Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Víctimas y presos de tráfico: un encuentro para perdonar

Víctimas y presos de tráfico: un encuentro para perdonar
Madrid —

0

Madrid, 20 nov (EFE).- Un total de 1.134 presos cumplen actualmente condena por delitos contra la seguridad vial. De ellos, algunos deciden de forma voluntaria, y sin recibir compensación en su condena, conversar en encuentros restaurativos con víctimas para reparar el dolor de estas. Muchos terminan con una palabra: perdón.

Víctimas: En lo que va de 2021, en España han muerto 887 personas en accidentes de tráfico. Victimarios: Hasta el 1 de octubre, 1.134 personas cumplen condena en las cárceles españolas –sin contar las de Cataluña– por delitos contra la seguridad vial, según datos facilitados a Efe por Instituciones Penitenciarias.

La trabajadora de la Confraternidad Carcelaria de España (Concaes) Marisol Real compartió como profesional, pero desde la butaca de los espectadores, un encuentro entre un preso, una víctima y un bombero, este último como profesional que acude habitualmente a accidentes.

Marisol Real recuerda este encuentro como “una conexión brutal”, tal y como lo define a Efe, en la que se juntaron tres relatos diferentes de un mismo hecho, pero desde posiciones distintas: el que comete el daño, el que lo sufre y el que participa de él por su actividad profesional.

Con motivo del Día mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico que se conmemora este domingo, Real relata a Efe algunos de los encuentros restaurativos en los que ha mediado en cárceles madrileñas.

PRIMER ENCUENTRO: EL PERDÓN DE LA ESPOSA DE UNA VÍCTIMA

El primer encuentro es el relato de un interno con varios delitos de robo con fuerza y, además, con un problema de alcoholismo y consumo de drogas. El preso había cometido varias faltas conduciendo, pero en una de ellas golpeó a un coche parado en el que dentro había una chica a la que le causó lesiones.

Durante la reunión, mientras escuchaba a una de las víctimas –una mujer que había perdido a su marido en otro accidente de tráfico–, el joven no paraba de mirar un montón de papeles que tenía a su lado de forma “compulsiva”, según detalla la mediadora.

Cuando la víctima acabó de describir su accidente y el daño que le había conllevado, el preso, que había estado escudriñando su sentencia, levantó la mano y declaró: “A través del testimonio de ella he podido conocer algunas cosas que se dicen en mi sentencia y que hasta ahora yo no había comprendido”.

La trabajadora explica que en ese momento hubo una conexión directa con la que él tomó conciencia del daño que causó en su día a su víctima aunque no hubiera tenido consecuencias graves.

Al final de la sesión, el interno “se rompió” emocionalmente y pidió a la mujer si podía darle una abrazo. Ambos se levantaron y se abrazaron. “Ojalá el mio (victimario) hubiera sido como él”, le comentó la mujer en privado a la trabajadora.

La víctima defendió que, cuando ocurrieron los hechos, no quería prisión para la persona que había matado a su marido, sino solo una explicación y un perdón.

SEGUNDO ENCUENTRO: LA EMPATÍA DE UN PADRE

Rabia, ira, odio y venganza fueron los sentimientos más frecuentes que, durante varios años, experimentó el padre de un joven que falleció en un accidente de tráfico de un vehículo en el que viajaba toda la familia y que provocó supuestamente un conductor que había consumido alcohol.

Con el tiempo, el padre explica que se dio cuenta de que esas emociones no le servían para estar mejor, ya que su hijo no iba a volver. Así, acudió a un encuentro restaurativo que, según recuerda la trabajadora, le costó mucho porque “era la primera vez que hablaba sobre el accidente en público”, pero “fue lo mejor que pudo hacer”.

Después de escuchar el testimonio de los internos, el hombre llegó a una reflexión personal: “Entendí que yo también he cogido el coche después de haber tomado alguna copa después del trabajo, pero he tenido la suerte de no haber causado ningún daño”, reflexionó.

CONVERSAR CON EL DOLOR PARA SANAR LA HERIDA

De los encuentros, Marisol Real destaca que “las víctimas de tráfico siempre dicen que sí” cuando las llama. Por otro lado, sugiere que en esta actividad también se debería involucrar más el testimonio de los profesionales.

“Él llega al siniestro y se encuentra a una persona hecha un pañuelo, arrugada, dentro del coche, teniendo que sacarla, cuando hay veces que hasta el lugar de los hechos llegan los familiares y hay que retenerlos”, explica la trabajadora reviviendo el testimonio del bombero que participó en una de las sesiones.

La responsable defiende la necesidad de que, en algunos casos, estos profesionales acudan a estos encuentros reparadores para que así se tenga una visión más completa del daño que causa el siniestro.

Entender y compartir el dolor, en víctimas y victimarios, es un proceso que dura una conversación, pero que marca un antes y un después para darle otro sentido la palabra perdón.

Cristina Andrade y Celia Arcos

Etiquetas
stats