Pasado y presente se suben al escenario para celebrar los 50 años de Montreux

El pasado y el presente del jazz se subieron hoy al escenario de la mano del artista y compositor Quincy Jones, para celebrar el 50 aniversario del famoso Festival de Jazz de Montreux (MJF) que se celebra hasta el próximo día 16 de julio en la pequeña localidad suiza homónima.

AL grito de “vamos a darlo todo por Claude (el fallecido creador del festival”, Jones arrancó el primer aplauso del público en la velada dedicada al medio siglo de música en Montreux.

Y es que atrás quedó el pequeño festival que el desaparecido hace tres años Claude Nobs, o “funky Claude” como lo apodó la banda de rock Deep Purple, logró crear de la nada en 1967, cuando comenzó a atraer a grandes de la música jazz como Ella Fitzgerald, Chuck Berry o Miles Davis, entre otros, hasta la pequeña ciudad helvética.

El MJF, que comenzó como un encuentro exclusivo de música jazz, ha conseguido a través de los años y de su renombre, congregar a todo tipo de artistas, lo que ha propiciado que cada verano sea una de las principales citas del mundo musical.

Pero en la velada de hoy, celebrada en el ecuador del evento -el festival comenzó el pasado día 1 de julio- la organización apostó volver a sus raíces para homenajear sus cincuenta años de trayectoria.

Presentado por el actual director del MJF, Mathieu Jaton, como “el mejor amigo del festival y el embajador de Montreux”, el veterano Jones, de 83 años, fue el nexo de unión entre las jóvenes promesas y los curtidos artistas que compartieron escenario a ritmo de jazz.

De la mano de la “Big Band” del suizo Pepe Lienhard, desfilaron por el Auditorio Stravinsky, el principal escenario del MJF, músicos como Alfredo Rodríguez, Al Jarreay, Jacob Collier, Jon Batiste, Rashida Jones, Patti Austin, Simply Red y Sunny Levine.

Todos ellos se encargaron de hacer un recorrido por los cincuenta años del MJF interpretando desde clásicos como “What a Wonderful World” de Louis Armstrong o “How High the Moon” de Ella Fitzgerald, hasta temas propios.

Así, el grupo de artistas se encargó de dar un aire de frescura a grandes canciones, mezclando los sonidos clásicos de la banda con música electrónica elaborada con modernos sintetizadores.

Esta apuesta de combinar pasado y presente fue toda una oda al recorrido musical que ha experimentado el festival a lo largo de todos estos años.

Además, la apuesta por las nuevas tecnologías también resume el espíritu de su nuevo director Jaton, que se declara un “loco del sonido”.

De hecho, para esta nueva edición, la organización del festival decidió apostar por la creación de una nueva aplicación que permite a los asistentes descargar los vídeos de los conciertos de los que han disfrutado con altísima calidad.

Por otro lado, Jones se encargó de amenizar la velada echando mano de anécdotas e historias que han tenido lugar en Montreux.

Y es que el MJF ha aportado grandes momentos al mundo de la música como las colaboraciones entre Dizzy Gillespie y Ray Charles, Paco de Lucía y El Cigala, o Santana y Al Jarreau.

Asimismo, la banda de Rock Deep Purple escribió su famosa “Smoke on the Water” después de una actuación de Frank Zappa en el casino de la ciudad, donde se solía celebrar el festival, en la que el escenario comenzó a arder.

Por último, el veterano compositor se encargó de cerrar la noche con su famosísima “Soul Bossa Nova”, en un guiño a la música latina, especialmente a la brasileña, a la que este año el festival ha dedicado sesiones especiales con intérpretes como Ana Carolina o João Bosco.

Desde el pasado día 1, cuando dio comienzo el festival, artistas como Neil Young, Patti Smith, Santana, Lana del Rey o Muse pasarán por los escenarios del MJF en un evento que congrega cada año a cerca de 240.000 asistentes.

“Es una celebración de la música, de la vida y del verano”, dijo a Efe Lillian Bouille de 62 años y natural de Montreux. “Llevo viniendo desde que tengo 18 años y lo seguiré haciendo”, concluyó.