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Underworld & Iggy Pop rescatan el espíritu de 'Trainspotting' en un EP conjunto

Luis J. Menéndez

Underworld & Iggy Pop

Underworld & Iggy Pop

Teatime Dub EncountersCaroline / Music As UsualELECTRÓNICA8/10Teatime Dub Encounters

“Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos…”. A día de hoy, el inolvidable discurso con el que arrancaba Trainspotting (Danny Boyle, 1996) todavía define a la perfección el vértigo de la transición desde la juventud a la madurez, con todos su contras y -por qué no- con alguna de sus ventajas también.

La cinta de Boyle y, en menor medida, el libro de Irvine Welsh que inspiró la película identificaron a (cuanto menos) toda a una generación que aún recuerda las carreras de Mark Renton por las calles de Edimburgo y su descenso a los infiernos de la heroína. Pero por encima de todo dos canciones que desde ese mismo instante pasaron a convertirse en emblema del romanticismo urbanita de fin de siglo XX: Lust for Life de Iggy Pop y Born Slippy de Underworld.

Con el tiempo hasta terminó por salir adelante una secuela estrenada en salas comerciales el año pasado que, a pesar de situarse a años luz de la cinta original, al menos propició esta colaboración entre Underworld e Iggy Pop. Aunque la intención inicial -realizar un tema juntos que formara parte de la banda sonora- no llegó a hacerse realidad, la iniciativa propició el encuentro y a la larga terminó dando fruto a estas cuatro canciones que en conjunto suponen treinta minutos de música rabiosamente nueva.

Y no hay decepción posible. Por un lado porque el experimento de enfrentar la voz de Iggy a los largos desarrollos electrónicos de Underworld resulta exactamente tal y como podíamos imaginar: urbano, por momentos claustrofóbico y todo lo peligroso que el ex de los Stooges puede resultar a sus 71 años.

Bells & Circles, el tema de apertura, se ajusta al sonido de los Underworld más reconocibles y sobre una obsesiva batucada electrónica Iggy lanza un discurso con recuerdos surrealistas de un viaje en avión, referencias a la cocaína e imágenes de un futuro inevitablemente distópico. Es un tema sobresaliente, tanto como el que le sigue, Trapped, cortado por el patrón rítmico de los Suicide, una suerte de versión mejorada del homenaje que LCD Soundsystem les hizo a Vega y Rev en su último disco.

Todo cobra sentido: si el rock kamikaze de Iggy y sus Stooges resultó decisivo para el planteamiento musical de Suicide, quién mejor que el propio Iggy Pop para rescatar la herencia del dúo neoyorquino. I’ll See Big aporta un pequeño descanso ante tanta intensidad sónica y psicológica, antes de afrontar la recta final con otro tema igualmente notable, Get Your Shirt. En él, Rick Smith y Karl Hyde dejan por fin que tanta contención explote en un ambiente festivo. Por favor, que se pongan a trabajar de inmediato en un largo.

Ammar 808

Ammar 808

Maghreb UnitedGlitterbeatELECTRÓNICA / WORLD MUSIC7/10Maghreb United

Ammar 808 es el alias artístico de Sofyann Ben Youssef, un músico tunecino que se ha convertido en el “penúltimo” nombre de referencia de la electrónica magrebí. Una escena que vive un momento de especial efervescencia, definitivamente abierta a un mercado como el occidental, necesitado de nuevas sensaciones. El sello de Hamburgo Glitterbeat, especializado en la fusión de sonidos de vanguardia con world music es el encargado de acercar la música de Ammar 808 fuera del ámbito local. Tanto es así que Sofyann Ben Youssef estará presentando este primer álbum el próximo mes de septiembre en Barcelona dentro de la programación del BAM.

El 808 que da nombre al proyecto es también una marca de la casa. La TR-808, una de las cajas de ritmo más míticas de la casa Roland. Es el elemento sobre el que se levantan unas composiciones que comparten el frenesí característico de la música tradicional tunecina y la pegada bailable de la electrónica de club. Acompañado por tres cantantes masculinos -el también tunecino Cheb Hassen Tej, el argelí Saidi y el marroquí Mehdi Nassouli- Sofyann Ben Youssef sale victorioso en su cruzada por unir pasado y futuro del folklore de su país.

