La frontera hispanolusa, un viaje por las invasiones napoleónicas

La marca de Napoléon se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de la frontera hispanolusa con fiestas como “la francesada”, que este fin de semana recrea en el municipio de Almeida las incursiones napoleónicas en la península.

Hasta esta localidad amurallada se han desplazado medio millar de “recreadores”, que escenificarán el conflicto bélico denominado “Cerco de Almeida” en sus fosos, bóvedas y puertas de entrada a la ciudad.

Recreadores llegados de toda la geografía portuguesa, de España, Francia o Inglaterra, representan a los pelotones que dirigía el general francés Massena y a las tropas aliadas inglesas, españolas y portuguesas que estaban a las órdenes del general inglés lord Wellington.

Este episodio, ocurrido en agosto de 1810, marcó el inicio del ocaso de Napoléon en su lucha fallida por conquistar la península ibérica.

Tras conquistar la plaza portuguesa de Almeida (en la frontera con Salamanca), en agosto de 1810, las tropas francesas avanzaron hacia el oeste portugués hasta llegar a Buçaco, donde sufrieron la primera derrota y comenzó, así, el retroceso.

En la misma frontera, la ciudad de Almeida que habían tomado en agosto de 1810, la perdieron el 10 de mayo de 1811. Ya en España, los franceses, con un ejército muy mermado, perdieron Ciudad Rodrigo tras caer ante las tropas aliadas en enero de 1812, por lo que comenzaba el retroceso hasta los Pirineos.

La “francesada” atrae turistas de toda Europa a la frontera entre la región Centro de Portugal y la provincia española de Salamanca.

El espectáculo cobra mayor dimensión durante la madrugada del domingo, cuando 500 figurantes, ante miles de espectadores, toman los fosos de la muralla de Almeida para emular las contiendas de la “Tercera Invasión Francesa”.

Después, llega la escenificación de la explosión del castillo a manos de las tropas francesas nada más conquistar la plaza de Almeida.

José Alberto Morgado, teniente de alcalde del ayuntamiento de Almeida, explicó hoy a EFE que el turismo que disfruta de este tipo de eventos “tiene cada vez más tirón en esta zona rayana”, motivo por el que cada año promocionan con más énfasis esta efemérides bélica.

La conmemoración incluye un mercado “ochocentista” para viajar a los albores del siglo XIX y probar la gastronomía tradicional.

Es el caso de la afamada chanfaina, una plato elaborado con las vísceras de los corderos, que se institucionalizó en esta zona ibérica durante la invasión francesas.

Además, desde el viernes 23 de agosto, los disparos simulados de los cañones, los asaltos y diferentes escaramuzas han sido escenificadas a lo largo de toda la muralla de Almeida.

Conscientes de la importancia del marchamo de Napoleón como reclamo turístico, Almeida forma parte del proyecto europeo “Napoctep”, que pretende poner en valor el legado de las invasiones napoleónicas que conservan numerosas zonas fronterizas de Portugal y España.

Se trata de un proyecto dotado con 711.000 euros financiado con fondos europeos POCTEP (Programa Operativo de Cooperación Territorial entre España y Portugal) para crear rutas en torno al camino que siguieron las tropas de Napoleón para invadir la península ibérica.

“El Cerco de Almeida” contó, además, con un seminario internacional, el décimo tercero de forma consecutiva, en el que expertos analizaron los diferentes enclaves fortificados que hay en toda la frontera hispanolusa.

Morgado recordó que Almeida lidera la candidatura en red a la UNESCO para que las fortalezas de La Raya sean declaradas patrimonio mundial.

Carlos García