Francia paladea su momento Rossy de Palma

Icono español en Francia, a la altura de otras “chicas Almodóvar” como Carmen Maura o Victoria Abril, Rossy de Palma disfruta de una renacida popularidad en ese país, donde no hay gala o espectáculo que quiera pasar sin su dosis de exotismo hispano.

La última prueba del momento dorado de la modelo y actriz llegó este jueves con el anuncio de que será la estrella invitada en el espectáculo que el diseñador Jean-Paul Gaultier ha concebido para el cabaré Folies Bergère.

El santuario de la revista parisina y su modisto fetiche: esa conjunción de astros permitirá a la mallorquina, de 54 años, rematar unas semanas en las que ha sido difícil no encontrársela como aderezo imprescindible en cualquier evento cultural.

“Nuestros destinos estaban unidos, pues pertenecemos a la misma familia artística. Como tú, desde mi niñez soñaba con revistas, bailarinas, plumas, lentejuelas, Joséphine Baker, vedettes y este templo de la fantasía: el Folies Bergère”, dijo la actriz en unas palabras para el diseñador difundidas por la productora del show.

El exhuberante espectáculo con el que Gaultier repasa su vida, llamado “Fashion Freak Show”, acogerá en sus tablas a la española como estrella invitada en doce representaciones, del 21 al 31 de marzo.

Ya hizo lo mismo otra diva del “burlesque”, la estadounidense Dita Von Teese, el pasado enero, dentro de una obra por la que han pasado ya más de 200.000 espectadores en seis meses.

“Rossy forma parte de mi familia. Su belleza tan particular y su personalidad chispeante hacen de ella una musa de las más inspiradoras. Más de 30 años después de nuestro primer encuentro, nos reencontramos con mucho placer sobre el escenario del Folies Bergère”, dijo Gaultier.

Pero este show es solo el último jalón de un camino que ha hecho familiar su inconfundible rostro para el público francés y que le llevó a recibir la Medalla de las Artes y la Cultura en 2013.

Hace menos de una semana desplegó su gracejo en la ceremonia de entrega de los premios César del cine galo. Vestida precisamente por Gaultier, se encargó de dar el premio al mejor filme extranjero junto al actor Patrick Timsit con un discurso políglota y lleno de energía.

También fue requerida su presencia en una cumbre de mujeres contra el cambio climático celebrada en París el pasado jueves, donde ofreció un espectáculo humorístico al alimón con la coreógrafa Blanca Li, otro emblema de la cultura hispana en Francia.

Y hoy jueves, De Palma es protagonista por partida doble: por la mañana, se calzó los zapatos de la marca de complementos Roger Vivier en la presentación de sus nuevos diseños dentro de la Semana de la Moda parisina.

Por la noche, será la embajadora del evento Made in Spain, en el que la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) lleva a París los diseños recientes de modistas como Modesto Lomba o Teresa Helbig.

Este feliz idilio de la actriz con Francia tiene una fecha clave: en 2015, en horas más bajas que las actuales, el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, apostó por ella como miembro del jurado del certamen, una plataforma que ha sabido utilizar como impulso.

Sólo un año más tarde desfilaba de nuevo por la alfombra roja de Cannes, esta vez como parte del elenco de “Julieta”, de Pedro Almodóvar. Desde entonces los focos franceses no han dejado de apuntar hacia ella.

Enrique Rubio