Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La segunda pista del aeropuerto de Alicante-Elche, que AENA insiste en construir, amenaza el humedal protegido de Aguamarga

Aeropuerto de Alicante-Elche.

Emilio J. Salazar

“Han tardado 10 años en volver a la carga”. Esa es la conclusión del colectivo Ecologistes en Acció del País Valencia sobre la propuesta de revisión del Plan Director del Aeropuerto de L'Altet (Alicante-Elche) realizada por AENA para que se estudie la construcción de una segunda pista de aterrizaje y despegue que cubra la demanda turística de la zona.

Actualmente en fase de consulta pública hasta mediados de mayo, el documento vuelve a sopesar varias opciones, como ya hiciera en 2009, acerca de las posibles ubicaciones de una segunda pista de tres kilómetros de longitud en el entorno del aeródromo, para acabar concluyendo que la opción de situarla al norte del recinto, de forma paralela a la ya existente, es la que ofrece “más ventajas”.

No obstante, el Plan Director –que tiene que superar la fase de evaluación medioambiental- reconoce que la alternativa seleccionada “supone ocupar 32,8 hectáreas” de la zona húmeda protegida de Aguamarga, es decir, “un 15,6% de la superficie total” de un espacio incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunitat Valenciana en 2002 y en el Inventario Español de Zonas Húmedas en 2011. Entre las opciones desechadas por AENA también se encuentra otra situada en el norte que tendría “una afección menor” en el saladar al contar con una longitud de pista de 400 metros menos.

“Es un proyecto muy similar a la tentativa de 2009”, asegura Carlos Arribas, del colectivo ecologista. Recuerda que hace diez años, tras las consultas realizadas se emitió un documento de referencia -el 8 de julio de aquel año- que establecía que deberían primar las alternativas que no afectaran a espacios naturales protegidos, como en este caso el de Aguamarga, o que lo hagan en la menor medida posible. “Y llegados a ese punto se paró la tramitación a nuestro juicio porque la alternativa elegida chocaba con el saladar”, aduce.

Ahora califica de “excusa” de AENA que se escudara en que entonces decidieran no seguir con el proyecto de una segunda pista “porque los datos que se manejaban estaban desactualizados cuando aquellos de los que se dispone ahora sí que están desactualizados porque están elaborados en 2016 y 2017 y estamos ya en 2019”, añade.

Por ello Ecologistas en Acción se opone al plan del Ministerio de Fomento “porque supondría la práctica desaparición del Saladar de Aguamarga”, aseguran, porque “no son las 32,8 hectáreas que aseguran que ocupa, sino muchas más” de un terreno que alcanza las 200 hectáreas. Para la organización, no es consecuente que en los momentos clave de lucha contra el cambio climático se proyecten infraestructuras que van a consumar el aumento en la emisión de gases de efecto invernadero, en un sector como el aeronáutico, cuando la tarea pendiente y urgente es reducir esas emisiones. y que se haga destruyendo un humedal, que es un sumidero de CO2, una infraestructura natural frente a las inundaciones“.

También argumentan que el Plan de Acción Territorial sobre Prevención del Riesgo de Inundación (Patricova) prohíbe la construcción de infraestructuras en terrenos inundables y con alta concentración de personas, “como es un aeropuerto”, con un riesgo 4, un calado de 0,8 m y periodo de recurrencia entre 25 y 100 años. “La normativa de ese plan prohíbe la construcción de infraestructuras en esos terrenos de riesgo 4 (artículo 18) y que supongan una alta concentración de personas”, insiste Ecologistes en Acció.

El plan de AENA conlleva a su vez que dicha nueva pista, ubicada en paralelo a la actual con una distancia de un kilómetro y medio, prevé ocupar 291 hectáreas de nuevos terrenos donde se incluiría la construcción de una nueva torre de control y diversas instalaciones adicionales -viario de enlace entre las dos pistas, dos edificios del servicio de salvamento y extinción de incendios o un nuevo aparcamiento de coches, entre otros-. “Un proyecto que tendría numerosos impactos ambientales, además de la destrucción del humedal, como el aumento del nivel de ruido que ya soporta la pedanía de Torrellano”, concluye Carlos Arribas.

Y todo para adaptarse a una previsión, la de 17 millones de pasajeros en el horizonte del año 2035. El aeropuerto de Alicante-Elche rozó los 14 millones en todo 2018. Fuentes de AENA consultadas recuerdan que el Plan Director “no es un plan de inversión sino el estudio de diferentes variables”.

Etiquetas
stats