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Dimite el número dos de Unicef por “comportamiento inapropiado” hacia tres trabajadoras humanitarias

Justin Forsyth (izquierda), cuando era presidente ejecutivo de Save the Children, hablando con refugiados somalíes en los campamentos de refugiados de Dadaab, en el noreste de Kenia en 2011. Foto: Pete Lewis/Department for International Development

Desalambre/Efe

El director ejecutivo adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Justin Forsyth, ha dimitido este jueves tras las acusaciones de “conducta inapropiada” mostrada hacia trabajadoras de la ONG Save The Children, donde fue consejero delegado. Según publicó la BBC, el exdirectivo envió mensajes de texto a empleadas de esta organización, que ha confirmado las acusaciones.

“Le agradecemos al Sr. Forsyth su trabajo en los dos últimos años por defender a los niños más vulnerables y ayudar a que Unicef avanzara en su misión para salvar las vidas de los niños”, ha afirmado en un comunicado la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, quien aceptó su renuncia.

Este miércoles, la ONG se disculpó por el comportamiento “inadecuado” mostrado por Forsyth con tres trabajadoras, a las que envió mensajes de móvil con contenido inapropiado.

Investigado en tres ocasiones

Según indicó Save The Children, Forsyth fue investigado en dos ocasiones, en 2011 y en 2015, tras haberse visto implicado en incidentes con tres colegas mujeres. En cada una de esas ocasiones, y tras la investigación pertinente sobre su conducta, Forsyth emitió una “disculpa sin reservas” ante las afectadas y el asunto se consideraba cerrado.

El propio Forsyth admitió en un comunicado que había “cometido algunos errores personales” durante su época en Save The Children y reconoció que “en alguna ocasión” mantuvo “conversaciones inadecuadas” con colegas mujeres, que ocasionaron “ofensa y dolor”.

Las empleadas que se quejaron de la conducta de Forsyth indicaron a la BBC que el directivo les envió un “bombardeo de mensajes de texto” que les hicieron sentir “profundamente incómodas”. Si éstas no le respondían, él enviaba un email citándolas para mantener una “charla privada”.

“Las denuncias por acoso no se abordaron con el grado de gravedad apropiado. Parecía que había más interés en evitar la exposición de mala conducta que en proteger a las empleadas mujeres de conductas de depredadores”, indicó una de estas trabajadoras bajo anonimato.

Ese hecho se suma al reciente escándalo en el que otra ONG británica, Oxfam, se ha visto envuelta recientemente tras destapar “The Times” que excooperantes y directivos organizaron orgías y pagaron por sexo a jovenes en Haití en 2010 tras el terremoto que asoló ese país.

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