Cuatro Espigas, veinte años y un cine español que va perdiendo los prejuicios

Veinte años parecen no ser demasiados para la floración de las cuatro Espigas de Honor nacionales de la 63 Seminci: los cineastas Juan Antonio Bayona e Icíar Bollaín; el actor Eduard Fernández y el programa de RTVE 'Versión española', que hoy han celebrado la pérdida de los prejuicios del cine español.

Dos décadas es el lapso que ha permitido la maduración de las reconocidas carreras de los premiados nacionales por la Semana Internacional de Cine de Valladolid, tal y como han rememorado ellos mismos en un encuentro con los medios horas antes de participar en la gala del cine español del festival donde se les homenajeará.

Veinte años desde que Juan Antonio Bayona presentó su primer cortometraje 'Mis vacaciones' a esta Seminci, mismo lapso desde que Eduard Fernández dio el salto a la gran pantalla después de recorrer los teatros de toda España, casi mismo tiempo que Icíar Bollaín llegaba a la Seminci con 'Hola, ¿Estás sola?' (1995) y cuatro lustros también desde que RTVE emitió por primera vez su programa 'Versión española'.

Una conjunción de los astros que, en palabras del propio director de este festival de cine de autor, Javier Angulo, también ha permitido contar con estos “cuatro iconos” del cine español en la misma mesa para debatir sobre el estado del cine español en la actualidad y sobre esta evolución paralela que han vivido de la mano.

Dos veces diez es tiempo suficiente para que el cine español “haya perdido los prejuicios” que antes colgaban como sacos de arena sobre sus espaldas, ha explicado el director de obras aclamadas por el público, como 'Lo imposible' (2012) o 'Un monstruo viene a verme' (2016), Juan Antonio Bayona.

Misma opinión que la que ha manifestado el actor barcelonés Eduard Fernández, quien ha sacado pecho por las producciones nacionales: “en España podemos hacer películas tan buenas como en cualquier otro lado”, solo hace falta “apostar por el cine”.

Y esta es una reclamación que hoy han compartido todos los premiados, que han reclamado al Estado una protección especial para el Séptimo Arte nacional, basado, según Bayona, en dos pilares como “la inversión y la educación”, para lo que se han valido del modelo francés de protección a su patrimonio cinematográfico.

Veinte años también es un margen suficiente para que el modo de entender el cine cambie, como así cree que ha sucedido la cineasta madrileña Icíar Bollaín, aunque puede que no haya pasado el tiempo suficiente como para ver tras las cámaras el número de mujeres que ella desearía.

“Somos pocas”, ha lamentado la directora de filmes como 'También la lluvia' (2010) o 'El olivo' (2016), ya que, con un siete por ciento de mujeres en la dirección de cintas y apenas un 29 por ciento en la producción de las mismas “aún queda mucho camino” por andar para las mujeres, especialmente en los proyectos con grandes presupuestos.

También el tiempo y la escuela, como la que ha hecho el programa 'Versión española', hoy representado por su presentadora Cayetana Guillén Cuervo, han permitido el nacimiento de una gran camada de profesionales ligados al cine, tanto en la interpretación como detrás de las cámaras y en el apartado técnico.

Es esta una generación con talento que, “lamentablemente”, tiene que emigrar hacia países donde se “apuesta fuerte” por este tipo de industria, como en Estados Unidos, cuando lo “ideal sería poder retener en España todo este potencial”, ha explicado Bayona, quien ha reconocido que él siempre procura tener a su lado a todo el talento patrio que le sea posible.

Y es que el tiempo también ha hecho su mella en el modo de consumir cine, en un proceso de empequeñecimiento de las pantallas, con el consumo portátil del fenómeno series, que en general estas cuatro Espigas de Honor no creen que vaya a ser perjudicial para la industria del cine.

Eso sí, “dentro de una sala de cine se produce un fenómeno único y excepcional y eso solo se puede vivir ahí, no en tu casa con el móvil”, lo tiene claro Fernández, de ahí que su compañero tras las cámaras Bayona haya roto hoy una lanza en favor de la protección de la exhibición cinematográfica en salas, por muy lejanos que puedan parecer a ojos de las nuevas generaciones veinte años de cine.