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Electrónica en Abril, una insinuación al baile

El italiano Lorenzo Senni tocará en Electrónica Abril Abril. / La Casa Encendida

J.M. Costa

Electrónica en Abril seguramente es de los más antiguos festivales de Madrid, una ciudad que tradicionalmente ha carecido de ellos, aunque este año nos vamos a enterar, porque según parece vamos a tener cien mil. Electrónica en Abril es un festival pequeño si se mide por el número de espectadores que puede acoger La Casa Encendida de Madrid y que no pasa de algunos cientos de personas. Lo cual no quita para que a lo largo de los años haya ido presentando en la capital del Reino buena parte de la música electrónica de los últimos lustros.

Este año la dirección ha recaído en Abraham Rivera, lo cual representa un cambio generacional pero no una absoluta solución de continuidad en el festival. Al fin y al cabo, la música electrónica de este tipo se mueve dentro de unos parámetros bastante definidos y a caballo entre la experimentación y la voluntad de comunicar con públicos algo más amplios e indiscriminados que los académicos. Aunque dentro de ello hay acentos.

La cosa comenzará el 7 de Abril con un único concierto. El de El Niño de Elche y Los Voluble presentando Raverdial, apócope de Rave y de Verdial, de baile y flamenco, si se prefiere. El nombre lo dice casi todo excepto que hay una componente visual que forma parte del proyecto y que todo él tiene un contenido socio-político tan evidente como voluntario.

Artistas a descubrir, el ambient a esperar

ambientEl día siguiente, viernes, se dan tres conciertos. Uno a esperar y dos a descubrir. El esperado será el de William Basinski, americano con una larga trayectoria en la música y que con sus Disintegration Loops de 2002-03 abrió de nuevo la puerta a un tipo de música ambiente dominada por la melancolía, por sentimientos que habían sido bastante olvidados durante muchos años de electrónica con idea de objetividad. Cosas como el Endless Summer de Fennesz o los discos de Basinski mantenían viva la expresividad en la nueva música. Eso es mucho.

Los conciertos a descubrir serán el italiano Lorenzo Senni, quien irrumpió en el 2008 con un tipo de música donde se encuentran muchos de los elementos del techno pero ordenados y arreglados de formas muy poco habituales. Menos radical que los españoles Evol y menos clínico e intelectualizado que un Mark Fell. Pero partiendo de materiales parecidos.

Not Waving también es italiano y también es muy reciente. Lo que hace no es una deconstrucción del techno como Senni, sino una especie de techno mutante para escuchar el cual el hecho de estar bailando puede ser incluso conveniente. Su muy reciente álbum Animals está muy bien, con sonidos profundos y a veces casi amenazadores pero sentido del humor.

Variaciones technicas

technicasEl sábado día 8 la idea de una variación sobre el techno que habíamos visto en Senni presenta otra faceta con Theo Burth, en esta ocasión con uso de sintetizadores muy básicos. Estuvo muy al comienzo de su trayectoria en el Sonar 2011 y el año pasado sacó el que por ahora parece su mejor disco, Gloss.

En el patio estarán, por un lado el madrileño Damian Schwartz, que tras ocho años se ha decidido a sacar nuevo álbum (sencillos ha seguido haciendo), The Dancing Behavior, que en cierta medida puede entenderse como una exploración del Detroit de los primeros 90, con elementos de electro, swing a 4/4 o techno directo.

En La Casa encendida cierra Hieroglyphic Being (alias Jamal Moss), que simplemente pinchando ya fue una de las cumbres en el Festival Eco de hace unos años y que desde entonces no ha dejado de crecer. El formato además es en directo lo cual tiene importancia porque su actualización sin nostalgias de la electrónica desde el house al acid y al techno está pidiendo a gritos espacio para la improvisación. Si fuera por él, hasta las galaxias de Sun Ra.

La Casa Encendida deja en paz a sus sensibles vecinos pero, tal y como se esperaba largamente, el sábado continua por la noche. Siempre había sido un bajonazo lanzarse a la Ronda de Valencia tras conciertos de este tipo sin una continuación sensata. No es que la sala Caracol parezca fácilmente transformable en templo del baile, pero al menos esta al lado, es espaciosa y se empieza a las 12:30, una hora razonable. El programa además promete, con Trevor Jackson, un histórico de todo cuanto tenga que ver con el baile más aventurado desde los 80, sea EBM, Dub, Industrial. Jackson puede hacer lo que quiera, pero lo que promete es una reflexión sobre los límites del baile. Bailable, claro.

Electrónica en Abril finalizara con Ron Morelli, que aunque mucho más joven que Jackson y dueño del sello LIES de NY, viene a ser otra mente enciclopédica capaz de trazar las conexiones más impensadas y funcionantes de un montón de géneros del baile. En conjunto, un Electrónica con mayor acento en el baile, aunque a veces este aparezca solo como referencia y materia bruta.

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