea alérgico a las picaduras de los mosquitos, puede ocurrir que acabe provocando una reacción exagerada como hinchazón de la extremidad o fiebre. Lo más común es que se produzca una inflamación que afecte a la articulación cercana a la picadura, así como dolor y dificultad para mover esta articulación. 

Esta reacción sería similar a la alérgica, pero se debe a una alteración inmunológica. En este caso la picadura es motivo de urgencia médica porque pueden llegar a ser graves y porque podemos estar sufriendo una reacción alérgica. También las picaduras de abejas o avispas pueden acabar con una reacción grave, en forma de dificultad para respirar o desmayo.

En cualquiera que sea el caso, además del tratamiento sintomático descrito antes, es importante acudir al servicio de urgencias para recibir la medicación adecuada y determinar a qué insecto se es alérgico y cuál es la intensidad de la sensibilización. En el caso de que no sea la primera vez que nos pasa, el médico es el que nos dirá qué medidas tenemos que tomar. Estas pueden incluir un tratamiento con inmunoterapia para la alergia.

Qué podemos hacer para evitar que nos piquen

Podemos intentar que los mosquitos no nos piquen y, para ello, es importante usar repelentes contra insectos. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el más efectivo es el dietiltoluamida (DEET), que se comercializa en concentraciones que van entre el 5% y el 40% y que podemos encontrar en farmacias, aunque no pueden aplicarse a menores de seis meses y en niños menores de dos años solo pueden aplicarse una sola vez al día. 

En mujeres embarazadas, gente mayor y personas con sensibilidad en la piel no es recomendable por su capacidad de penetración cutánea, aunque su uso está permitido en concentraciones no superiores al 30%.

También pueden ser útiles los repelentes biopesticidas como citronela y citrodiol, de origen vegetal, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Se comercializan como pulseras, parches (los más adecuados para niños y bebés) y en espray y suele bloquear los receptores de dióxido de carbono (CO2) que tienen los mosquitos para encontrarnos y atacarnos.

En el caso de aplicar un espray, es recomendable hacerlo cada cuatro o seis horas porque pierden su efecto, aunque no es necesario hacerlo a mansalva; es suficiente aplicar un poco de líquido entre las muñecas, los codos, los tobillos y la frente, ya que los mosquitos atacan allí donde la piel es más fina.

Debemos tener en cuenta que algunos de estos repelentes naturales, como la citronela, se volatiliza muy rápidamente, de manera que deja de ser funcional en muy poco tiempo. No ocurre con otros repelentes como el de eucalipto con aceite de coco, con una protección mucho mayor. Otra buena forma de protegerse es usar ropa clara que cubra bien el cuerpo, como pantalones y camisas de manga larga, preferiblemente de colores claros y tejidos frescos.

Si estamos al aire libre, es importante no tener agua estancada cerca, como platos de macetas, cubos o regadoras. Las hembras de los mosquitos, que son las que pican, depositan allí sus huevos que, al final de su desarrollo, se convierten en adultos. También es recomendable no usar olores que puedan atraerlos, como ciertos jabones, perfumes o cosméticos que son agradables para los mosquitos.

La luz también puede atraer a los mosquitos, por tanto, es importante evitar zonas muy iluminadas, así como las pantallas que emiten luz. Algunas plantas aromáticas, como la lavanda, la albahaca, la menta o el romero, también actúan como repelentes naturales de los mosquitos, pero su alcance es corto.

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