Gabe Gurnsey

Gabe Gurnsey

PhysicalPhantasy / [PIAS]ELECTRÓNICA8/10Physical

Los aficionados a la electrónica de riesgo que no renuncia a los patrones de baile recordarán a Factory Floor, formación británica que visitó nuestro país en diferentes ocasiones para actuar en directo y que hasta la fecha ha dejado un par de largos y un puñado de EPs que bien pueden calificarse de memorables.

El funcionamiento de Factory Floor se resintió cuando sus tres componentes abandonaron Londres para irse a vivir cada uno a diferentes puntos de Gran Bretaña. Más allá de las dinámicas de trabajo internas del grupo, la primera consecuencia que tuvo esa decisión fue el abandono del batería de la banda, Gabe Gurnsey, quien ahora se presenta en solitario con este debut largo en el ejemplar sello de Erol Alkan.

No es complicado detectar el pasado de Gurnsey en el momento pulsar el play de este disco. El tema con el que arranca el disco, Ultra Clear Sound, por su sonido electro-industrial y también por ese “TV eye…” que sirve de motor a la canción, trae inmediatamente a la cabeza aquel T.V.O.D. de The Normal, el proyecto de Daniel Miller, quien a la larga cambiaría el curso de la música popular al frente del sello Mute. El disco avanza con esos referentes y unas gotas technofunk, EBM y house de Chicago, en una suerte de versión cálida y masticada de la propuesta sonora de Factory Floor.

Happy Rhodes

Happy Rhodes

EctotrophiaNumero / Popstock!POP8/10Ectotrophia

Hay quien decide tatuarse en el cuerpo palabras para que le acompañen el resto de su vida. Happy Rhodes decidió cambiarse el nombre por otro que reflejara su aspiración de alcanzar la felicidad. Este detalle por sí solo aporta muchos datos de la personalidad dada a la melancolía y extremadamente introvertida de una artista a la que más de treinta años después de su primer disco muchos descubrimos de la mano de Ectotrophia.

Hay otra anécdota que ilustra por sí sola bastante bien la posición de la artista neoyorquina en el mundo de la música, y es que su momento de mayor atención mediática tuvo lugar el día en que se corrió el bulo de que una de sus canciones era en realidad un dueto firmado por Kate Bush y Annie Lennox. Esto, que en sí no deja de ser una cruel curiosidad, nos aporta varios datos relevantes sobre el corpus artístico de Rhodes. Su privilegiado rango vocal de cuatro octavas, por ejemplo, que de buenas a primeras es uno de los rasgos más llamativos que caracterizan su música.

La anécdota también llama la atención sobre las semejanzas de su universo musical con el que Kate Bush que se convirtió en un icono personal para Rhodes desde el día en que la descubrió en una actuación televisiva. En paralelo todo esto señala el territorio netamente underground en el que se ha movido la música de Happy Rhodes, al menos hasta la aparición de este recopilatorio. Sus primeros discos, publicados en la segunda mitad de los años ochenta, se distribuyeron en un formato tan alternativo como es la casete.

La triste Happy dibujaba montruos amenazantes y los situaba en la portada de álbumes como Rhodes I y II (ambos de 1986), Rearmament (1986) o Ecto (1992). Era la representación gráfica de una infancia y juventud traumáticas como consecuencia del bullying, la separación de sus padres y un carácter hipersensible. Su música surge de esas mismas sombras pero, a diferencia de sus cuadros e ilustraciones, alcanza cotas insospechadas de belleza, aportando luz al camino que desde entonces han transitado otras místicas como Julia Holter o Jenny Hval.

Lithics

Lithics

Mating SurfacesKill Rock Stars / Popstock!POST PUNK8/10Mating Surfaces

Bienvenido sea ese eterno revival de los sonidos más afilados del punk y su evolución natural e intelectualizada, el post-punk, siempre y cuando siga proporcionando discos vitalistas, vertiginosos y, sobre todo, divertidos. El género ya no sufre una sobre explotación como la que tuvo lugar hace aproximadamente una década, y en ese contexto la aparición de un disco como este segundo trabajo del cuarteto de Portland, se disfruta especialmente.

