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Red Hot Chili Peppers transporta al Lollapalooza Chile de vuelta a los 90s

Red Hot Chili Peppers transporta al Lollapalooza Chile de vuelta a los 90s

EFE

Santiago de Chile —

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El rock de la costa oeste de Estados Unidos tomó el control del Lollapalooza Chile 2018 con la actuación este sábado de los Red Hot Chili Peppers, quienes desplegaron un espectáculo dominado por su siempre latente juventud de espíritu, aderezada con cabelleras cada vez más canosas.

Tras el éxito cosechado el pasado viernes por Pearl Jam durante la jornada inicial del festival, en la que batieron récords de asistencia históricos, los californianos cerraron una noche aún más multitudinaria al congregar a cerca de ciento cincuenta mil personas ante el escenario principal del Parque O'Higgins.

Con ellos, el viento que cruza la capital chilena proveniente del océano Pacífico y los Andes se sintió más liviano, recordando al suave aire que empujaba a las icónicas patinadoras que recorrían la playa de Venice Beach en Los Ángeles -parlante al hombro- a ritmo del funk rock a finales de los 90.

Y es que el show de la banda liderada por Anthony Kiedis, que comenzó con su ya clásico “Intro Jam”, a manos de un solo de guitarra de Josh Klighoffer, supo transportar al público a los tiempos en los que lideraban el sonido de las calles de su ciudad natal.

A ello también ayudó la estética exhibida por los asistentes, con jeans cortos y rasgados ellas y camisetas hawaianas ellos, que casó perfectamente con el ambiente que generó Kiedis al saltar al escenario y recitar “Cant Stop”.

En esta ocasión decidieron ir un paso más allá y profundizar en canciones ya casi olvidadas del grupo, pero que forman parte del universo musical que han creado durante sus cerca de 30 años de trayectoria y que les valió la entrada en el Rock and Roll Hall of Fame en 2011.

Entre ellas destacaron “Nevermind”, que no interpretaban en vivo desde 1996, y “Hump de Bump”, aunque también hubo tiempo para otras que ya son himnos, como “Californication”, con la que desataron el júbilo de su público más amplio.

La nota amarga de la jornada estuvo marcada por los problemas técnicos registrados en varios escenarios, lo que obligó a grupos como Spoon a trasladar su concierto al domingo, o que obligó al dúo Oh Wonder a estar escenario únicamente quince minutos.

A pesar de esto, la noche transcurrió sin más incidentes y brilló con la actuación del dj neerlandés Hardwell, que se consagró ante un público considerablemente más joven.

A estos los puso al límite de sus constantes vitales desde el inicio del directo, en el que avisó de sus intenciones al remezclar sonidos digitales con el latir de un corazón humano.

Un despliegue que se radicalizó cuando los bajos comenzaron a hacer temblar los pilares del Movistar Arena y las luces encandilaron las pupilas de un mar de personas que cada cierto tiempo se organizaba para crear círculos gigantes a los que saltar a bailar chocando unos contra otros cuando el ritmo estallaba.

Previo al despliegue de serotonina y adrenalina que generaron directos como los de Hardwell y Red Hot Chilli Peppers, una riada de grupos fue calentando los ánimos de nacionales y turistas, como fue el caso de Imagine Dragons.

Suyo fue uno de los momentos más movidos del día, cuando un gentío cruzó el parque desde todas direcciones para congregarse ante el escenario que los cobijaba. Con ellos se inició la noche casi sin “saber por qué, como reza una de sus primeras interpretaciones y una de sus canciones más conocidas: ”Dont Know Why“.

También hubo espacio para géneros más urbanos como el rap, de la mano de Chance The Rapper, cuyas líricas ácidas pero melódicamente alegres sirvieron de embajadoras de los sonidos más innovadores del festival, que potencia proyectos musicales de muy distinto género.

Cabe destacar de entre ellos el espectáculo ofrecido por la casi omnipresente Camila Cabello, cuyo éxito “Havana” se escucha en las emisoras de medio mundo, así como el viaje psicodélico de los chilenos Matanza, en el que se juntan la electrónica y los ritmos tribales de la América indígena.

Un lado del evento musical que explotará definitivamente el domingo en su última sesión, con las actuaciones del rapero estadounidense Wiz Khalifa y el dj francés Dj Snake, que acompañarán a The Killers y Lana del Rey en el cierre de su octava edición.

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