La planta que todo lo resiste también necesita cuidados: guía para mantener tus potos

Guía para cuidar un poto.

Diego Olivares

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El Epipremnum aureum, conocido por todos como el potos, es ese amigo verde que todos tenemos (o deberíamos tener) en casa y que ha invadido buena parte de los rincones interiores del planeta. Famosa por ser 'casi indestructible' es la planta ideal para quienes no tienen especial habilidad con ellas pero aún no se dan por vencidos a introducir la jardinería en sus vidas. 

Te contamos todo lo que necesitas saber para que tu poto no solo sobreviva en esa esquina olvidada con hojas caídas, sino que luzca bonito. Desde cómo ubicarlo hasta qué errores evitar desde que lo traes a casa y posteriormente lo transplantas.

¿Es una planta de interior?

Aunque la hayamos visto siempre viviendo en espacios cerrados, el poto es una planta tropical originaria de las selvas húmedas del sudeste asiático, donde crece de forma silvestre trepando por los árboles y cubriendo el suelo de la jungla. Pertenece a la familia Araceae, lo que la emparenta con otras plantas famosas como los filodendros y las monsteras. Ya te puedes imaginar lo que le gusta, ¿verdad? 

Aunque es especialmente popular para el cultivo en interiores porque tolera una amplia gama de condiciones, desde poca luz hasta ambientes secos, es una planta que puede vivir perfectamente en condiciones de sombra en exterior siempre que el clima sea cálido y los inviernos no sean tan duros como para que se hiele (por encima de los 10ºC). 

Además, no solo tiene un poder decorativo en interior colgando sobre cualquier mueble, sino que también actúa como un excelente purificador de aire, eliminando toxinas como el formaldehído y el benceno, según estudios de la NASA. Esto lo convierte en una opción ideal para mejorar la calidad del aire en espacios cerrados, al tiempo que aporta un toque de verde sin exigir demasiada experiencia.

Aunque es popular para interiores porque tolera una amplia gama de condiciones, desde poca luz hasta ambientes secos, puede vivir perfectamente en condiciones de sombra en exterior siempre que el clima sea cálido

Cómo cuidar bien un poto

A pesar de su adaptabilidad a distintos espacios, ya que crece muy bien en macetas pequeñas y se adapta perfectamente a zonas con menos luz natural que otras, como buena planta tropical necesita unos cuidados básicos para estar bien: 

  • Luz: aunque puede tolerar condiciones de baja iluminación natural, el poto prefiere luz indirecta brillante, parecida a la que tendría bajo la protección de los árboles en su entorno natural. Cerca de una ventana, donde reciba luz filtrada, crecerá perfecta. Si decides colocarla en exterior, por ejemplo un patio donde el sol directo aparece de vez en cuando, vigila su adaptación. 
  • Riego: pese a que no es una planta que muera a la primera de cambio a causa de despistes con el riego, el poto es una de esas plantas que nos habla cuando tiene sed: sus hojas se ponen pochas y decaídas. Riega cuando veas la tierra casi seca o introduce un palito estilo sushi. Si sale seco, es hora de regar. Así de sencillo. 
  • Sustrato y fertilización: si vas a tenerlo en maceta, utiliza un sustrato que sobre todo drene bien. Una mezcla de sustrato tipo universal con un 10% de humus de lombriz, por ejemplo, es ideal. Para tenerla bien alimentada, puedes aplicar un poco de fertilizante líquido con el agua de riego, más en verano que en periodos fríos, donde la planta está más parada.

Recupéralos

En caso de que a pesar de todo tu empeño y de seguir a rajatabla estos cuidados básicos, tu poto ponga mala cara mostrando uno de estos signos, ten en cuenta lo siguiente: 

Hojas amarillas

Como bien sabes, la clorosis foliar u hojas amarillas puede ser debido a mil cosas, desde una mala ubicación de la planta, deficiencia de nutrientes hasta un ataque de plagas. Eso sí, si a pesar de las señales riegas cuando no toca, es muy probable que la planta termine ahogada y con sus raíces podridas, con lo que comenzará a amarillear sin explicación aparente. 

Hojas chuchurrías o caídas 

Como te hemos comentado, un riego insuficiente o condiciones de sequedad ambiental genera unas hojas con mal aspecto como una respuesta natural al estrés hídrico. Al no recibir suficiente agua, la planta intenta conservar la poca humedad que le queda reduciendo la superficie expuesta al aire, lo que provoca que las hojas se enrollen o arruguen. Además, la falta de agua disminuye la turgencia de las células (la presión interna que mantiene las hojas firmes), causando que se vean flácidas o chuchurrías. Este es un mecanismo de defensa temporal que la planta usa para evitar perder más agua hasta que sea regada de nuevo. 

Aunque puede tolerar condiciones de baja iluminación natural, el poto prefiere luz indirecta brillante, parecida a la que tendría bajo la protección de los árboles en su entorno natural

Hojas marrones en los bordes 

Si bien el poto es una planta a la que le encanta cierta humedad ambiental (50-65%) no se pondrá dramática si no la pulverizas con agua diariamente. Si está cerca de otras plantas te lo agradecerá, ya que el ambiente será mucho más 'tropical' que si estuviera encima de una repisa abandonada. El aire seco, especialmente en invierno o en climas con baja humedad, puede causar que los bordes de las hojas se pongan marrones y crujientes. 

Manchas en las hojas 

Dependiendo del tipo de manchas que tu poto muestre es posible que te esté enviando mensajes distintos. Al final, una mancha en las hojas es síntoma de que sus células lo están pasando regular, bien por que están siendo atacadas por un bicho (la picadura de una plaga produce una pequeña decoloración en la hoja) o bien por que algo estamos haciendo mal. Estas son las principales manchas que suele mostrar: 

  • Manchas negras o marrones con un centro amarillento: es muy probable que tu planta esté pasando por un problema relacionado con los hongos. Las enfermedades fúngicas como el mildiú polvoriento suele mostrar este tipo de síntomas. Retira las hojas afectadas y aplica un fungicida adecuado. Mejora la ventilación alrededor de la planta es una buena idea. 
  • Manchas marrones o negras con bordes amarillos: el exceso de agua o pudrición de las raíces también se muestra con este tipo de mensaje. Reduce el riego, mejora el drenaje de la maceta y, si es necesario trasplantar la planta a un sustrato nuevo, hazlo. 
  • Manchas irregulares: descartando que la hoja tenga una mancha alrededor de una cicatriz por un roce, por ejemplo, hay ciertas manchas que se producen por agentes externos, como un golpe de sol directo. Si la planta no está acostumbrada y se expone al sol directo, puede que sus hojas se quemen (manchas difuminadas de color negro).
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