Linde: El Mecanismo de Supervisión debe avanzar en la integración de componentes

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cree que el MUS, pese a los buenos resultados obtenidos en su primer año de actividad, aún tiene retos pendientes como avanzar en la integración de sus componentes, aprovechando sinergias y fomentando la contribución de todos sus miembros.

Y ello, con independencia de la autoridad a la que pertenezcan, según manifiesta Linde en la carta de presentación de la Memoria de la Supervisión Bancaria de 2015, que ha publicado hoy el Banco de España.

Linde también cree que el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) debe tomar en consideración la conveniencia de avanzar en la homogeneización del papel del supervisor en la revisión de la calidad de la información financiera de las entidades, en concreto, del enfoque y profundidad de las inspecciones in situ de riesgo de crédito y de las actuaciones supervisoras resultantes de estas revisiones.

El año 2015, según recuerda, ha estado marcado, en el ámbito de la supervisión bancaria, por la consolidación de la actividad del MUS, primer pilar de la unión bancaria europea y nuevo marco en el que se desarrollan las tareas de supervisión de las entidades europeas.

Tras su primer ejercicio completo de actividad, se puede afirmar que “el MUS ha superado los difíciles retos de establecer un sistema de supervisión común en los países participantes, así como de hacer operativo su sistema de dirección, liderado por el Banco Central Europeo (BCE) en colaboración con las autoridades supervisoras de cada país”, dice Linde.

En este nuevo marco, el Banco de España está participando “muy intensamente” en la supervisión de las entidades españolas significativas y está dirigiendo de forma directa el control de aquellas menos significativas, y toma parte, a través del Consejo de Supervisión del MUS, de las decisiones verificadoras sobre entidades significativas del resto de países.

“Los buenos resultados obtenidos en este primer ejercicio completo de actividad no deben, sin embargo, llevarnos a relajar los esfuerzos por fomentar una supervisión bancaria eficiente, homogénea y guiada por las mejores prácticas”, advierte el gobernador, que insiste en que el organismo continuará promoviendo los esfuerzos necesarios para superar los retos pendientes.

Y ello, con el objetivo de conseguir una supervisión más eficiente y eficaz.

Una idea que ha compartido el subgobernador, Fernando Restoy, que destaca que en 2015 el Banco de España ha contribuido de forma intensa en los grandes avances hacia la construcción de la supervisión europea en el marco del MUS.

Unos avances que han puesto de manifiesto importantes retos que se deben abordar “con presteza en los años venideros para profundizar en una verdadera supervisión europea, consistente y rigurosa, que cumpla con el objetivo último de fortalecer la estabilidad financiera del sistema bancario europeo”.

Entre dichos retos, el subgobernador ha citado la necesidad de continuar vigilando cómo las entidades ajustan su modelo de negocio para mantener niveles adecuados de rentabilidad, y ello, en un momento en el que los tipos de interés siguen en niveles históricamente reducidos y la actividad económica todavía no ha alcanzado el dinamismo necesario.

“El citado proceso de ajuste debería redundar en la obtención de resultados recurrentes de manera sostenible, respetando el apetito de riesgo de la entidad y evitando que la búsqueda de rentabilidad lleve a la asunción de riesgos excesivos”, dice Restoy.

Otro de los retos que, en su opinión, el MUS tiene por delante es que los supervisores deben hacer cumplir el nuevo marco regulatorio de forma consistente y comprobar que en la práctica los resultados de su aplicación contribuyen a reforzar la solidez de las entidades y la estabilidad financiera.

Para ello “sería deseable” un período de cierta estabilidad regulatoria, durante el que los posibles cambios se encaminasen a simplificar y facilitar la aplicación homogénea de la regulación, añade el subgobernador, que como otros retos cita la restauración de la confianza de los clientes y la necesidad de avanzar en la armonización de las prácticas supervisoras dentro del Mecanismo.