Editado por Kill Rock Stars, uno de los sellos que con sólo su nombre ya define buena parte del rock alternativo norteamericano de Nirvana hasta nuestros días, Mating Surfaces se mira en el espejo de bandas británicas como Slits, Delta 5, o The Raincoats. En parte porque la interpretación vocal de Aubrey Hornor inmediatamente trae a la mente a las bandas de aquella generación con una mujer al frente. Pero también porque de aquellos nombres Lithics han heredado la urgencia y una contundente simplicidad.

Hay también en el tratamiento de las guitarras elementos del equivalente neoyorquino al postpunk que venía de las islas: el sonido no wave. Son guitarras disonantes, ululantes y que en ocasiones se utilizan más como elementos percusivos a la par de la base rítmica que como generadoras de líneas melódicas. Y en ese sentido, este disco puede considerarse también heredero de aquella tradición que en su vertiente más rock nos dejó a formaciones como Sonic Youth, Ut o Teenage Jesus & The Jesus en las que, al igual que ocurre en Lithics, la cuota femenina determina buena parte de las características de la banda.

Norman Westberg

Norman Westberg

After VacationRoom40EXPERIMENTAL7/10After Vacation

Aunque generalmente se identifica a Swans (de los que la pasada semana comentábamos aquí mismo la reedición de Soundtracks for the Blind) con la figura de Michael Gira, lo cierto es que el guitarrista de la banda neoyorquina Norman Westberg prácticamente ha estado vinculado a la misma desde el nacimiento hasta su disolución y posterior resurrección en 2010. Estamos pues ante uno de los grandes referentes del rock de riesgo practicado desde la Gran Manzana para el mundo en las últimas tres décadas.

Westberg, sin embargo, ha desarrollado también una carrera en paralelo como noise-maker que curiosamente no arrancó hasta hace poco más que un lustro y que desde entonces ha dado para una decena de discos. El último y también el más ambicioso de todos ellos es este After Vacation, que le vincula a otro grande de lo experimental, Lawrence English, quien en este caso ejerce de productor.

Tal y como el propio Westberg reconoce en las notas del disco, la incorporación de English al proyecto le hizo tomar otra dimensión. Si sus trabajos en solitario previos se reducían a tomas de guitarra o instrumentos electrónicos interpretados prácticamente en directo a partir de la pura improvisación, After Vacation es un disco en el que Westberg se permite editar y hasta repensar estos seis temas instrumentales, ejemplares ejercicios de ambient clásico tal y como en su día definió el género Brian Eno.

Yonatan Gat

Yonatan Gat

Soundtracks for the BlindGlitterbeatROCK7/10Soundtracks for the Blind

Los más atentos a las evoluciones del sonido garage tal vez hayan disfrutado en el pasado del directo de Monotonix a su paso por nuestro país. Con aquel proyecto ya finiquitado, su guitarrista Yonatan Gat se entrega ahora a una carrera en solitario que comparte con aquella banda la intensidad y efervescencia de un rock sudoroso, apasionado y visceral.

Pero Gat se encuentra en plena búsqueda de nuevos estímulos sonoros que aporten singularidad a su música. Y los ha encontrado, de la mano de sus inseparables Gal Lazer (batería) y Sergio Sayeg (bajo), en músicas ajenas a la tradición rockanrollera. Por ejemplo en los trallaleri genoveses, un estilo coral registrado por Alan Lomax en sus ya históricas grabaciones y al que Gat rinde homenaje incluyendo y editando un inserto en el tema de apertura Cue The Machines. O también cuando en Medicine se deja ayudar por los Eastern Medicine Singers, una banda igualmente coral que da pie a un tema de claras inspiraciones arábigas.

El resultado de toda esta mezcolanza es un disco que satisfará por igual al aficionado al rock clásico en busca de nuevas sensaciones como a aquellos interesados en la vertiente menos abrupta de la música experimental.

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