Japón revisa a la baja el crecimiento de su PIB en abril-junio hasta el 0,6 %

El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón creció entre abril y junio un 0,6 por ciento respecto al trimestre anterior, según los datos revisados publicados hoy por el gobierno, que rebajan cuatro décimas la estimación inicial.

En el citado período, primer trimestre del año fiscal, la economía japonesa se expandió un 2,5 por ciento respecto al año precedente, lo que supone 1,5 puntos menos que los primeros datos publicados por el Gobierno.

Pese a estos datos revisados a la baja, la tercera economía mundial mantuvo entre abril y junio su crecimiento continuado por sexto trimestre consecutivo, lo que supone su mejor racha en más de una década.

La rebaja se debió sobre todo a los datos peores de lo esperado del consumo interno, principal pilar de la economía japonesa, cuyo incremento fue del 0,8 por ciento intertrimestral en lugar del 0,9 por ciento del cálculo inicial publicado en agosto.

Por su parte, la inversión de capital de las empresas, otro componente de peso para el PIB, avanzó un 0,5 por ciento, 1,9 puntos menos de lo estimado.

En cambio, la inversión pública, que también es uno de los motores principales de la estrategia económica “Abenomics”, avanzó un 6,0 por ciento respecto al último trimestre del ejercicio anterior, lo que supone una revisión al alza de 0,9 puntos.

La revisión no afecta a los datos de las exportaciones, que retrocedieron un 0,5 por ciento intertrimestral.

Los datos confirman la buena marcha de la economía aunque siguen reflejando debilidades estructurales, principalmente en lo que respecta a la demanda del sector privado.

“Abenomics”, el plan económico impulsado por el primer ministro Shinzo Abe, intenta crear un círculo de crecimiento basado en beneficios corporativos, sueldos y consumo para poner fin al ciclo deflacionario padece Japón desde hace casi dos décadas.

Este agresivo plan de estímulo ha dado buenos frutos para los exportadores gracias a la devaluación del yen, pero no ha conseguido impulsar las subidas salariales y el gasto doméstico al nivel que pretende el Gobierno, lo que ha dificultado conseguir la meta de inflación que se ha fijado el Banco de Japón (BoJ).