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Ceuta y Melilla quieren ser el paraíso de las empresas de juego en línea para no depender de Marruecos

Rabat refuerza los puestos de control cerca de Ceuta y Melilla contra la emigración

Fran Moreno / Alberto R. Aguiar

El futuro del principal motor económico en Ceuta y Melilla es una incógnita. El denominado como comercio atípico, el pase alegal de mercancías a través de las fronteras de ambas ciudades autónomas, podría tener los días contados.

Debido a la singularidad de los pases fronterizos con Marruecos, cientos de hombres y mujeres en condiciones de absoluta precariedad son los encargados de transportar bultos en los maleteros de sus coches o directamente sobre sus espaldas para pasar productos de España a Marruecos, provocando dantescas aglomeraciones en los perímetros de la valla o incluso avalanchas que han llegado a ocasionar muertes.

Una actividad que durante décadas ha sido clave en la economía de estos dos enclaves y cuyo control está en manos del país vecino: es la policía marroquí la que decomisa bienes en función de sus intereses. Como consecuencia, el tiempo de espera para cruzar al otro lado es cada vez mayor, algo que también repercute directamente en la economía local.

Además, Marruecos ha intensificado su política restrictiva cerrando en Melilla la única aduana comercial reglada que mantenía con España, y desde hace meses corren los rumores de que el reino alauita cerrará finalmente el grifo en 2019.

Entretanto, los gobiernos locales han apostado por la reducción de impuestos al juego online para competir con Gibraltar. Y es que las empresas de este sector afincadas en el peñón, unas 16.800, acaparaban en 2017 un 60% del mercado global, según un estudio publicado por la consultora H2 Capital.

La problemática de los pasos fronterizos ha ido a más en los últimos meses. En Ceuta y Melilla no existe el IVA, sino un impuesto propio, el Impuesto de la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI). Sólo en Ceuta, lo recaudado en IPSI importación, que grava el volumen de ventas, se sitúa en los niveles más bajos de la última década. En Melilla cayó en unos 12 millones de euros. Un impuesto que desde hace años compensa el Estado, ya que en las ciudades autónomas no se cumple con la recaudación prevista en sus presupuestos locales.

Cuestión forzosa. “Si no fuera así, Ceuta y Melilla estarían condenadas a lo que Marruecos quiere hacer con Ceuta y Melilla”. Lo recuerda Kissy Chandiramani, consejera de Economía y Hacienda de la ciudad caballa (Ceuta), quien en los últimos meses ha estado en continuo contacto con las empresas del juego online que estos enclaves. El objetivo: “crear empleo” en la autonomía con más paro de España.

Una empresa de juego en Madrid pagará 20 de cada 100 euros en impuestos; en Melilla, solo 50 céntimos

Con el propósito de atraer empresas de Gibraltar descontentas por el Brexit, los Presupuestos del Estado redujeron el Impuesto sobre Actividades del Juego en un 5% en toda España. En Ceuta y Melilla fueron más allá, incluyendo una bonificación del 50% para pasar del 25% original al 10%. Los gobiernos autonómicos -liderados por el PP y con la competencia de gestionar el IPSI- consideraron insuficiente esta reducción: querían competir con Malta.

Por ello, dieron un paso más e impulsaron una nueva bajada de impuestos. En sesiones plenarias extraordinarias, aprobaron un tipo superreducido del 0,5. El resultado: por cada 100 euros, una empresa del juego con sede en Madrid pagará 20 euros en impuestos; en Melilla, 50 céntimos.

Hasta cuatro compañías ya se han establecido en Ceuta y, aunque la responsable de Economía y Hacienda no ofrece datos sobre cómo repercutirá en la economía local, recuerda que en Gibraltar hay “más de 3.000 personas que trabajan directamente en el sector”.

Para aprovechar estas ventajas fiscales, Hacienda exige que las sociedades estén “realmente radicadas” en uno de estos territorios. Es decir, que dispongan de un 50% de su masa salarial y su sede social allí. Algunas han elevado consulta vinculante a la Agencia Tributaria para exprimir las posibilidades legales.

La oposición, por su parte, no ha mostrado entusiasmo con la medida. Todos los grupos políticos en Ceuta han alertado del peligro de la ludopatía entre los más jóvenes. Como consecuencia, la Ciudad se comprometió a estudiar la actualización del Plan Integral de Prevención contra la ludopatía. “Igual que la industria del vino genera trabajo en Jerez o La Rioja, creemos que el juego puede generar riqueza en Ceuta”, ha manifestado la consejera.

Liberalizar al margen de la frontera con Marruecos

Coalición por Melilla (CPM), única formación que no votó en Melilla a favor de la aprobación de un tipo superreducido para las empresas del juego, se reunirá este 8 de enero con parlamentarios nacionales en busca de un nuevo Tratado de Buena Vecindad con Marruecos.

Además, realizarán un acto de reivindicativo en las puertas del Congreso de los Diputados para reclamar atención del Ejecutivo de Sánchez respecto a la problemática con el vecino país.

Tras el cierre unilateral de la aduana comercial de Melilla, todo parece indicar que Marruecos dará un paso más. ACSEMEL, una asociación de comerciantes de Melilla, y Coalición Caballas, partido localista ceutí que irá de la mano con CPM en Madrid, barajan una fecha: el mes de febrero. La Delegación del Gobierno en Melilla ha calificado esta afirmación de un “rumor” y expertos consultados por este medio no ven posible dar fechas, aunque aseguran que irá “reduciéndose de forma paulatina”.

Sin embargo, si bien es cierto que no existe comunicación oficial al respecto, tampoco la hubo con el cierre de la aduana, una decisión unilateral exenta

de negociación entre ambos gobiernos.

El fin de esta actividad transfronteriza supondría un revés sin precedentes para Ceuta y Melilla y su principal motor económico. Ceuta recauda cada año unos 700 millones de euros a partir de esta actividad, según un informe del organismo municipal Procesa.

En ambas ciudades autónomas, centenares de personas pidieron una “frontera fluida y segura” en sendas manifestaciones promovidas por la mayoría de los agentes sociales locales (sindicatos, empresarios, partidos de la oposición…) el pasado mes de mayo.

Marruecos ha mostrado en más de una ocasión su intención de acabar con el “contrabando” en lo que consideran dos “ciudades ocupadas”. En una entrevista publicada en la revista marroquí L’Economiste, el director general de Aduanas de Marruecos calificó este objetivo como “una prioridad” y como método de “protección de nuestro tejido industrial y de preservación del empleo”.

El porteo, una actividad precaria y peligrosa

El asunto es complejo también para el Gobierno marroquí, como reconoció su ministro de Interior en una sesión parlamentaria del pasado mes de enero en la que se solicitó “una alternativa económica” tras el fallecimiento de varias porteadoras: “Es muy difícil encontrar una solución que satisfaga a todo el mundo sin causar daños colaterales”. Y es que miles de mujeres y hombres subsisten en Castillejos, Rincón, Tetuán o Nador gracias al paso de bultos.

Mientras una consultora con experiencia en el estudio sobre las consecuencias del cultivo del kifi realiza un informe sobre el impacto que tiene el contrabando que procede de Ceuta en las provincias marroquíes de Tetuán y Tánger, en Melilla ACSEMEL alerta de que el país vecino está reuniendo a empresarios para “habilitar una zona con naves al otro lado” desde las que se distribuyan los productos que dan trabajo a miles de porteadoras obligadas a cruzar la ciudad española para subsistir.

La asociación de empresarios apoya la propuesta de un nuevo Tratado de Buena Vecindad o la renovación del de 1991, que no cita a Ceuta ni a Melilla: “Si España hace un servicio a Marruecos en materia de menores o de sanidad, debemos recibir otras cosas como un comercio fluido”.

Las otras ‘apuestas’

Ante la complicada conexión por vía terrestre, las ciudades incentivan la marítima y aérea. Ceuta subvencionó una rotación barata para turistas los fines de semana y Melilla exprime con su aeropuerto la bonificación del 75% para residentes extrapeninsulares. Por su parte, negociaciones políticas permitieron una reducción de tasas que enmendó la amenaza de Hélity de acabar con los vuelos en helicóptero entre Ceuta y la península y recientemente se estrenó la primera ruta aérea que conecta a los dos enclaves de España en el norte de África.

Ambos gobiernos buscan que su régimen económico y fiscal atraiga también a los emprendedores. Con un 50% de bonificación en los impuestos de sociedades, de renta y de seguridad social, en Ceuta se ha puesto en marcha un programa de incubadora y aceleradora de proyectos digitales nacientes.

Tras la medida aprobada, las compañías que exportan servicios online podrían aprovechar una tributación al 0,5%. Todo ello, en el marco de peculiaridades que rodean ambos enclaves: un reducido espacio, alta densidad de población, tasas de paro por encima del 30%... Y el futuro de Gibraltar en el horizonte. “Somos una ciudad eminentemente de servicios”, ha recalcado la consejera de

Economía y Hacienda de Ceuta, quien ha insistido en que “no somos un paraíso fiscal”. Su homólogo en Melilla calificó su ciudad como un “territorio de imposición atenuada”.

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